ENTRE VERSOS Y AZUCENAS
Publicado en Apr 11, 2012
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Escribir,
no es tan difícil,
no creas, amiga mía.
  Sólo tienes que expresar,
en unas cuantas  palabras,
lo que has visto tú al pasar
y como lo has entendido.
Apretar entre  tus dedos
un lápiz o lapicera
y dejarlos  deslizar
sobre una hoja cualquiera. 
Pero si nunca lo hiciste
no te apenes ni lamentes.
Alguien ya  lo hizo por ti
como un juego  o una canción.
Mejor vive, mi amiga, vive.
Porque vivir es difícil
y es más bello que soñar.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
SIN PALABRAS 
 
Frase de un solo verbo
y un solo gesto.
Di una sola palabra,
la que yo quiero.
Di que busco su huella
 en un camino sin marcas,
 en un camino sin rastros,
 donde han regado mis lágrimas.
Lágrimas que han surgido
 desde mi llanto callado,
que han nacido de repente,
 en un amor sin palabras
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
AZUCENA CARMONA
 
La encontré una tarde
al doblar la esquina.
Estaba tal cual.
Con su cara de asombro
y esa voz tan suya
 pronunciando las palabras
con todas las "eses".
No la podía confundir,
pues tenía esa sonrisa
y esa  tierna manera
 de mirarme a la cara
y a los ojos.
Hablaba con pausa,
como si acariciara
 las  palabras.
Y recordé esas manos,
 de uñas cuidadas.
Estaba tal cual.
Usaba sus lentes.
Sonreía igual.
No sentía miedos,
ni tenía edad.
La encontré una tarde,
al doblar la esquina,
con su llanto callado
guardado en la piel,
con su risa de niña
 y su ternura a cuestas.
¡Era mi maestra!
La dulce Azucena
de aquel quinto "B".
 
 
 
 
 
POEMA 
 
Amo la cuna  temprana de las flores,
la soledad que vaga en mi camino,
la luz que roza  mis  pupilas
 y el cotidiano andar de las canoas.
Amo a la hiedra  que abraza los balcones,
 las corolas de plata de la luna
y el clamor del silencio en los rincones.
Amo  tus ojos, tus años, tu dulzura.
Amo tus manos, el peso de las plumas
 y a la gaviota, en plática nocturna.
Amo a la sombra que guarda tu contorno,
 las voces de las cuerdas que no duermen,
 la espada que hiere mis anhelos
y las rutas de mi alma en que se pierden.
                 
 
 
 
 






PALABRAS
 
Y qué puede saber  de mis palabras
 este oído sordo  de la vida.
Si mi boca está casi enmudecida.
¡No! No me  pidan palabras.
La selva que contiene mis latidos,
 cercada de campanas, languidece.
 Y esta inicial del verbo se parece
 a un ademán dormido.
Oh,  noche, con espinas decorada,
devuélveme la letra lastimada
 con tu sentir vulgar.
Yo ya tengo la voz enrarecida
de pedirte, vencida,
que no me hagas hablar.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
          
 
 
 
 
 
UN MUERTO 
 
De mi mundo eres eco.
De mi mar, caracol.
De mi amor, un espejo
que ya no alumbra el sol.
 
Sólo guardo los recuerdos,
 que no me causan dolor
y en mi ilusión hay un muerto,
que yo creía mejor.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
COPAS 
 
Anoche,
 una copa, tu mano.
 Tal vez, la de ella.
Otra copa.
La misma en que viertes
 mi llanto,
bebido en dos copas.
Hoy muero,
 me muerdo los labios,
 sin copas.
Hoy tengo
 las manos vacías
 y busco tu boca.
Mañana, quizás,
 otra mano  me brinde su copa
 y en ella me beba,
 también yo, tus lágrimas,
 tal vez,  en dos copas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
   
 
 
 
 
             AMOR QUE FUE
 
      Te amé como ninguna, sin prejuicios.
     Bebiste de mi boca, dulce vino.
     Tu ternura en mi piel, se me hizo vicio.
     Mi locura por verte, un desatino.
 
     Y encendiste tus ojos en los míos
     en la mañana gris de aquel encuentro
     nos tomamos las manos junto al frío,
     nos quitamos de encima, lo de adentro.
 
       Qué fácil es amar, cuando se ama.
       Qué fácil sonreír, cuando lo miras.
      Qué fácil es vivir, cuando respiras
 
     ... Qué tonto es el amor, cuando reclama.
     ... Qué sabio es el dolor, cuando lo pierdes
     ... y lloran esos ojos, que son verdes.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
   SONETO PARA AZUCENA
 
    Cuando ella me pidió que yo escribiera
     sobre el amor, en rima y con medida,
     un soneto que oliera a primavera,
     por un momento, me sentí perdida.
 
     Si encontrara a la luna, que se esconde.
     Si hallara una gaviota, si pudiera.
     Si tal vez, alguien me dijera dónde
     buscar las alas, los besos, la quimera.
 
     Quizás, si me contaras Azucena,
     por qué la vida está llena de dolor,
     por qué escapa de mis versos, el amor.
 
      Si yo pudiera mitigar la pena,
      hacer que nazcan flores en la higuera,
      le cantaría al amor, por vez primera.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
OTRA COSA NO TENGO  
 
Aquí estoy,
 con toda mi presencia,
mi alma gris, mi corazón herido.
He filtrado mi luz por la existencia,
 sin encontrar el mundo que he querido.
Yo no sé dibujar  porque pretendo,
 trazar la voz, nunca la boca.
Las cosas, son aquellas que comprendo
 y a veces, mi  razón resulta poca.
Un pájaro es su vuelo. Y es la risa,
 canto de fe, raíz de olvido.
Es murmullo del aire, la brisa.
Es recuerdo del viento que ha sido.
Jamás pude lograr la geografía
 de este pequeño mapa de mi mano
 y en él sigo buscando, todavía,
los ríos del amor, pero es en vano.
Llevo en mi ser, la voz callada.
 Pues tengo el temor de ser oída.
Todo lo alcancé, no aferré nada.
 Otra cosa no tengo, ni he tenido.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
HACIA MI MUERTE
           
 
Hoy siento que las horas
se acaban, desmedidas.
 Y que los días huyen,
acortando a la  vida.
 
Yo quiero que mi muerte
 se parezca a tus brazos
 y que la muerte tuya,
se parezca a la mía.
 
 
 
 
 
 
 
 
Y qué harás con tus sueños, con tus ojos,
con tus alas de gorrión a contramarcha,
volando por el sitio, donde no quieres estar?
 
¿Y qué harás con tus tardes, con tus ganas
y con esa melodía de tus labios,
derrotado en pleno vuelo, sin nadie para jugar?
 
¿Y qué harás  con  tus  manos sin caricias,
del no sé, del no te vayas,
 del no puedo, del no quiero,
 del qué hacemos, del no estoy,
de los silencios, del pasado y  el mañana?
 
¿Y qué harás, si al despertar una mañana,
 ya no estoy, ni tengo ganas,
 ya no quiero, ni me importa,
si te quedas, si te marchas,
si me besas, si me buscas o me dejas?
 
¿Qué haré yo, si cuando vienes
 no te quiero o tengo prisa,
  no te escucho,  ni te beso,
no te siento, ni deseo
 que me busques nunca más?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Porque puedo soñar
he sentido tus besos
sin rozar siquiera tu boca.
Sin que tú lo supieras
he podido ser tuya
y he dormido en tu cama
respirando tu aliento.
Porque puedo soñar
 he inventado un amor
como el de los cuentos,
donde podemos  amarnos
sin tiempo, sin frenos, ni culpas
y darnos mil besos, una y otra vez.
Porque sólo en los  sueños,
tú  puedes ser mío,
pues no eres de verdad.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Hoy cae la nieve
sobre los almendros
amontonando el frío
entre mis dedos.
Pero una llama
me ha estallado adentro,
haciendo una hoguera
con mi cuerpo,
que me lleva hacia ti
sin que me veas,
para amarte con ganas
de que sea, mi amor
una breve primavera.
Y las caricias nacerán
como las flores,
mi boca será el fruto
que devoras
y un oasis de amor
serán tus labios
para el monte sagrado
de mi pecho.
¡Y el verde nacerá
 como en las hojas!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Cómo quisiera escribir,
cual  Neruda
 en su  crepúsculo.
O en las  olas de Alfonsina
que hacen su  nido  en la arena.
¡Quiero meterme en el mar
a esperar a que tú  vengas!
 
Cómo quisiera escribir
como lo hacen los poetas
y acorralarte en las letras
de una palabra cualquiera,
que se llevara a volar
de una vez, todas mis penas.
 
Cómo quisiera soñar
que soy esa golondrina,
que junto a Bécquer colgó
sus nidos en un balcón,
para ponerme a llorar
sobre el amor, que no tengo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¡Cuánto te has ido madre
y cuánto te has quedado!
A pesar del vacío
que ocupa tus espacios.
A pesar del dolor,
del recuerdo y la ausencia.
Mas  tu muerte no es muerte,  
yo  sé que eso no es cierto,
pues la vida no muere,
es vida en movimiento,
es la flor que respira
ahora de tu aliento,
es la savia que nutre
tu energía en la tierra.
¡Cuánto te has ido, madre
y cuánto te has quedado!
Yo voy a encontrarte siempre.
donde fluye la vida.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
La suma de las horas es decisiva.
Monocordes instantes que terminan.
No hay piedra ni rosal que sobreviva
cuando el cosmos absorbe la ironía,
la efímera memoria, la luz y la caída.
¡Qué libertad la mía!
Parida en un altar de arbitrios desmedidos,
donde todo se va, al fin de cuentas.
Perseguidos de sombras van los días,
acechando en las cosas cotidianas.
Me vencerán, lo sé, en un descuido,
cuando el aire se sacuda de lobos y palomas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Anoche desperté
soñando  con tu piel,
respirando  tu aliento.
Y tú me apretujabas 
con  esos brazos de terciopelo
y en la red de tus besos
me  quedé atrapada.
Tu boca sabía a miel
 y a caramelo,
en esa magia de soñar
 y estar despierta .
Y viva me sentí
como ninguna,
doblegada ante ti
por causa de la luna.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Odio a la noche
 por ser ella,
el recuerdo de un amor
 hecho destierro.
Pero la amo  también,
 cuando me mira
 con esos ojitos de luna traviesa.
 
Amo a la aurora
porque en ella,
 renace la vida con sus horas. 
Pero la odio porque, sin saberlo,
le robó la luz  a las estrellas.
 
Amo a las flores blancas
porque  se parecen,
a las alas de un ángel
cuando vuela.
Amo al sol,
 al embrión de la semilla.
 
Amo a Dios, por ser el todo
 y lo perfecto.
Pero lo odio también
porque me ha dado,
una mente tan ciega
 y tan pequeña.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Con alguien como tú
yo podría vivir,
 aunque no me quisieras.
Y hasta podría morir
sin saber de llanto ni dolor.
Porque tienes un ángel
que puebla tu cariño
y en tus manos me traes
lo mejor de la vida.
Porque tan sutil serías,
aún si no me amaras,
que sería la forma
 más perfecta de amarme.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Porque no sé vivir  de otra manera
 y no puedo morir  por más que quiera
yo nunca  me conformo desde adentro,
con renunciar a aquello  que yo siento.
Porque lo tengo todo y nada tengo,
 dejo seguir al mundo  y me detengo
a imaginar que todo he conseguido,
hasta las cosas aquellas que he perdido.
Pero he de conseguir  lo que persigo,
pues habré de luchar por lo que es mío.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Cuando huiste de mí.
¿Acaso pensaste que me habías mentido?
Y cuando me besaste.
¿Sentiste que podías  fingir que no eras mío?
Yo voy a defraudarte,
si crees que he creído en todas tus palabras.
Pues sé que he sido tuya mil veces,
 en secreto,
aunque a mí me negaras, al verme, tu sonrisa.
Discúlpame amor mío, no quise descubrirte.
Sólo quise decirte que sabía,
 que tu amor es tan fuerte  como el mío,
pues no necesita de nada, para amarme.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Salvaje como fiera,
extraviada en los montes,
descalza y entre espinas,
 te he buscado y buscado.
Hay trozos  de mi cuerpo
que de a poco he dejado,
para hallarte dormido
 entre miles de estrellas.
Y hasta quise ser ave
solitaria y sedienta,
para cruzar los mares
y las tierras desiertas.
Recostada en la playa
con mi piel en la arena,
 he buscado tus huellas.
Pero  el sol me despierta,
yo te espero y no vienes.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Intentando escribir, he descubierto
 el timbre de tu voz,  en cada beso
 y el grito de mi piel, que desde adentro,
reclama tu calor, pero en silencio.
 
Intentando olvidar, he descubierto
un manantial de vida entre mis venas,
 que estalla de emoción, cuando te veo.
 
Intentando creer, he descubierto
 que soy tuya otra vez, pero en secreto.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tengo ganas de arrojar
 a toda la gente a la basura,
 de olvidar lo que soy
y lo que siento.
 
Tengo ganas de hacer
lo que no puedo,
 de escaparme corriendo
 del mundo y mis parientes.
 
Tengo ganas de trepar
sobre mi hastío,
de andar a contramarcha,
 de morir, de ser  esclava,
 y por causa del  amor
 ser señalada.
 
Tengo ganas de gritar
 y estoy callada,
 de reírme de mí, a carcajadas,
 ¡Y todo, por culpa tuya!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Ya no más, estoy cansada
de esperar a que amanezca,
de doblar las servilletas,
de golpear todas las puertas,
 de saluda, de reírme,
 de parecer satisfecha.
 
¿Será el verano que llega?
¿Será el calor que me agobia?
 ¿O es mi boca, que se seca?
 
Ya no más, estoy cansada
 de remar contra el torrente,
de sumar, de sacar cuentas,
 de hacer de todo por nada.
Ya no más, aquí me quedo.
Quiero aguardar esa estrella
 que rescate mis tristezas
con lucecitas de cielo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¿Adónde vas amor
 con esta lluvia,
que acongoja la piel
de  los veranos?
¿Es el amor así
 o es la tristeza,
 la que me estruja el alma
cuando pienso,
 que ya no estás
 y tengo miedo ,
de empaparme de amor
 y de recuerdos?
¿Adónde estás amor,
 con tanta lluvia
que penetra de golpe,
en esta tierra,
tan seca por el sol
como mis labios?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Deshice una granada entre los dedos
 para darle color a las estrellas.
Busqué una flor y le quité los pétalos, 
 para que volaran perfumando el viento.
Me acuné con grillos en la medianoche
 y entre aquellas sombra la luna me                                 
                                                 hablaba,
para que escuchara las cosas tan  bellas
 que cuando no duermo  me gusta soñar.
Y abrigué en mi vientre la ilusión perdida
para que durmiera conmigo, otra vez.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Te busco en la espesura de la noche
 y en el suave reclinar de los juncales.
Te imagino descalzo por la arena,
 pisando caracolas bajo las estrellas.
 
Te sueño recostado en  los trigales,
oyendo el silencio de los pastizales.
Y te veo trepar en las colinas,
 para decirle adiós a los crepúsculos.
 
Y me siento  por ti tan invadida,
que deseo escapar, caer rendida,
o colgarme  en los hilos de la lluvia.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
CAZADORES DE SUEÑOS (1988)
 
(Premio SALAC, en el  centenario de Bomberos Voluntarios)
 
Va recortando silencios,
 a su paso, la sirena.
Lleva en sus alas latiendo,
minutos que son de arena.
 Escombros que llanto son.
Vendaval que se los lleva.
Agua. Fuego. Lodazal.
Cenizas de amor, que quedan.
Son cazadores de sueños,
tal vez, diría  el poeta,
al verlos trepando al cielo
por peldaños que atraviesan
los abismos del infierno.
          Son soldados que no  irán
jamás a ninguna guerra,
porque su lucha es amor
y el coraje, su bandera.
Han cambiado su fusil
por un hacha, una escalera,
una manguera,  una red,
 una palabra de aliento
o un dolor que no se ve.
Allí donde nadie puede,
llegan siempre los bomberos
 luciendo como medallas
 sobre el pecho, cicatrices.
Escombros que llanto son.
Caracoles de humo negro.
Agua. Fuego. Lodazal.
Cenizas de amor, que quedan.
 
UN ANGEL PRESTADO
 
Yo voy a contarte
 sólo una leyenda
 de un ángel prestado
 que llegó a la tierra.
¿Recuerdas muchacho?
Tenías una hija,
cuando vino ELLA.
Después vino el otro
 golpeando a tu puerta.
No te diste cuenta,
que sólo dos eran.
Que eran dos hermanos
y un ángel prestado.
ELLA vino, acaso,
para que la vieras,
para que sonrieras
un rato, a su lado.
ELLA era perfecta
 pues era un regalo,
que Dios te había dado,
 hasta Nochebuena.
No sufras, muchacho,
no llores por ELLA.
Recuerda sus manos,
nunca estaban quietas.
No es tuya esa niña
 que tú crees muerta.
Tuviste dos hijos
 y un ángel, prestado.
 
 
 
 
 
 
 
  
     DEFINICIÓN DE ARTE
 
Intentando saber
 lo que es el arte,
 he llegado hasta Dios.
"Cataclismo del ser
que se plasma en un sol,
 modelando el amor
con la sola ilusión".
Algunos sí lo entienden.
Otros lo usan como adorno
o lo llaman "mercancías".
¿Para quién sirve el arte?
¿A quién llega el artista?
¿Es acaso importante
 modelar en arcilla?
¿Representar una obra
en las tablas de un teatro?
¿Escribir tantos versos
 o crear melodías?
¿Qué pretenden con ello
los que enseñan la técnica,
 de plasmar en la tela,
 en  papel o en la piedra,
 todo un mundo de sueños?
Y al final,  la respuesta,
 la tenía yo adentro.
Para mí, lo importante,
 es crearse a uno mismo,
 es sentirse tan vivo
 y sembrar la semilla
 que uno lleva consigo.
 No importa mucho ahora,
 si alguien más, no lo entiende.
 Si al final de los días
 no morirás del todo.
Hay cosas que se quedan
a esperar que amanezca.
 Son cosas que florecen,
 todavía, en la tierra.
Son cosas que perduran,
 a pesar de las guerras.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Despierta ya, criatura,
no te dejes vencer  por la derrota.
Lo vivido pasó
 y lo que has logrado,
 nunca es, ni será  definitivo.
Despierta ya, criatura,
porque el nunca,
 es tan  sólo una palabra,
 el siempre es apenas un deseo
y el todo, en realidad, nunca se alcanza.
Despierta, porque el hoy
 te pertenece por entero,
el ayer ya no está y el mañana
 no es más que una esperanza.
Mas no  te detengas
 jamás en  un instante,
porque la vida
 es la suma de momentos
que deberás multiplicar,
 a tu manera,
si es que vas a vivir
 hacia delante.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El mundo está colmado y sin embargo,
aún queda un lugar para el recuerdo,
 aún puedo volar con fantasías
 hasta inventar un cielo  en el infierno.
 
El mundo es tan pequeño y sin embargo,
habitado en los sueños se ve inmenso.
El mundo que no vemos, es más que eso
y sin embargo, ausente lo presiento,
con el alcance humano que yo tengo.
 
Pero el trozo de mundo en que me muevo,
me ha bastado y me sobra por completo,
 para albergar en él un mundo nuevo,
 con espacios sin límites impuestos
 y sin barreras para el  pensamiento.
 
 
 
 
 
 
 
 
Atrévete a vivir  tal como sientes,
 debe ser el amor que te haga libre
 y sea dueño de ti como ninguno.
Atrévete  a soñar despierta,
 a trenzar tus cabellos con el viento
 sin aguardar a un sol que te despierte.
Remonta el barrilete de tus miedos
 para decirle adiós, mientras se eleva.
Atrévete a pulsar en esas venas
 aquello que tú quieres que suceda.
Atrévete a vivir enamorado
y a vibrar en las cuerdas de tu tiempo.
Atrévete a vivir sin sacar cuentas,
sin preguntas, ni remordimientos.
Pero hazlo ahora, en este instante,
pues los amaneceres pueden terminar
y a veces, la noche se hace eterna.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
No entiendo ya nada
de las conclusiones
 que saca mi mente.
 No sé qué es pasión,
 ni qué rebeldía.
No entiendo más nada
 de lo que me dicen
 si no es el lenguaje
 secreto del alma.
 No sé si me duele
 o me da alegría,
 lo que dicen otros,
 cuando no comprenden
 cosas que son claras.
No sé por qué llora
aquel que no siente
ni por qué no muere
 aquel que no vive
No entiendo más nada
 de lo que es la vida,
ni qué es la amistad,
 ni qué compañía.
Ya no estoy segura
 de quienes me quieren,
 si ni yo me veo
adonde estoy, a veces.
No sé si es valor
 esta forma mía
 de enfrentarme a todo.
No entiendo más nada
 de sumas, ni restas,
 pues siento que adentro
 me estoy dividiendo.
No entiendo el silencio
 porque sé que, a veces,
 en silencio me hablan.
 Y las cosas simples
son las que parecen
 que yo busco en vano.
Y las más pequeñas
 son grandes, inmensas,
 pero sin embargo,
 nadie lo comprende.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Yo podría darte, quizás, un poquito
de todo el paisaje de mi geografía.
Podría robarle, un minuto al infierno
 que vive conmigo cuando tú te alejas.
Podría contarte, las ganas que tengo
de hallar ese puerto lejano, contigo.
Podría brindarte, un jirón pequeño
 de aquellos momentos que pierdo soñando
con tus manos tibias, que hoy están vacías.
 Pero cuando pienso, lo mucho que cuesta
 salir de tus brazos, cuando tú me besas,
 me quedo muy quieta frenando el impulso,
para no perderte de nuevo, después.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Palabras y más palabras
 cayendo a plomo
en el pozo de los silencios.
Palabras que repetimos.
Palabras que fueron vida
y a veces, muerte.
Vida que no pedimos,
pues nos vino regalada
y que de un sorbo bebemos
con el alma encarcelada
entre miedos y  rutinas.
¡Quiero internarme en el mar!
¡Quiero huir como Alfonsina!
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
NO IMPORTA
 
No importa quien sea
 el que  golpee a mi puerta.
No  importa  si  tiene
 sombrero o bastón,
 pantalón o babero.
¡Quién se cree que es
 para interrumpir
 mi inspiración
 o lo que sea!
 Él tiene  su camino,
que no use  el mío.
Porque si regresa,
 picaré su carne
 y beberé su sangre
de una sola vez.
No hay lugar para nadie
en donde estén mis pies.
 
 
 
 
 
 
 
A CATAMARCA
Hermana pobre, de sueños largos.
Hoy quiero oír tu gorjeo de pájaro
al son alegre de las guitarras.
Hoy llegó el día.
La uva se hizo vino.
Ven, a festejar conmigo.
Quiero que se oigan bajo tu suelo
los pies descalzos de calchaquíes,
junto al camino que hiciera el Inca
en su porfía por ser de aquí.
Hermana linda de ojos pintados
como tus cerros, de azul morado,
de marrón claro, de verde y blanco.
De amarillento y de colorado.
Hermana mía, quiero a tu gente
con esas manos de piel caliente.
Tejiendo ponchos, cociendo el barro.
Bordando sueños con hilo y lana.
Porque tu gente es gente de esas,
 brazos abiertos, de mente sana,
como lo era Doña Palacios
cuando sembraba por todas partes,
esa tristeza de las vidalas.
Hermana pobre de sueños largos,
tienes la boca llena de voces,
 zambas y versos.
Tienes los valles, tienes los ecos,
tienes la Cuesta del Portezuelo,
la virgencita que hace milagros.
Tienes las ganas, tienes tatuajes
de piedra y rocas.
Tienes coraje y eres hermosa.
¿De qué nos sirven las cosas vanas?
¿No ves hermana que aquí
no se oyen ya las campanas?
Ya por las plazas no andan palomas.
Y en los senderos no hay majaditas
 negras ni blancas,
lamiendo el verde del pastizal.
Por eso hermana, no te lamente.
Lo tienes todo, no pidas más.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
MAESTRA CON ALAS
 
Allí está ella,
la maestra con alas,
que entre luces y sombras,
como pájaro guarda
su fuego entre las aguas.
A veces, nos confunde
con un gesto muy serio
y esa mirada dura,
que nos taladra el alma.
Pero ¿Sabes niño?
No dejes que te engañe.
Pues guarda su ternura
bajo llaves de papel
que siempre se abren.
Y tú podrás hacerla sonreír,
 ahogarle  las tormentas,
con el simple crepúsculo
de tu mirada.
Y hasta romper su corazón
si le muestras tu tristeza.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
AGRADEZCAN
 
Agradezcan aquellos
que hoy me enfrentan,
que mi tiempo es escaso para ellos.
Agradezcan que tengo, todavía,
la sangre muy poblada de emociones
que me dan esta paz, que siempre llevo,
por delante de todas mis reacciones.
Agradezcan aquellos, que no tengo
ni tan sólo un minuto para verlos,
porque vivo pensando en la manera
de saltar las vallas y cruzar las cercas,
de trepar los muros por mi cuenta.
Agradezcan aquellos, que no puedo
demorar a este mundo que me espera,
para darles batalla a campo abierto
y aplastar su victoria contra el suelo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
DIALOGANDO
 
Desde aquel que es mi rincón
veo a la gente pasar.
Y por alguna razón,
alguien llega a mi lugar.
Y así me pongo a charlar
a pesar de lo que digan,
pues nadie me va a cambiar
lo que soy o lo que siento,
por más defectos que tenga
nadie contagia en su asiento,
ni sus penas ni sus  glorias,
tan sólo con el aliento.
Prefiero la compañía
de la gente que es directa,
aunque su vida no sea
 un camino en larga recta,
a aquella que va escondida
a sacar alguna intriga,
en cada conversación.
Tal vez, se sientan mejor
de manejarse en el mundo
con tanta imaginación,
sin saber que así me brindan
 a mí la gran ocasión,
de no sentir nunca nada
cuando les miro a la cara.
Siento adentro carcajadas
y no es por casualidad,
sino de ver cómo ignoran
el valor de una amistad.
Y  por eso es que prefieren
enredarse entretejiendo,
la maraña con que cubren
su manto de soledad.
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Foto del autor NORMA ESTELA FERREYRA
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POEMAS

Palabras Clave: POEMAS

Categoría: Poesa

Subcategoría: Romntica



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Marcelo Sosa Guridi

Estimada, vine a leer un poema... y encontré un libro entero! Confieso que me abrumaron tantos poemas, pero del poemario llegué a leer los primeros textos y me gustaron. Un consejo: publica los poemas de a uno. Sospecho que algún que otro lector, como yo, se ha asustado. Algunos entramos a relojear (nunca tan bien empleado el término) con el tiempo contado. Otro inconveniente es que si me pusiera a hacer un comentario del poemario entero, la sola idea del trabajo necesario me hace desertar...
Te dejo un abrazo, y espero que no te moleste la sugerencia, que no pasa de tal.
Saludos!
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April 12, 2012
 

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