Desde la ventana del techo se veía un hermoso cielo nocturo acompañado de la luna que brillaba más que núnca, era hermoso.
Estabamos hipnotizados mirando el cielo esa noche.
De repente luna comenzó a girar con fuerza, al cabo de un tiempo decidimos fotografiarla y fue ahí cuando nos dimos cuenta que el cuerpo nos pesaba, movernos era demasiado difícil. Los aparatos electrónicos ya no servían, y estrellas fugaces volaban muy cerca de nuestra pequeña ventana que de a poco se fue esfumando. Luego de la luna, fueron las nubes las que giraban, las estrellas y así sucesivamente todo estaba girando.
 El pánico nos consumía, lo único que pensé fue ''vamos a morir'' en efecto, moririamos, pero eso no era todo. Morir implicaba reventar y caber todos juntos dentro ese agujero negro.