Tema apasionante en pocas palabras
Publicado en Mar 26, 2012
Lamento desilusionar a quienes esperaban de mi, que me expida sobre el origen del universo, la lucha de clases, la contaminación ambiental, la caída del capitalismo, teorías literarias, la existencia de Dios, o cualquiera de las vanas ocupaciones humanas.
No me gusta mentir, y por eso, sobre temas antes mencionados, guardo un respetuoso silencio. Yo prefiero hablar de lo que me importa: mi ombligo. Y lamento desilusionar a quienes esperan una prosa poética, una belleza sutil encerrada en letras, un puente al infinito desde un tema trivial. No es mi estilo. No sé hacerlo. Prefiero decir la verdad. Mi ombligo. Eso me importa. Mi pedacito de yo mismo, cuando yo no era yo, sino apenas, una cosita de mamá. Mi recuerdo quirúrgico que me dice que no soy natural, que alguien debió intervenir en mi. Mi refugio cuando de niño, hurgaba en él, para encontrar ese otro misterio que no es, mi alma. Mi ombligo, ese hueco rugoso que sirve para nada, pero está… y está en mi, y me acompaña. Es bien sabido que descendemos de Adán, quien curiosamente, no tuvo el suyo. Nosotros, tenemos ombligo, y nadie, que yo sepa… ha encarado con rigor matemático, y con pasión de investigador, esa ciencia que espera ser descubierta… la … ombli-logía. Se cosas de mi ombligo que nadie sabe de mi, pero prefiero callarlas, por ahora. Pido disculpas por este escrito, pero no me nace del corazón, sino de la parte exterior de mis entrañas, de mi ombligo. Si les interesa… puedo acosarlos con mucho más, sobre el tema.
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