Ya estas como muerta,
ya nadie te quiere, ya nadie te ve,
El llanto de tus cabellos blancos del dolor aumentan tu sed,
Dibujan tu rostro indescifrable, tu vida indestructible,
Pareces como una sombra que ya no ama, que ya no mueve.
 
Ya estas como ausente, como alma penitente,
Que pronuncia el nombre de los que apenas ve,
Que suplica caricias, con una mirada de muerte,
Que expira los últimos alientos sin suerte.
 
Tu hijo no te quiere contigo, quizá esta herido,
te niega abrigo y sonríe como huérfano perdido,
se olvido del abrazo y de los primeros años,
Solo no quiere tenerte ni cuidarte, hay tantos daños.
 
Ya estas blanca como las nubes blancas,
casi te salen alas como ángeles divinos,
como tantos polvo fuiste por los caminos,
y al caminar tanto amaste, dimecuanto.
 
Cruzaste ríos bravíos con niños heridos,
Te golpearon tanto el hombre y su guitarra,
Anduviste a escondidas mientras sangraban tus heridas,
te brotaron lagrimas divinas.
 
Luego el tiempo quiso borrar el dolor,
Para nada sirvio escapar de la vida ni del horror,
tenias que vivir sola cosiendo sin color,
hasta que llego el día de la tregua tardía.
 
Un hombre vino a cuidarte y darte una vida,
tenias tanta tierra bajo tus pies y ahora la soledad corona tus pasos cortos,
te visitaron tanto porque querían tus frutos,
ahora solo quieren usufructo de tus tesoros.
 
Ya estas como muerta,
ya nadie te quiere, ya nadie te ve,
el llanto de tus cabellos blancos del dolor aumentan tu sed,
dibujan tu rostro indescifrable tu vida indestructible,
pareces como una sombra que ya ama que ya no mueve.