REBELDE
Publicado en Apr 06, 2012
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                  NOTA DE LA AUTORA
  
  
              Este libro fue escrito, en gran parte, durante la              
              dictadura militar y por  las razones que todos          
              conocemos, no  pude hacerlo público.
              Mi madre  escondía todo lo que escribía en  una
              lata de galletas, que  luego enterraba en el jardín.
              Y cuando pasó el peligro, ella me  los  devolvió.     
              Aunque mi rebeldía, nunca tuvo que ver  con                                                                                                                        
              ideas políticas, sino con la injusticia y la            
              desigualdad de los hombres.    
                                                                                                                                                                                   
 
  
             
 
 
   Dedico este libro al presidente de                                       
   Bolivia,  EVO  MORALES, por
  representar a nuestra  raza originaria
  
  
  
  
  
  
  
  
              
  
  
  
  
  
  
  
  
Dicen que es rico
el que tiene
dinero y puede gastar,
pero es pobre aquel que nunca
tuvo por qué trabajar.
Dicen que es bueno moverse
con carros por la ciudad,
pero es mejor  el ser útil
 al hombre y la sociedad.
Mente, brazos, piernas, fuerza,
 es todo lo que es riqueza..
Dientes sanos, piel caliente,
voz cansada, buenas manos,
ver temprano al sol naciente
 y ayudar a nuestro hermano,
 es todo lo que nos queda
cuando nos tapa la tierra,
cuando la vida nos deja
sin que se pueda comprar.
 
He nacido rebelde
 y es por eso,
que no acepto esta ley
 que me han impuesto,
de admitir a mi igual,
 desde la cuna,
con distinta heredad
 sin merecerlo.
Yo tengo en propiedad
 y con  derecho,
 la  tierra, el trabajo y el dinero,
que tanto le han  costado
 a mis abuelos.
Y cuando pienso en tantos
 y en aquéllos,
que dejaron sus ganas
de ser ellos,
para tener tan sólo
lo que hicieron,
a fuerza de pulmón
 y con su esfuerzo..
Siento que nada soy
  y que  les debo,
porque les hice trampas,
 sin quererlo,
pues nunca  fui su igual
 de nacimiento.
He crecido rebelde
y es por eso,
que no acepto esta ley
que me han impuesto,
de tener propiedad
 sobre lo ajeno,
si  nunca me ha costado
 ni un esfuerzo. 
Hombre, escucha ese llanto
del niño que en esta tierra,
quiere nacer soberano.
 Trae sus ojos mirando
 hacia el suelo americano.,
Quiere beber en el pecho
de los indios y los gauchos
que murieron por no ser
por los hombres subyugados.
Trae en su brazo una lanza
y una paloma en la mano,
su grito se oye de lejos
y su voz en castellano,
nos dice que es nuestro hermano,
que ha de nacer soberano
o a de morir al nacer.
 
 

LA HISTORIA
El profesor me había dicho
que la historia es el pasado,
de los pueblos que han dejado
 sus hechos en los escritos.
Cuando me puse a leer
tantos libros que se hicieron,
fue cosa de no creer
 pero a mi, me confundieron.
Todos decían lo mismo
 pero dicho de otro modo.
Hablaban de las batallas,
de quienes las comandaban,
de los hombres de gobierno,
 de héroes y monumentos,
de cómo se divirtieron
 persiguiendo al pensamiento.
 De la vida de unos pocos,
de los demás, casi nada.
Entonces le pregunté
de los hechos importantes,
de quienes fueron aquéllos
que la guerra no eligieron,
 aquéllos que con sus manos
hicieron todo lo bello.
Del médico, del enfermero,
de la mujer del labriego,
que por las noches tejía
 nostalgias en el silencio.
De los muchachos que abrían
 sus ojos a un mundo nuevo
 y prefirieron la paz
en esta bendita tierra.
Pero el pobre profesor,
miró los libros que estaban
 apilados en la mesa
y esbozando una sonrisa
tan simplemente me dijo:
la historia que busca usted,
sin dudas, no la escribieron.
   
 
           INDIO   
        Por error
       te llamaron indio
       y en esas guerras cruentas
       te echaron de tu tierra.
      Te dejaron sin sueños,
       sin estrellas.
      Te invadieron el alma
      desde afuera,
      te invadieron la casa
      desde adentro.
     Y ante el exterminio,
       de tu linda raza
     te quedaste quieto,
      sin palabras,
      arrinconado y sólo
       entre los cerros,
      con tu altiva tristeza,
       con tu quena.
      Y tu saber profundo
      se volvió silencio.
      El oro de tus templos
      se hizo iglesias,
      y tu valentía
     se volvió pobreza.
     Por error,
     negamos, todavía,
     tu raza y tus derechos.
    Por error,
     en el destierro
    vas muriendo,
    sin que nadie logre
    quitarte de los ojos
   la tristeza

SOLDADO DE MALVINAS

Soldado que hoy defiendes
 la bandera nuestra,
 yo quiero que tú sepas
 cuanto  odio a la guerra,
 pues yo sé que tu vida
 vale más que la tierra.
Yo  sé que tú has dejado
tus sueño, tu pureza,
 y vas engalanado
 de escasas primaveras,
 buscando con orgullo
 defender con fiereza,
 el trozo de esta patria,
 que llamamos nuestra.
 Y digo que llamamos
 porque en esta contienda,
 ofreces tú la vida
 y yo heredo la tierra,
  porque la causa es justa,
  mas  no es justa la guerra.
  ¿Acaso no comprendes 
  que aquéllos muchachos
  a los que hoy te enfrentas,
 dejaron como tú,  allá a lo lejos,
 su ilusión de ser héroes?
 ¿Y esgrimiendo tus mismos sentimientos
   y tu mismo valor, levantan su bandera?
  ¿A quiénes  le importan
   las causas de la guerra?
   Porque la libertad
   no es dominio,
   ni posesión del suelo.
   Es tener dignidad
   y eso es quitar fronteras.
   Es respetar a la vida,
   pues nada tendrás sin ella.
  ¡Ni tendrá libertad
  quien posea la tierra!
 

   SABIDURÍA

   No es sabio el que no conoce
   la miseria desde abajo.
   No sabe nada el que cree
   que sabe porque ha leído,
   en bibliotecas o en libros
    y en  esas letras de imprenta,
   quienes gratis han vivido
   sin saber lo que es hambre,
   el frío o el sufrimiento,
   que corroe las entrañas
   del que no encuentra sustento,
   del que no sabe de luces,
   de fiestas ni de canciones.
  Del que amasa cada día
  un poco de agua y harina.
  ¡Qué saben lo que es la vida,
 los que han vivido de arriba!
 
 

Él era un gran cóndor,
Ella, una calandria.
Él era moreno,
ella espiga dorada.
Él era muy fuerte
y ella tan valiente,
que un día se unieron
para ser bandera
de la gente pobre,
de niños y viejos,
siendo dirigentes.
Tomaron las riendas
de un carro sin rumbo,
Y a punta de látigo
domaron las bestias.
Trazaron los surcos
para que surgiera,
de cada cimiento
una casa nueva,
una y otra escuela.
Y sobre estos cielos
celestes y blancos,
nacieron dos astros
para protegernos,
de abusos, de miedos,
de hambres y pobrezas.
Fue dura la doma.
No sé cómo hicieron.
Pero al fin lograron
todo un mundo nuevo.
Él vestía uniforme
y ella simplemente,
lucía en el alma
azul transparencia.
Él era muy noble,
fiel, inteligente.
Ella era muy buena,
tenaz, arrogante.
Y juntos llevaron
 el carro adelante.
Talaron los montes,
treparon la cima,
y un día dijeron:
ESTO ES ARGENTINA.
Pero él era un cóndor,
volaba tan alto
que no se dio cuenta,
de que su calandria
cantaba ya débil,
y una tarde de esas,
se quedó sin voz.
Murió con el frío
en aquel invierno,
sin ninguna queja
se quedó sin alas,
en su juventud.
El cóndor muy triste
trepó a la montaña,
se quedó abrumado
con su soledad.
No se daba cuenta
que abajo quedaban,
 tantos seres mansos
llorando su pena,
clamando por ella
su inmortalidad.
No sabía nada
de lobos hambrientos,
de ratas, de insectos,
que en la primavera,
 saltaron las cercas
 y sin darle tiempo
 ni a sentir sorpresa,
destruyeron todo
lo nuevo y lo viejo.
Los buitres acechan
devoran al pueblo.
El cóndor se aleja
volando más alto
dejando solita
a su calandria, muerta.
Los pájaros negros
le arrancan los ojos,
devoran su carne
y por su fuera poco
arrastran su cuerpo
de un lugar a otro.
El cóndor presiente
que a él no le alcanzan.
Son ciegos y torpes.
No tienen su vuelo.
Y se marcha lejos.
Él sabe que un día
 vendrán a buscarle.
Porque está seguro
que cuando se siembra
un verano llega,
trayendo cosechas.
Él sabe que, a veces,
la tierra arrasada
germina y florece,
y al crecer la hierba
los lobos se irán.
Y él vendrá de nuevo
a amasar el pan.
Pero está cansado
ya se siente viejo,
no tiene más ganas
de empezar de nuevo.
Se siente tan solo
sin esa calandria,
que morir prefiere.
Y el cóndor se duerme
triunfante en la cima
y todos lo lloran
como antes lo hicieran
con esa calandria,
pues nadie se olvida
que juntos un día
hicieron la hazaña
de hacer de la nada
una patria grande
una patria nueva.
Pues él era un cóndor
 y ella, sólo ella.
  
  
  
  
    
     ODA AL INDIO
 
    Eras como la luz
    del mediodía,
    con el cabello al viento,
    frente altiva.
   Tenías por hogar
    la inmensa tribu,
    donde la vida era cruel
    pero sin trampas,
    donde el hombre era fiel
    a su palabra.
    Luego vino el malón
    de pieles blancas,
    trayendo sus espadas,
    sus engaños
    y arrasaron con todo,
    hasta  la hierba.
   Y no quedó ni choza,
    ni mujer,  ni niño,
que orgullo sintiera
por ser indio.
Y no quedó piedra
que escondiera el oro,
donde saciaban el hambre
los demonios,
con aquellas espadas
y tantas  cruces,
que en el nombre de Dios
 te degollaban.
Y no quedaron más
que aquellos ojos,
que tan  tristes  nos  miran.
Y esa canción
 que se oye desde lejos,
 vibrando su dolor
 desde una quena.

          CUBA

 Hay un ave desovando
 sobre el agua del Caribe,
 que ha nacido sobre el lomo
 de una larga cordillera,
que  es la cresta reluciente
 de la bravura de América.
Es verde y de gran linaje
 y son muy  fuertes sus patas.
Tiene por pico una espada
 que ha de  clavarse cual  lanza,
 en el pecho de aquel que quiere
 ser tan libre como un cóndor,
 que con  sus alas al viento,
  abre sus ojos  al mundo
  para anidar sus polluelos , 
   que irán a surcar el cielo
   hacia el Este y el Oeste,
   en un majestuoso vuelo.
   Es un sol cuando amanece
   dando luz a un continente,
   tiene perfume de cocos,
   tiene su sangre caliente,
   es una alondra que canta
   canciones desesperadas,
   porque ha nacido de un huevo
   que se ha empollado   en los sueños
  de una nación, que sin dueños,
  se engendra en suelo cubano.           
                                                                                                                                                             
El "CHE"

 Con la dulzura
 de tus ojos mansos
 y el corazón enrabiado
 en la garganta,
 echaste a correr tus sueños
 desempolvando el coraje.
 Te dolía la miseria
 en la piel de los otros
  y no soportabas  la crueldad
  de tanta indiferencia.
 Y los niños con hambre
  te nublaron los ojos,
  las mujeres con miedo
  te encendieron la sangre,
  la impotencia del hombre
   la tristeza del viejo,
   te  volvieron guerrero.
   Y  ya no quisiste ser doctor
   quisiste ser "EL CHE",
   el  cóndor de la libertad
   de la justicia y la igualdad.
  Pero no te bastaron las ganas
   y tomaste las armas,
   para luchar por todos,
   por  los unos y por los otros.
   Muchos te siguieron.
  Tantos fueron ,que todavía
  siguen alzando tu bandera.
  Pero te vencieron, Guevara.
  Te mataron como a un  perro.
  Eso dijeron ellos.
 Fuiste trofeo y botín de guerra.
 Deberías estar muerto.
¿No lo crees?
Porque ya  te enterraron.
 Ya  destruyeron  tus insignias.
¿Por qué sigues viviendo, todavía,
en cada pecho que sufre
 y se rebela?
¿Por qué sigue brillando
 la estrella que lucías
 en esa boina negra?
¿Por qué sigue
 flameando tu bandera?
Tendrías que estar muerto, Guevara.
Y deberías  saber que  los muertos
ya  no pueden  ganar batallas.
Al menos, eso creyeron ellos.
¡Eso creyeron!
 
 
 
 
 
 
 
NI LLORAR PUEDEN LOS MUERTOS

(Escrito para el pueblo de México en el  terremoto de 1985.)
    
  Está temblando la tierra
      bajo el sol americano,
      quiere  nutrir sus entrañas
      con la sangre de un hermano.
      Entre montañas de escombros
      ha sepultado sus sueños,
      porque "está lejos del cielo
     y muy cerca  está el demonio".
    Como  dicen los que saben
    las causas de su miseria.
    Ya no cantan los mariachis,
    ni llorar pueden los muertos,
    pero está vivo el silencio
 en la gente que ha quedado,
 sepultando  los recuerdos.
 Pero aquí están nuestras manos,
  hijo altivo del azteca.
 Hay que enterrar a los muertos.
 Hay que quitar las cenizas.
 Hay que sembrar  esta tierra
  con semillas de valientes,
 para que crezca la hierba
 sobre sus cuerpos calientes.
Porque "están lejos del cielo"
Dios ha querido tenerlos,
"Porque está cerca el demonio"
   por eso, se fueron ellos

LATINOAMÉRICA
 
Sea mi grito  un lamento
que penetra en el cerebro,
de aquellos que no quisieron
ni supieron, usar sus  alas.
Sea mi frase un puñal,
que se ha de hundir en el pecho,
de aquéllos que no se cansan
 de someter a los pueblos.
Mi fuerza está en la palabra
y lo que digo en  mis versos
se escuchará desde lejos
por esos hombres  valientes,
de indios, gauchos, obreros,
que con coraje pelean
 y  no doblan  las rodillas
 ante el paso del sajón.
Que mi voz se vuelva grito,
o tal vez, una  canción
que derribe las murallas
 de miseria y de dolor.
Latinoamérica ruge
como un bravío león.

  QUÉDATE CONMIGO.

    Una estampida de potros
    se abre paso entre los montes.
    Y una llama se ha encendido
    en la selva como un brote,
    para anudarle los brazos
    a ese pulpo agazapado,
    que quiere llevar lo nuestro
    y envasarlo en sus latas.
    Suenan clarines de furia.
    Sopla el viento en la montaña.
   Y un dragón flota en los mares
   con la bandera cubana.
   Por eso, no te vayas
   Latino americano,
   Porque juntos
  vamos a darles batalla
 
 
CRECER DE IGUAL A IGUAL
 
Tambores hablan sin voz
en valles y cordilleras
y se oyen  muy despacito
en el campo y en la pradera.
Se escucha claro el lamento
Tienen hambre los negritos,
los hijos de los labriegos,
los hermanos del obrero
 y las madres de los minero
 y algunos no se avergüenzan
  en declararse sus dueños.
   Tambores hablan bajito,
  susurrantes y en secreto,
   esperando a que amanezca
   un sol nuevo en esta tierra,
   que acorrale al enemigo
   entre sus propias cadenas.
   Cuba resiste y resiste,
   Venezuela le acompaña,
   Bolivia no se amilana
   y los demás lo reclaman.
   Van desplegando sus alas
   en el suelo americano,
   porque queremos ser libres
   y crecer de igual a igual.

ÓYEME
 
Oye, campesino  del amor,
de la pobreza y la resignación.
Deja lo  sembrado y ven,
 pues  no recogerás el trigo,
este verano.
Oye, campesino del hambre
 y del perdón.
¡Alza tu voz y grita!
No permitas que te humillen
Que te exploten, ni te manden.
Levanta  tu cabeza y ven,
a mirar este nuevo amanecer,
donde aparece erguido
 el hombre frente a Dios,
para decirle al fin,
que se cansó de todo
y nunca más,
pagará con miseria
el precio de la paz.
 

PARTICIPAR

Me han dicho que yo soy,
tan libre como aquel
que pasa junto a mi,
sin saludarme.
Que puedo yo tener,
 también igual que él,
 dinero o estudiar,
 pensar o trabajar.
Que puedo hasta elegir,
votar o gobernar.
En fin, participar,
 en mi destino.
Mas cuando yo nací,
 mi cuna no era igual
a la  del vecino.
Lo mismo trabajé,
mi tierra yo arrendé,
 mi casa construí,
 mis granos coseché.
Y cuando recogí
 los frutos que sembré,
 siempre alguien se llevó
 los beneficios.
 Cansado ya de andar,
 me vine a la ciudad.
 Aquí pude estudiar,
 ¿Y saben qué aprendí?
 Primero, a no soñar.
 Después, a no `pensar.
 Y cuando quise hablar
   más me valió callar,
   porque a la libertad,
   la tiene el otro igual,
  de  echarte como  perro
  a la miseria.
  Por eso, yo elegí
  callar  y soportar.
  En fin, participar,
  con mi silencio.

DEMONIOS

 Qué libertad más limitada
 tengo yo,
 frente a otros hombres,
 en esta selva cruel,
 donde la gente,
 se trepa a las espaldas
de los débiles.
 Qué fortaleza frágil
 la de nuestros pueblos,
 que doblan sus rodillas
  frente a aquéllos,
 que se llevan sus frutos,
 por la fuerza.
Qué negocio más vil,
 tienen algunos,
  para hacer de la guerra
   el instrumento,
   para probar sus armas
   y vendernos,
   por si esto fuera poco,
  los remedios.
  A qué clase de monstruos pertenecen,
  los que en nombre de la paz,
  siembran la muerte
  y en nombre del progreso,
  la miseria.
 Qué mentira tan grande
  han inventado
 quienes creen aún
  que el ser humano
 es imagen de Dios
 o semejante.
Qué ignorancia, Señor,
 tenemos todos
 al creernos tan libres,
 de algún modo,
mientras vivan en el mundo,
 estos demonios.

 TÚ PUEDES

  Ponte de pie,
   hombre de América del Sur
   del hambre y el sudor,
   hombre de América Central
   del fuego y del dolor,
    que empuñas tu miseria
   con fuerza y con valor.
   Siente tu estirpe,
   la sangre de tu raza.
   Tú puedes, tú debes,
   dejar de ser tan manso
   con quienes te humillan,
  te ultrajan  y te venden,
   sin tener tu coraje
    ni tu cuerpo sano.
   Levántate,
  hombre de América del sur
  del hambre y del sudor.
  Hombre de América central
  del fuego y del dolor.
 ¡Tú no tienes amo!

LOS GORRIONES Y EL CÓNDOR                   
                    (Dedicado a Fidel)

   Como el ave fénix
   de entre las cenizas,
   se eleva el cóndor
   por las callejuelas
   azules   del cielo.
   Solitario transita
   su aparente calma,
    planea majestuoso
   en su soberbio vuelo,
   anidando polluelos
   en las cumbres más altas.
   Los gorriones abajo,
   pelean  por migajas,
   adonde él no asienta
  ni siquiera sus patas.
  En el pasto o las ramas
   se arrancan el plumaje,
   peleando por semillas
  en las casas ajenas.
 El ojo de aquel cóndor
 no se pierde  detalles,
 ni ignora tales hechos,
pero no se lanzará nunca
 por ellos al acecho.
Sus cuerpos son muy frágiles
 para sus patas fuertes.
El cóndor cuando vuela
 levanta su cabeza,
 planeando sobre aquellos
 que nunca le verán.
Sus ojos están ciegos
 y el vuelo es colosal.
Y qué pueden esperar
esos pequeños seres,
si el cóndor que es un cóndor
 ignora, todavía,
 por qué se sacan plumas
 entre ellos, los gorriones.

EL DESERTOR

--Hay que defender la patria,
Gritó el milico exaltado,
mientras formaba a la tropa
Sin darle una explicación.
--¿Y quién es el enemigo?
Le preguntó aquel soldado,
con el rostro desencajado
por la rabia y la confusión.
No era fácil, sin embargo,
brindarle alguna razón,
de esa guerra que la gente
por ser la lucha entre hermanos,
la llama revolución.
--No es hora de dar respuestas,
le dijo malhumorado.
¡Forme soldado y dé vuelta!
Le dijo el uniformado.
Con su voz muy angustiada,
sin moverse y bien parado,
volvió el muchacho a la carga,
sin apartar la mirada.
--Si he de morir por algo,
denme al menos el derecho,
de conocer el por qué.
Respóndame qué es la patria,
que yo en verdad, no lo sé.
--La patria es esta bandera,
esta tierra, este lugar,
donde nació nuestro pueblo,
dijo a punto de gritar
el hombre que engalanaba,
sus grados de General.
--Es eso lo que no entiendo,
dijo insistiendo el soldado,
Que vengan todos sus dueños
a defender lo que es de ellos.
Pues a mi no me han dejado,
ni un sitio en el cementerio.
Diga Usted, mi General,
Si la patria no comprende
a los que  vamos a enfrentar.
--Pase soldado al despacho,
respondió sin vacilar.
Allí pronto Usted sabrá
las razones que yo tengo,
para hacerlo fusilar.
Siguió su marcha la tropa,
tratando de no pensar,
qué sería del soldado
que se atrevió a preguntar.
Y se hizo largo el momento,
 de esperar a que llegara,
un Oficial  a informarle
que un Tribunal se formaba.
No se vio miedo en su cara
cuando le hicieron sentar,
y desertor, le llamaban
los que lo iban a juzgar.
Pero al hacer su defensa
él les volvió a preguntar,
si la causa que esgrimían
no era razón suficiente,
para que fueran al frente
los milicos de carrera.
---¿Quiénes señor General,
dónde están los enemigos?
O es que usted me va a enseñar
 cuáles son nuestros amigos?
Si me hablan de libertad,
opresores y oprimidos.
Y al que no está de su lado,
lo tratan de subversivo.
¿Por qué intereses pelean
levantando mi bandera,
los que tienen el poder
desde adentro y desde afuera?
Yo no tengo su cultura
pero alcanzo a comprender,
que esclavos somos del hambre,
 de la miseria, el trabajo,
y que a mi modo de ver
no es libre nunca el de abajo.
Y me hablan de democracia,
de los derechos humanos
y  a mi me da mucha gracia
 lo que entienden mis hermanos,
que creen que por votar,
no existe la dictadura,
y porque pueden hablar
han ganado algún lugar
en esta vieja estructura,
que se llama sociedad
y que las grandes potencias
disputan en propiedad.
Proceda Ud. General
y mándeme a fusilar,
que yo tengo mis motivos
para no ir a pelear.

CUESTA CREER

Cuesta creer que no estoy loca,
cuando pienso en todo lo que nos pasa
en estos tiempos del qué me importa,
del taparnos los oídos y los ojos.
Tal vez sea el miedo, qué otra cosa.
Por eso este encierro.
Esta adicción  a tantas  cosas.
A la computadora, al celular, a la tele.
que nos privan del viento, del sol,
de la luna sobre el lago,
del mar y sus crepúsculos.
Cuesta creer que no estoy loca,
cuando pienso en todo lo que  nos pasa
en estos tiempos robóticos.
Por eso, cuando veo,
con estos ojos de mi cerebro,
lo que está más allá
del teclado digital y del control remoto,
siento que mi casa está en calle
donde el sol me acaricia
y la brisa me levanta el pelo
para decirme al oído
que la vida no es virtual,
que está allí, en esos labios que besan,
en el roce de las manos,
en ese abrazo que me das
tan fuerte, cuando me ves.
Qué sería de mí, amor,
si no hubieras llegado a mis brazos
justo a tiempo,
cuando empezaba a querer
escaparme de este mundo,
donde  millones de  niños
 mueren de hambre,
sin que a nadie le importe.
Donde los que mandan  matan
y hay países enteros
que desaparecen bajo sus garras,
 como Irak o Libia, Palestina o Haití,
qué importa cuál,
si no hay nadie que grite o se rebele.
Qué sería de mí, amor,
si no hubieras venido a rescatarme
con tu dulzura y tu paz,
con esos ojos de mirada suave
y esas manos fuertes que acarician
mi pelo, como nadie.
Con sólo mirarte me enseñaste
que vivir vale la pena
a pesar del odio, de la indiferencia,
del horror  y la sinrazón
de quienes nos envenenan
desde la tierra hasta el alma,
se llevan  nuestras riquezas
y nos dejan sin dignidad.
Cuesta creer que no estoy loca
cuando pienso en todo lo que  nos pasa.
Porque quiero gritar por todos,
quiero pelear al menos, con las palabras.
Qué sería de mí, amor,
si no hubieras llegado a mis brazos,
si no me embriagara en tus labios,
para olvidarme un momento
que está temblando la tierra,
sucumbiendo a sangre y fuego.
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Palabras Clave: ANTI CAPITALISMO-LATINO AMERICA-MERCOSUR-POEMAS

Categoría: Poesa

Subcategoría: Filosfica



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