Acto primero: Las sombras
 
Abismo, inefable, infinito,
de pura sombra. Abrazadora oscuridad
que relata mis sueños,
me adentro en lo onírico, 
en lo profundo,
y te veo ahí, tentandome al futuro,
pon un paso, luego otro...
Avanza, camina, la espalda derecha,
sonrie y espera.
Te espero, te esperé, no te esperaré...
te fuiste y dejaste tu estela,
como cometa fugaz, como tierra serena,
tu garra de tigre se instaló en mi pecho,
está allí desgarradando,
un grito sordo, un cúmulo de malicia condenada,
no te tengo, pero me aferro...
No llora, sólo baila en las cenizas de un error,
Tú, Tú que lees,
lees Mis pensamientos y Mi corazón,
ves más allá de lo infinito,
y Te hablo, Sé que puedes escucharme aquí,
Sé que decifras cada letra y codificas mi vida
en un sólo sentimiento,
saber como se llama ese... No te tortures, 
las Mariposas vuelan lejos,
los sentimientos también, no hay ataduras,
sólo lazos que no quiero soltar,
que me mantienen aferrada al piso,
a este mundo y que me impiden derramar...
no es dolor, no es rabia, no es tristeza,
es un popurrí de emociones,
es una alegria esfumada... que yo quería...
pero esto es una fiesta y hay que disfrutarla,
el ultimo beso de la noche no está dado...
lo guardaré hasta medianoche,
y al tocar de las campanas, caerán los lazos
y se harán más fuertes...
y caerá el telón de estar despiertos...
las palabras se harán claras
y el sol saldrá, terminará el hechizo
y me convertiré en bruja otra vez,
no habra príncipe, sólo Tú,
Tú frente a Mi,
y despertarás... y me recordarás, 
en otro lugar, en otra realidad...
me recordarás.
 
Acto segundo: Los recuerdos
 
Cálido, íntimo momento,
como nube, flota,
como pájaro canta,
todo el munto suspira, sonríe.
Más calidez, más cerca cada vez,
una nota de agonía escondida,
tu partida. La seguridad,
tu pelo entre mis dedos,
tu boca rozando tibia, la mía,
se van abriendo paso entre los surcos,
se va cerrando la distancia,
tu beso y el mio, el de ambos,
mi corazón latiendo fuerte,
tu mano en mi cintura,
una caricia suave, una cadencia de baile,
una sonrisa y una mirada de tristeza...
que el momento no se acabe... 
que la historia llegue a la última página.
 
Acto tercero: Los arrepentimientos
 
Si he de decir algo, es que las mentiras caen hondo y sus portadores toman su lengua y se arrepienten. Ya perdí el estilo, el arte, la inteligencia, la voz... lo único que me queda es este coarazón deshecho por garras de pantera hambrienta, de hechicera de sentidos. Mis movimientos felinos, sonrisas coquetas, armas mortales utilizadas para mis fines... caigo con mis armas, estoy aquí sentida esperando por auxilio; desvalida, como niña sin abrigo, con la cara sucia de vergüenzas, de dolores, de lagrimas y restos; restos de mi, regados por el piso de la azotea más alta... un montón de palabras sin sentido eso soy... no pensé que las mejores armas pudieran dañar tanto un corazón endurecido. Enblandecido, por causa de amor malogrado, que no me quitaste, que me quite yo... que puta que la embarré.