A veces transito por las avenidas de mi alma
sintiendo el sabor de una piel que se allega.
A veces me siento envuelto en otra blanca carne
mientras bebo de tu agua en manos de bacarat.
Otras veces, la árboleda de inunda de tus raíces
y la paz del nocturno, en el ser se me encima,
embriagado de todas las fragancias que salen
de una boca a la vez, sencilla y veleidosa.
De tu boca emanan mil mares de estupores
y siempre estoy dispuesto a pervivir a tu lado.