Llamado a la conciencia social de los escritores
Publicado en Nov 13, 2012
Entre las soledades mías, hay una que me es más querida, y que curiosamente, me acompaña más que ninguna otra. Es la soledad de quien traza, quizás sin gracia suficiente, quizás sin hondura, quizás sin altura, pero traza al fin, su destino de escritor.
De mis escritos, he obtenido como galardones, algunos comentarios que me han abierto la mente, y otros, varios, el corazón. Nunca obtuve dinero alguno por ningún trabajo, de modo que podré ser un mal escritor, quizás, pero de ningún modo, un escritor prostituto. Y digo y repito “escritor” porque la falsa modestia de algunos que publican en la red, como así también los mandatos sociales consabidos, dedican esta denominación sólo para los laureados, o… para quienes han publicado en tinta. Es una idea obsoleta, y de algún modo, bastante reaccionaria. Escritor, como su nombre lo dice, es quien escribe, como yo lo hago ahora, como vos, en algunas ocasiones, lector o lectora amiga, lo has hecho. El oficio del escritor, y todos los que aquí publicamos lo somos, ¡asumámoslo!, ha sido objeto de vanagloria de algunos, y de tortura para otros, y en escasas oportunidades, un medio más para ganarse la vida, como el panadero, la costurera, el empresario o el obrero. ¿ Qué tipo de estructura social perversa posibilita que muy pocos hagan booms editoriales y se llenen de metálico, mientras muchos otros, apenas si regalan sus letras y viven de lo pueden? Hay un estrellato, de muy pocos, y hay un “estrellarse” de muchos.- Si tuviera un hijo, y me dijera … papá … quiero ser escritor, temblaría de horror, basado en las estadísticas, de que su futuro sea de estómago vacío… y corazón ilusionado, pero triste al fin. Sin embargo, contra todo lo previsible, siguen habiendo hijos que escriben y siguen habiendo padres que lo ignoran o que no pueden evitarlo.- ¿Es tan oprobiosamente puta la sociedad en la que vivimos? (perdón a las trabajadoras sexuales por la ofensa de compararlas con nuestra sociedad actual). Dicho de otro modo, ¿hasta dónde llega la crueldad del sistema sociopolítico establecido? No encuentro solución alguna a este problema, y si no supe plantearlo pido disculpas, pero eso sí… estoy convencido que se trata de un problema a resolver, para no decir, de una de las tantas crueldades ha remediar. El menosprecio, con todas las letras, de los escritores, es también, a no dudarlo…. otro síntoma más de la misma enfermedad: la infraestructura capitalista y la superestructura que la acompaña. Llámese… la mierda, en la que todos, aunque no nos demos cuenta, nos revolcamos.- Salud!
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Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Felicitaciones
Eduardo Fabio Asis