¿Cómo poner en palabras los sentimientos?
Me pierdo en el juego de la necesidad,
del impulso,
de la verdad absoluta.
Erupciones de volcanes internos
y yo estallo, y exploto, y asusto.
Así, sin querer,
espanto
al pájaro de mi ventana.
No pretendo la sutileza,
pero si la necesito;
aunque mi ser juega otro juego:
el de la honestidad pura, sin formas ni reglas,
el juego del círculo de arriesgar, sufrir o perder.
Porque en la búsqueda del amor
los excesos no importan,
las palabras son cortas,
y el fluido de las emociones 
(la parte más pura del ser humano),
es demasiado sublime para ocultarlo. 
Ser vulnerable ¿qué tiene de malo?
Si no se es vulnerable en el amor
¿cuándo entonces?
Por eso digo ¡qué no me importa!
Es parte de mí,
y todo se remite a una cosa:
no tengo miedo de amar.