Es un lío todo en mi cabeza, ideas desfiguradas, imaginaciones, ilusiones, esperanzas y desesperanzas. Algo de conformidad y otro poco de insatisfacción.
¿Qué me falta, qué me sobra?
No puedo entenderlo, las cartas sobre la mesa parecen muy claras, pero intento entenderlo y son revueltas, estan de cabeza.
Quiero saber que piensas. Quiero saber que pienso.
Quiero entenderlo todo y actuar, quiero saber dónde tengo que ir. Dime a donde y yo voy, dime que es cierto y no me importará nada.
No sé qué estoy haciendo, ¿quién eres? ¿quién soy?, dime ¿qué quieres de mí?, estoy al borde de la caída, porque yo no sé qué está pasando.
Te diré la verdad: A veces te quiero, a veces te odio, a veces no me interesas, otras, te necesito, pero la mayoría del tiempo solo te llevo en mis pensamientos, y me pregunto si tu haces lo mismo.
¿Soy yo?, dímelo, sin decirlo, porque las palabras sobran y yo quiero saber.
 Nadie quiere quedar como un tonto, tú no quieres y yo tampoco, ¿qué estamos haciendo? nunca he visto las señales, porque soy tan negada a que me quieras que me trato a mi misma como un ser insignificante.
Y es que somos tan distintos que me desconcierta.
Dimelo, sin decirlo, mientras te vea a los ojos y sonrio como suelo hacer cuando me miras.
Dime al mirarme que no mientes, que soy única y no soy ni hay ninguna reserva. 
Como esa vez en que me abrazaste, cuando ponias tu brazo en mi espalda y me guiabas, yo sentí aquellas mariposas de las que todo el mundo habla y aún al recordarlo puedo sentirlas. Porque no necesitaba nada más, y aún así el tiempo era mi enemigo.
Acércate y te acompañaré. Caminaré contigo, viajaremos a cualquier lugar muy lejos de aquí.