Canto con alegría la canción de mi vida:
De ser un ser acuático y
Cantar también la canción de las flores.
 
Y no es porque vea a la noche
De muchos colores,
Sino porque brilla azulina y tiñe los corazones.
 
Le canto al sol porque es de noche,
Y a la luna cuando es de día.
Le canto con el viento porque susurra con los árboles
Y hablan sobre tierras y poesías.
 
Así sencillamente canto
Que las luces de mis ojos tienen nombres.
Y tanto la felicidad como el llanto
Pueden cantar las mismas canciones.
Por eso siempre veré de muchos colores,
Con perfumes y abismos
Que sólo un puente deja cruzar.
 
Y siempre veré lo mismo,
Y cantando me iré soñando,
Y soñando me iré cantando,
Tanto en la felicidad como en el llanto.