Quisiera que doscientas pulgadas de tu lluvia
cayeran sobre mi.
Extraño el agua almacenada entre tus espesuras
y revelaciones.Quiero
que me lave y engalane con señas memoriosas
y sentir, en lo bello,
la culpa natural de tus manadas de vellos bienvenidos.

Quisiera que llovieran hasta desfibrarme
tus emanaciones, dulzuras y osadías.
...Que me oprimas con tus límpidas bendiciones.

y que un beso se me dé como una seña
de tus palpitaciones hacia mi.
Fueron besos en que jamás te atenuábas.

Quiero que una lluvia, en las rompientes,
nos estremezca hasta el remordimiento
por tanto remordernos
y en la verdad de esta inundación sobrevivamos.
Paciente tú, que me apacientas
paciente yo, apacentado.