Sueños, oníricos de pasión…
 
¡Hombre deseado tantas veces!
asómate un momento entre las sombras,
devela tu hermosura varonil,  déjate caer como agua sorda
 permitele a la luna que eclipse tu presencia
en esta noche errante
 
  Hombre que te adueñas de mi alma hasta en los sueños,
 amniótico silencio de un mar sin flujo,
y de un suntuoso olor a tiempo ,
tatuado en esta piel que me recubre.
buscando el hilo mágico  que te defina
para perpetuarte en el tiempo.
 
Sueños sigilosos que como espigas se juntan
 en goterones lentos
conjugandose como lluvia ancestral
  destilandose  en el zumo de los claveles rojos
¡ hasta que la sombra se asombre callada y displicente!
 
¡Oh labios espectantes,  que provocan con palabras la carne fatigada!
tu silencio acosa mis horas perseguidas,
 como farol sonámbulo en los senderos olvidados
estirpe de pasión, alimentando silencios
  radiante  rosa desatada en la espuma,
 empuñando palabras que aspiran a volar,
como pájaro profeta  en tiempos de carencia.
 
Hombre tierno de mirar triste
derramándose por los espacios sigue tu nombre en silencio
y como alpa desempolvada cicatrizan mis heridas 
en el alfa y el omega,
 oteando desde este mundo de locura…
Doris Melo. 
En . Rasgando la memoria