Las noches se han vuelto solitarias, ni un coro de grillos acompaña, y la luna tras las nubes espesas descansa. Las noches se han vuelto eternas, tan lentas como el latir a punto de extinguir, tan suaves como el soplo de los que ya no están aquí. Las noches ya no son noches, son horas envinadas que pintan el cielo sombrío, son los susurros del viento dando vida a las hojas de otoño caídas, es el ensordecedor silencio que ocurre al apretar la almohada sobre los costados de las entrañas, es la soledad indeseable que llena de oscuridad cada rincón del alma... 

Las noches desde aquí, son mas ciegas que tener ojos en las manos, mas extrañas que los ángeles enamorados, mas tranquilas que el canto de una madre amando, pero tan sugestionables que dormir es en valentía, un acto heroico, carcome cada ligero sueño alejado de la realidad, realidad que es invisible porque ves el mundo desde los lentes sensibles. 

Las noches no se hicieron para descansar, tampoco para soñar, ni menos para amar, las noches se hicieron para desvelar, para delirar en preguntas que nunca tienen final, las noches se hicieron para los solitarios, los ausentes, los creyentes, para los que viven y se alimentan de promesas, para los que respiran del suspiro perdido, para los que laten del corazón que a su vez de divide en dos.. para los que creen en letras disfrazadas de incoherencia desatinada, para los que escriben, pero nunca mejor. 

Para los que leen pero no saben por que razón, para los que no quieren dormir y siguen sin bajar el telón, para los que quieren soñar, pero las alas empeñadas están. 

Las noches son, al parecer, las transformaciones mas crudas que el ser humano pueda tener, por eso se pasan solitarias, las noches son lo que uno quiere pero nunca se atreve. 

Y esta noche, hoy esta noche fría y oscura, es para escribir lo que no me deja dormir...