Recomiendo la lectura a los amantes de la poesía gótica. Sé que éstas no son mis publicaciones habituales, pero en la narrativa, en las novelas cortas y las novelas largas que son mis favoritas para leer y escribir, recurro con frecuencia a temas oscuros. (Sugiero, para completar la experiencia, reproduzca éste video mientras lee: http://www.youtube.com/watch?v=VTwFlWWfqSU&feature=related )
 
Hijos de la niebla
hijos las sombras,
semillas de miedo,
amos del misterio.

Vigilan sus huesos
y su materia oscura
soporta este mundo,
nos lo cede gastado.

Perciben lamentos
y  frases de aliento;
¡Calor del infierno!
¡Recados del cielo!

Velos de seda alba
hacen sus cuerpos.
Carne y hueso, fueron.
Ahora polvo y hueso.

Manjar de insectos;
abono de la tierra;
legando sus cruces,
sus fortunas, pactos…

Semillas de finales
con su adiós legan
ó largas existencias
destilan sus canas.

Pilares de fraudes:
Médium, nigromante,
Brujo ó clarividente…
¡Inmunes a su voz!

Infectan de a poco,
su padecimiento.
No vemos la seda
surgir de adentro

¡Exorcizar de vida!
Advertimos sino tarde,
nunca, el albor fatal
de su etérea intrusión.

Y con un parpadear
que presentimos largo
despertamos reclutas
en sus siniestras filas.