Cristo "prisionero" de los cristianos.
Publicado en Jun 13, 2012
Quien haya tenido la maravillosa experiencia de leer, sin que nadie lo “asesore”, el evangelio de San Juan, en la biblia, podrá notar claramente la diferencia abismal entre el Cristo auténtico y aquel otro, que la mayoría de los cristianos proclama, y que se parece más a los prejuicios de nuestros días, que a la eternidad hecha tiempo, en su tiempo concreto, por Jesús de Nazareth, el Cristo.- Si se pasea por San Marcos, San Lucas, San Mateo, confirmará claramente, el lector libre, que de muy pocos personajes se ha mentido tanto y tan diametralmente opuesto al verdadero, como, paradójicamente de quien sería “El Verdadero”.- El supuesto Jesucristo, que usurpa el lugar de Jesús el único, ha sido históricamente la bandera visible de una crueldad invisibilizada. La escaramuza perfecta para encubrir monarquías absolutistas, odio a los judíos, odio a los musulmanes, cruzadas, exterminio de los pueblos originarios de América, inquisición, dictaduras, capitalismo, censuras, justificación teórica de los derechos humanos pero desconocimiento de los mismos en situaciones concretas y prácticas.- Para ser más actuales, homofobias, discriminaciones a los ex esposos divorciados, y la lista, puede seguir… lamentablemente, pero no es ésta una enumeración taxativa, y no quiero cansar a quienes lean, que posiblemente, conozcan en carne propia algunas de estas, por hoy, sutiles y lacerantes discriminaciones.- La interrogación que me mueve es… ¿por qué los cristianos hemos desfigurado histórica y actualmente el mensaje de Jesús, el Cristo? o dicho de otro modo, ¿por qué hemos creado un Jesús falso que es estrepitosamente contradictorio con el real? o si se quiere… ¿ por qué nuestra praxis cristiana está aliada a los factores reales de poder opresivos y de ningún modo a la liberación por la que Jesús luchó? No estoy en estos momentos capacitado para responder estas preguntas. Ello de ningún modo invalida que considero legítimas las interrogaciones y es más, me parece de vital importancia… intentar una reflexión a modo de posible respuesta.- Hemos atesorado la revelación cristiana como una teoría, rica y bella en sí misma, pero al mismo tiempo la hemos practicado de un modo cruel, inhumano y del modo exactamente opuesto a lo que la teoría … finalmente en lugar de revelar, esconde.- Al Verbo, por variadas razones, no lo hemos conjugado con la vida nuestra de cada día. A la Luz, la hemos convertido en rito oscuro, que lejos de iluminar, ciega y encandila. A la Sal, la comemos entera, sin sazonar con ella nuestro alimento diario, los actos concretos, las relaciones interpersonales, en definitiva, a Dios lo hemos, contrariamente al mensaje cristiano, desencarnado del mundo.- Yo no tengo respuestas, pero me alientan las preguntas. Personalmente, estoy indagando en la Teología de la Liberación. Sin entrar en sus aspectos medulares, institucionalmente siento el alivio de saber que la misma, por lo menos, está mal vista en Roma.- Eso me ayuda a intentar verla bien, con mis propios ojos, no con los de quienes están fuertemente aliados a los poderes de turno. Los teólogos de la liberación, además, en completa oposición a los jerarcas, no renuncian a ser católicos, es decir, universales. Es por lo menos, un buen signo, para avanzar en su estudio y comprensión. Si alguien tiene ideas distintas, bienvenido que las comparta. Saludos.
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CEMENTO.-
CEMENTO.-
Eduardo Fabio Asis
CEMENTO.-
¿QUE PASA SI EN VEZ DE 2 FUESEN 100? ¿Y SI FUESEN MIL? ¿Y CON 1000000? ¿Y QUE PASARÍA CON ESA NECESIDAD CASI DESESPERADA DE LIDERAZGO SI EL EL MUNDO HUBIESE 7000000000 DE HUMANOS?
CREO QUE EN ESTAS PREGUNTAS CASI INGENUAS YACE UNA RESPUESTA A PARTIR DE LA CUAL SE PUEDE RESPONDER A LAS QUE REALIZÁS EN TU TEXTO, EDUARDO ASÍS.
SUERTE.
CEMENTO.-
Eduardo Fabio Asis
Marcelo Sosa Guridi
"El Cristo que me vendieron..." decía yo en un poema (y perdón por la autorreferencia, sé que es de mal gusto, pero si ya dije algo, me parece al cuete repetirlo) es un Cristo funcional a un sistema, como vos bien dijiste. Creo que el Cristo histórico se cuela por la Biblia, que tampoco es presentado tal cual: ese Cristo de la Biblia ya es funcional. Pero aún así, la(s) Iglesia(s) lo han decorado mucho más. Sin ir más lejos la adoración a María, que nada tiene que ver con la Biblia y mucho tiene que ver con el paganismo recién convertido de los primeros siglos, o ese "Cristo Rey" que no aparece en ningún versículo de la Biblia. Pero no quiero hacer controversias protestantistas, que vamos, tienen lo suyo. El tema lo resumiste vos, Fabio, esa diferencia entre el Cristo que muestran las jerarquías (y los sacerdotes también, no se pueden apartar del dogma), y el que surge de la lectura y libre (pero no tanto, ojo) interpretación de las Escrituras. Me parece sano ese buscar en la teología de la liberación de Frei Betto. Al menos es una teología más horizontal, como en algún tiempo lo fue la de San Francisco de Asís (leer El nombre de la rosa).
Un abrazo, y ojalá conserves la fe.
Eduardo Fabio Asis
Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Felicitaciones
Eduardo Fabio Asis
Battaglia
Eduardo Fabio Asis
Finalmente, creo que no podemos juzgar como bien dices... "incisivamente" a personas, pero en mi opinión, sí debemos ser muy incisivos con las estructuras opresoras, más aún, cuando dicen actuar en nombre del mismo Jesús. Por eso mi escrito, pero por supuesto, acepto críticas. Un saludo muy cordial y muchas gracias por tu interesante reflexión. Saludos. Salud!
Enrique Dintrans Alarcn
Tienes un planteamiento interesante como para abrir una especie de "debate". Hay respuestas vivenciales y otras, más teológicas y dogmáticas. En una dinámica de fe, está la convicción que el Espiírtu mueve hacia el conocimiento de Cristo y su seguimiento. La dogmática afirma que Jesús es .... etc, etc.
En una linea vivencial - que, intuyo es la más importante, está el pensamiento y la acción de Jesús. ¿A qué vino? ¿Cuál es su propuesta? Su anuncio es el Reino de Dios, comunicado or él, como herencia, en la misión que su Padre le encomienda. Este Reino tiene como dato esencial, reconocernos Hijos de Dios y a Dios en una "paternidad" como la describe Jesús. En consecuencia, al asumir este mensaje en forma radical el hombre entra en la dinámica del Reino de Dios. Cuando la Iglesia se deja tentar por el poder, la riqueza y la fama (las tres tentaciones del desierto) el rostro de Cristo se desfigura en el mundo.
Saludos
Eduardo Fabio Asis