8.- La revelación del retrato
Publicado en Sep 19, 2011
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Continuación del relato de Isaac Mena
"Eugene era hijo único. Su padre administraba una enorme granja y se dedicaba a la producción de leche. Su madre era una mujer muy ocupada y diligente, teniendo a su disposición una gran cantidad de servidumbre.
Solíamos pasarlo bastante bien en casa de Eugene. Casi siempre nos invitaba a Isaías y a mí a pasar las vacaciones de verano con él. Comíamos y dormíamos como reyes y luego íbamos a jugar por las amplias campiñas que correspondían a los dominios de los Bourlot.
La familia de Eugene me conoce desde hace seis años y me trata como a un hijo más. Les dio mucho gusto verme ese fin de semana, ya que tenía varios meses sin visitarlos.
Aquel día llegamos temprano y nos reunimos a comer con su familia. Su padre habló de los planes que tenía a futuro para su único hijo. Esperaba que heredara la granja y se hiciera cargo de ella. Posiblemente, una vez cumplidos los catorce años, Eugene dejaría el convento para incorporarse al mundo de los negocios. Estudiaría una carrera relacionada con la administración y se convertiría en el nuevo empresario Bourlot.
Eugene tenía un futuro brillante, pensé. ¿Qué podía preocuparle? Sin embargo, él no hizo comentarios al respecto. Después de la comida lo seguí a la biblioteca, donde nos encerramos hasta el anochecer.
Hacía tiempo que mi amigo se había apasionado por un determinado género de literatura. Me mostró títulos de ocultismo, esoterismo y magia. Estuvo hablando sobre todo de Gnosticismo, Rosacruces y otras sociedades secretas. Por último, se pasó al tema del pensamiento mágico.
•-          Este tipo de ciencias- me dijo -son capaces de revelarnos los misterios más grandes del universo. Se han adentrado en todo aquello que es inmaterial y en aquellas facultades que podemos desarrollar más allá de la mente. Estos libros son un tesoro, Isaac.
•-          No son ciencias exactamente- le repliqué -se basan en información que no es posible comprobar.
•-          Vamos, Isaac. No es posible comprobar la existencia de Dios ¿O sí? Si piensas de esa manera dudo que llegues a ser monje.
•-          Bien ¿Qué hay de todo esto?
•-          He descubierto mis facultades extrasensoriales, Isaac. Puedo ocasionar cosas con sólo pensarlas.
Creí que me estaba tomando el pelo, hasta que vi en su rostro una expresión de viva emoción. La verdad, a esas alturas, era posible que Eugene pudiera decir las cosas más descabelladas que existieran.
•-          Explícate mejor, Eugene.
•-          Durante tres años Isaac, he practicado la meditación y ciertos ejercicios que he encontrado en el material que te muestro. He logrado comunicarme con fuerzas del más allá, espíritus que me revelan mediante señales mucho de lo que no es oculto a simple vista. Lo que me has contado sobre Ben me ha emocionado más de lo que crees. Alistair M. sólo era un personaje imaginario en mi cabeza, hasta que tú acabas de decirme que el propio Ben lo ha visto. Quiere decir... que se está materializando.
•-          Eso es absurdo, Eugene. Puede haber sido un simple truco.
•-          Pero fuiste tú quien me confiaste. Puedo lograr que las cosas cambien, Isaac. Lo sé hasta hace poco.
Empecé a vislumbrar algo siniestro en todo eso. Era locura mezclada con brujería y cierta ambición de poder.
•-          ¿Tú llegaste solo a esa cueva, Eugene?
•-          Esa cueva era usada para ritos satánicos hace tiempo, -explicó Eugene- luego la clausuraron y al final la abandonaron. Investigué su localización y por fin la encontré. Una noche practiqué ciertas fórmulas que lograron comunicarme con seres del más allá. Encontré que yo podía conservar mi voz si se los pedía, y eso sólo incluía tener algunas atenciones para con ellos.
No dije nada. Encontraba sobrecogedor aquel lugar, era oscuro y lleno del piso al techo de una inmensa variedad de libros. Había varios retratos familiares de diferentes épocas en algunas de las paredes.
Uno de ellos me llamó poderosamente la atención, mientras Eugene hablaba de la cueva. Observé con atención la fotografía, donde parientes y familiares de Eugene se congregaban en una festividad navideña. Eugene debía tener allí alrededor de siete años.
•-          ¿Quién es la mujer joven junto a ti?
•-          ¿Te refieres a Nidya? Era mi nana, falleció hace tres meses. Era muy joven cuando se hizo cargo de mí.
Observé a Eugene con cautela, aquella noticia me sobrecogió aún más.
•-          ¿De qué murió?
•-          Al dar a luz
•-          Apuesto... a que también cantaba.
Eugene me miró sorprendido.
•-          Así es. Solía arrullarme todas las noches con su hermosa voz. ¿Cómo lo supiste?
No le respondí en ese momento. Aquella mujer era la misma que yo había visto en la cueva."
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Foto del autor El...vi...ra
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Descripción

Isaac visita la casa de Eugene, encontrando cada vez más perturbadora la conducta de su amigo.

Palabras Clave: biblioteca esoterismo retrato brujería

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Terror & Misterio



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Verano Brisas

Bueno querida Elvira: Aquí estoy para decirte que me sigue gustando tu escritura. No das el brazo a torcer. En horabuena. Un abrazo de Verano.
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October 12, 2011
 

Antonio JImenez Villa

La historia sigue siendo interesante, muy fuida de una gran imaginacion, pero, me da la impresion que te dejaste arrebatar la histortia de uno de los personajes, eso suele suceder cuando se crea un personaje con tanta fuerza que el escritor no es capaz de manejarlo. te sucede con issacK Mena, basicamente viene contando la historia desde el relato de la cueva, en esa forma da la impresion que el narrador desaparece,comvirtiendose en un narrador en primera persona. Pero no es malo, por el contrario cada escritor escoge su forma de narrar mientras no pierda el contexto de la obra.

MAS ABRAZOS.
ANTONIO J.

Responder
September 28, 2011
 

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