Habrás, habré y habremos de darnos cuenta,
Que tarde o temprano... ¿Qué importa cuando?...
De que el punto céntrico que predomina y se destaca,
Entre nuestras realidades, deseos y fantasías,
Es la necesidad de llevar a cabo algún objetivo.
 
La propuesta debería ser,
Creer en la sensación que causa,
La decisión de tener la voluntad de emprender dichos objetivos.
 
Pues quizás, el cumplimiento de tal emprendimiento,
No siempre se cumpla, quizás no siempre se llegue a concretar.
 
Pero si somos capaces de encontrar la satisfacción personal,
que ha de causarnos inevitablemente el deseo de emprender un propósito,
lo mas probable sea que éste propósito tenga mayores posibilidades...
Mayores posibilidades de tomar forma y definición,
O mayores posibilidades de ser disfrutado hasta el último intento,
Aunque por destino sea necesario que el mismo fracase...
 
Hablo tan solo de ser capaces de disfrutarlo todo,
Desde el comienzo prematuro o de la ilusión premeditada,
Tan solo para acostumbrarnos a sentirnos capaces de vivir...
 
“Capaces de vivir”...Tan solo eso...
Con buenos y malos recuerdos,
Con triunfos e inevitables derrotas...
 
Vivir...Con todas las oportunidades de aprender,
Que la vida, por medio del triunfo y el fracaso, nos ofrece...
La posibilidad de darnos cuenta...