La voz del agua
Publicado en Nov 24, 2012
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Con pasos lentos y pisada ligera, como quien no quiere molestar con su presencia; Santiago caminaba durante horas recorriendo las calles, hasta llegar al mar. Una vez ahi, buscaba un sitio en donde sentarse se fumaba unos dos o tres cigarrillos mientras bebía a sorbitos una lata de cerveza. Con la mirada perdida en el horizonte, se dejaba llevar buscando en la inmensidad marina algo que le diera un poco de paz, de consuelo, a su alma dolorida.
Hacía casi tres años que ella se había ido...demasiado tiempo sin verla, sin escuchar su voz ni su risa cristalina sin sentir a su lado el calor de su cuerpo, tan amado. El peso de la ausencia era tal que le costaba hasta mantenerse erguido, tampoco era fácil respirar, el aire no era el mismo que cuando ella estaba, ni el aire, ni la tierra, ni siquiera la luz del día parecía igual desde su partida.
Pero había algo en el agua que le acercaba a ella. En los días lluviosos hasta le parecía que la sentía caminar a su lado. Por eso le reconfortaba sentarse a mirar hacia el mar...
Algunos días incluso se quedaba dormido por unos momentos arrullado por el suspirar de las olas.
Luego reemprendía el camino de vuelta a casa. Más tranquilo pero más triste, pues le esperaba la soledad, el insomnio, los objetos inertes que ella había tocado, la cama vacía...los libros que leyeron juntos, el rinconcito junto a la ventana en donde solía sentarse mientras lo miraba con aquella expresión de mujer enamorada.
Pero había que volver y seguir tirando con esa vida vacía y sin sentido que cada vez le costaba más sobrellevar.
La puñetera crisis le había robado lo único que le mantenido ocupado, su trabajo y ahora era un desempleado más, malviviendo de la escasa ayuda social que le otorgaba el estado. Pero algo que no podía definir como valentía o cobardía le hacía seguir adelante, aunque por mucho que buscara una luz en aquel sombrío panorama, no encontraba nada que le hiciera pensar que la vida tenía algún sentido.
Al menos la rutina diaria le mantenía en pie como los hilos de una marioneta, y sus paseos al mar que le daban algo ilusión "voy a ver si me secuestra una sirena" solía decir, cuándo alguien el preguntaba por el motivo de sus caminatas.
Una mañana de otoño en que el cielo amenazaba con descargar el plomo de sus nubes, Santiago salió igual que cualquier día, y se encamino a su sitio en la playa sin preocuparse del estado del tiempo, al llegar hizo lo mismo que todos los días, pero como corría un aire frío, trató de abrigarse levantando las solapas de su chaqueta y poco a poco se quedó dormido...
-Señor...señor...me oye?-le dijo una voz mientras le tocaba el hombro
Algo confuso Santiago se despertó y con algo de sobresalto comprobó que ya era noche cerrada, se restregó los ojos y preguntandose que hora sería ya, se levantó sin decir más que un apagado:-gracias, ya me marcho...
Y echo a andar rumbo a su casa, le llamó la atención lo vacías que estaban las calles, pero lo atribuyó a la hora, se había olvidado su reloj en casa y no conseguía saber que hora era, pero como tampoco hacía frío, no se preocupó más y siguió andando.
El camino se le hizo más corto de lo acostumbrado y eso le animó, pero al doblar la última esquina antes de llegar a su casa se sobresaltó, pues las ventanas se veían iluminadas, incluso le dió la impresión de que una silueta se había movido detrás de las cortinas.
Respiró profundamente para darse valor...y se dijo a sí mismo que se estaba haciendo viejo porque se había dejado las luces encendidas.
Al abrir la puerta le recibió una bocanada de un delicioso olor a guiso, y una voz conocida canturreaba en la cocina. Era la voz de Madeleine!!! Se quedó por unos instantes muy desconcertado pero de repente la tuvo sonriendo frente a él y abriendo los brazos lo estrechó como hacía siempre que él se retrasaba. Perplejo y feliz, se dejó abrazar y besar, aún no salía de su sorpresa cuándo ella le dijo: -Porqué has tardado tanto?...ya me estaba asustando-y siguió besandolo en la frente, en la boca, en las mejillas... como si de verdad hacía mucho tiempo que no le veía. Preso de la emoción Santiago estalló en llanto y dijo balbuceando:
-Me quedé dormido y soñé que te habías muerto...y se deshizo en lágrimas abrazado a su amada.
-Era sólo un sueño, amor yo estoy aquí, estoy viva no me ves?-dijo ella con ternura mientras le acariciaba.-Ahora tendremos mucho tiempo para estar juntos...nunca nos separaremos, era solo un sueño amor mío...un sueño...
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Por la mañana en el periódico salió publicado " Aparece en la playa el cadáver,de un hombre de mediana edad" No presentaba ningún signo de violencia, se presume que murió de muerte natural. Según testigos el fallecido acostumbraba a venir diariamente a sentarse frente a la playa pero nadie sabe ni su nombre ni nada sobre él, además que no se le encontró documentación alguna entre sus ropas. Únicamente llevaba una fotografía de una mujer con una dedicatoria escrita por detrás" Con todo mi amor para Santiago"
 
 
 
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Foto del autor Elena Valenzuela
Textos Publicados: 24
Miembro desde: Nov 22, 2012
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Descripción

Un hombre de mediana edad, trata de sobrellevar el peso de la soledad, y su situación de desempleado dando paseos solitarios hasta el mar.Ritual que repite día a día, hasta que...

Palabras Clave: LA VOZ DEL AGUA

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasía



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