Amor & Más Alla ( Capítulo 9)
Publicado en Jul 09, 2011
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CAPITULO 9: "...Y fue entonces que miles de ángeles entonaron la suave música del amor, colorearon los cielos de colores y las nubes fueron suplantadas por algodón... ellos hicieron la promesa de amor que jamás se debería cambiar, algo que no terminaría, algo para siempre jamás".
Jane y yo buscábamos a la persona que creyéramos más adecuada para hacer la ceremonia. Caminábamos por las calles empedradas y en eso, vi a lo lejos a un hombre de sombrero de copa negro, cuando este se dio la vuelta vi su rostro y sonreí abiertamente.
- ¡Marco! - grité emocionado.
El era perfecto para realizar esa ceremonia tan importante para nosotros dos. Había conocido a Marco un día mientras intentaba mejorar mis tácticas de viaje, al igual que como me había pasado con Jane, había llegado a dar al lugar erróneo, pero no me arrepentía ya que gracias a esos errores terminaba conociendo a personas muy interesantes y sin olvidar: al amor de mi existencia.
- Hola querido Jared. ¿Cómo has estado? Buen día señorita - dijo mientras tomaba su mano y la besaba suavemente, después me tendió la mano a mí y nos dimos un fuerte apretón.
- Quisiéramos pedirle un gran favor, Marco -
- Oh, claro joven Jared. ¿En que puede ayudarles este viejo? -
- Pues... ¡Vamos a casarnos! - dijo Jane emocionada.
- A ¿Casarse? ¿Cómo? - quiso saber Marco.
- Para eso necesitamos su ayuda - dije.
- En ese caso, dime - contestó.
- Pues será así: Yo espero enfrente de usted hasta que Jane llega, y cuando haya llegado usted me pregunta si quiero a Jane Gilbert. Yo digo, clara y obviamente que si - Jane sonrió y me miró por debajo de sus pestañas sonrojándose ligeramente - y entonces usted le pregunta a ella si me quiere a mí - clavé mis ojos en aquellos color caramelo que tanto amaba y su sonrisa se ensanchó mientras yo terminaba la frase.
- ¡Siempre he querido hacer esto! - dijo Marco feliz - creo que mi sueño más grande, en vida, es ser sacerdote y vivir en una gran iglesia, o en un castillo medieval - agregó ilusionado.
- Se le cumplirá, ya lo verá -
- En ese caso, espero no olvidarme de nada - sus grandes alas blancas se extendieron y parecía como si nuestros cuerpos fueran cobijados por estas, suaves y preciosas.
- Le agradecemos demasiado - dijimos Jane y yo al unísono y después sonreímos.
- Suerte chicos, ahora tengo que irme - sonreímos nuevamente y tomé a Jane de la mano mientras veíamos a Marco alejarse y comenzamos a caminar nuevamente.
- Ahora hay que planear una boda - dijo ilusionada.
- ¿Crees que tenemos que ir con tu madre? ¿Quisiera ella organizar todo? -
- Es lo más probable - dijo riendo e imaginándose a su madre como loca corriendo de un lado hacia otro.
- Entonces, vayamos... - dije y nuestros cuerpos desaparecieron de la calle empedrada y aparecimos en la sala donde había visto a Jane por primera vez.
Su madre aceptó alegre, es más, ni siquiera nos preguntó si podía planear las cosas... ya tenía todo planeado. Era como si hubiera esperado ese momento siempre.
Ahora solo nos restaba esperar dos días más o el tiempo que fuera necesario para que todo estuviera completamente en orden para la boda... una boda en el cielo le parecía a muchos algo extraño, pero para muchos otros, era realmente especial.
La boda se efectuó en un gran salón de paredes blancas y de suelo color marrón.
Ben se encontraba a mi derecha susurrándome algunos detalles, a mi izquierda, la madre de Jane parloteaba muchísimas cosas a las que ni siquiera les prestaba atención y me ponía el saco color negro en los hombros.
Varias personas acomodaban unas plantas cerca del altar y Marco estaba detrás de mi repasando sus líneas, que no eran nada difíciles pero incluso el estaba más nervioso que yo. El único sentimiento que embargaba mi alma era la felicidad y la alegría de pensar que Jane y yo seríamos oficialmente marido y mujer.
Un hombre de baja estatura y calvo llegó a mi mostrándome varias muestras de tela en diferentes tonalidades.
- ¿Tu que crees? Yo creo que le gustará - dijo Ben.
- No, no, no. Ese no es color apropiado para las cortinas del salón - dijo la madre de Jane.
Dejé al hombre detrás y seguí caminando, si seguían así terminarían por estresarme.
Hablaban muy fuerte y demasiado rápido, era como un gran zumbido de abejas que revoloteaban a mí alrededor parloteando muchísimas palabras desconocidas para mi, yo solo quería ver a Jane.
- Gracias, Gracias - decía a todas las personas que me decían frases de aliento mientras seguía caminando.
Había algunas hileras de sillas color crema acomodadas frente al arco de flores blancas que sería el lugar donde nos juraríamos amor eterno.
- Calma, Calma señora. Todo estará bien - dije a Mariela. En ese momento el pequeño John se puso frente a mí con una esfera transparente.
- ¡Es un buen detalle! ¿No crees? - preguntó con una gran sonrisa en su rostro.
- Claro que si John -
- John, hijo vete de aquí. Ahora están terminando de arreglar el salón, no vayas a arruinar algo, sal y ahora entras... yo te digo cuando ¿Si? - Mariela hablaba muy, muy rápido... sus palabras apenas eran entendibles. John hizo un gesto en su rostro. "¿Qué dijo?" pensó.
- Creo que quiere que salgas por ahora - me incliné para susurrarle en el odio. Sonrío y salió corriendo por la puerta.
Un hombre organizaba un pequeño grupo de niños que formaban un coro angelical en una especia de tribuna pequeña.
- Esta es una posibilidad en cuanto a la música... - dijo Mariela.
Las bocas de los niños comenzaron a abrirse como si cantasen, pero los sonidos no eran los típicos sino, eran sonidos musicales, como si los propios pequeños fueran instrumentos. Después, la música cesó y sus voces comenzaron a inundar la habitación en un dulce arrullo de voces angelicales y suaves. Me quedé absorto contemplando a los pequeños, era la única cosa que me había distraído desde que comenzó la planeación de la boda.
En otro lugar del salón, Jane se alistaba con su ligero vestido blanco que caía suavemente por su cuerpo, una mujer arreglaba unos cuantos detalles y le colocó el velo en su cabeza.
- Jane, te ves preciosa - dijo John mientras "irrumpía" nuevamente en el salón.
- Gracias pequeño - dijo y lo besó en la frente.
- ¡Hay no! Ya escuché a mamá, me voy Jane, te veo después - dijo con unas caritas cómicas y sobreactuando con drama. Jane comenzó a reír.
La música de los niños llenaba la pequeña habitación en la que Jane se encontraba y ella sonreía con los tonos de aquel suave cántico.
Entonces, la mujer hizo una seña a Jane y esta sonrió nerviosamente. Asintió y comenzó a caminar hacia la escalera por la que llegaría al centro del salón.
Estaba ahí escuchando a los niños cuando Mariela me señaló el altar y me dijo que me encaminara hacia allí rápidamente.
Giré mi rostro hacia la escalera y me encontré con la persona más perfecta en todo el...cielo, mundo, universo... ¡Todo lugar! Sonrió levemente y comenzó a descender muy despacio los escalones.
Parecía un poco nerviosa pero sonreí para infundirle valor.
Seguía bajando muy despacio y las ansias de tenerla junto a mi aumentaban con cada segundo.
No podrían siquiera describir como estaba vestida, cuan hermosa se veía... las palabras no alcanzan para explicar tanta perfección.
"Te amo" pensó Jane y sonreí más abiertamente.
La ceremonia fue simple y rápida como habíamos pensado, pero había sido completamente personal y linda.
Marco nos peguntó si nos queríamos y contestamos que si sonriendo, un dulce beso había cerrado el trato.
Jane comenzó a subir las escaleras llena de felicidad animándome a seguirla.
No lo hice, quería ver desde abajo como era que la felicidad irradiaba a su alrededor y parecía visible.
Entonces el cuerpo de Jane, mi Jane desapareció de las escaleras...
"No... Jane, por favor, no" pensé.
Volvió a aparecer tenuemente y se despidió con una lágrima que recorría su rostro.
"Siempre te amaré" pensó y entonces, la imagen de su cuerpo, la mismísima Jane que había conocido hacia poco tiempo... dejó el cielo.
Las lágrimas comenzaron a recorrer mi rostro cayendo desde mis ojos verdes que no podían creer lo que acababan de ver.
Pensé en Jane una y otra vez, intente viajar a donde ella estaba pero no había forma de lograrlo... no viajaba a ningún lugar puesto que ahora no había ninguna Jane en el paraíso.
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Foto del autor Gaby Rodríguez
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Descripción

Novela

Palabras Clave: Amor Ternura Amistad Cielo

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Fantasía


Derechos de Autor: Gaby Rodriguez


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