Escurriéndose entre pilares;
desde los umbrales
de esta historia.
La niebla se difumina,
tal como empezó;
se pierde en el cielo y
en el recuerdo madrugador.
Ya no vive más aquí,
solo en un recuerdo.
Las paredes se comprimen,
puertas cerradas
y ventanas olvidadas;
¿nos iremos con el aire?,
ya no nos queda nada,
el también se ha ido,
las paredes se derrumban
y entre sus escombros
somos olvidados,
tal como llegamos
nos vamos y nada queda aquí.
Lluvia que arribas con calma
y tempestad,
barres con las montañas
y las planicies,
!no vistas el olvido!;
de este baile
las almas tiemblan,
!no se desarraigen!,
el diluvio ha comenzado,
las rocas caen
y la tierra ya no es más
lo que era antes,
sólo lo que es;
una morada ya olvidada.