HAY SERES Y OTRA COSA
Publicado en Feb 01, 2009
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Hay seres ...y otra cosa  (monólogo)
Puedo oír el silencio.
Ver la oscuridad.
Arrojarme en el abismo
y sentir...
 el vacío material.
Nulo es mi peso.
¡Liviandad!
No siento frío ni calor.
¡Neutralidad!
No tengo cuerpo
pero estoy
en esa fuerza
que llamamos NADA.
Anticipo del todo y la materia:
¡La nada es DIOS!
¿Y la vida?
¡Qué maravilla sin razón!
¡Cuánta agonía!
¿Para qué?
 Si es un instante,
 apenas, que se va.
Brutal complicación
 que se nos da,
 por casualidad.
Caprichosa coincidencia
 del deseo o del amor.
 ¡Qué se yo!
Cementerio de dudas
 sin repuestas.
Montañas de respuestas
para una duda.
¡Y cuánta confusión
 para una sola mente!
¿ Adónde van los cuerpos
que  gimen y palpitan?
¿Qué es lo que queda
 de las cosas que deseamos
 poseer, acaparar,
como si fueran importantes?
¿Con quién se van? ¿Por qué?
¿Acaso puedes responder
animal con razón?
¡Ser pensante!
Como dicen los que saben.
¡Y cómo saben los hombres!
¿Verdad?
¡Y cuánto piensan!
Mentira....
Sólo nos gusta
 definir, encasillar,
 colocar cada cosa
 en su lugar
con su nombre o su título.
Rotulemos entonces,
es más cómodo.
Simplifiquemos,
es más fácil.
Conjuguemos en plural
y nos evitaremos ser uno,
 en medio de tanta gente
que no deja un lugar
para el asombro.
Aceptemos las pautas
como están,
para no quedar afuera
de la especie.
¡No hay nada en qué pensar!
Todo está ...organizado.
Esto está bien,
esto es normal,
nos dirán los demás.
Sólo transitar
nos está permitido.
Aceptemos las pautas
 que nos dan
para no quedar afuera
de la especie.
No hay nada
en qué pensar,
pues todo está planificado.
Esto está bien,
esto es normal,
nos dirán los demás.
Sólo transitar
nos está permitido
¡Loco! Te gritarán
si te sales del sitio
 adonde todos están
confundiéndose
los unos con los otros.
¡Qué porquería
 que es ser uno mismo!
¿Verdad?
Pero no nos desanimemos
porque nadie es al final
 lo que cree ,
 ni siquiera lo que es.
Somos partes, apenas,
de un todo que es total.
Simples conjunciones
 de llanto o alegría.
Vértices convergentes
del placer o del dolor.
¡Qué se yo!
Si todo está afuera
 y adentro de uno mismo.
Y quizás, nada esté
en realidad
 en ningún sitio,
ni haya un principio
 ni un final
como creemos.
¡Qué se yo!
Si todo sigue
 y todo se va,
a pesar de nosotros.
¡ Cuántos interrogantes
encierran las palabras!
¿Verdad?
Pero no nos desanimemos,
porque nada
 ha escapado a la razón.
¡Usemos las matemáticas!
Sumemos, dividamos,
multipliquemos,
 saquemos diferencias.
El doctor es doctor
y no cualquiera.
Y al fin de cuentas
tan sólo un paso hay
en la continuidad
 de los opuestos:
Entre lo malo y lo bueno.
Entre la vida y la muerte.
Entre lo  cuerdo,
lo normal y la locura.
¡Ni Dios ha escapado a la razón!
Existe una  palabra
 para cada cosa.
Y frases que  parecen lógicas.
Y muchas definiciones
 archivadas en libros
y en memorias.
Porque la inteligencia
 ordena, estructura,
formula preceptos,
 leyes, reglamentos
Y por fin..
 ¡Las verdades resultan
 científicas!
¡Y cuánto saben,
cuánto hablan,
y cuánto lloran,
los hombres, todavía!
Pero no nos desanimemos
porque el sufrimiento
se nos escapó
de las definiciones.
Y al fin somos,
 el último eslabón
 de todas las especies.
¡Somos únicos
en todo el universo!
Traducido a nuestra lengua:
¡Los mejores!
Sólo nos falta un escalón
y hubiésemos sido DIOS.
¡ Eso es lo que somos!
.........humildemente
¡Cuánta ingenuidad
encierra la ignorancia!
Pero no nos desanimemos
Porque fuimos hechos
a su imagen y semejanza.
Y como ÉL, podemos
 juzgar y condenar.
¡Nos fascina el poder!
¿Verdad?
Pues tomemos a la Justicia
en nuestras manos
 y ni el mismo Dios
 tendrá nada por hacer
en este mundo.
¿Y quién es DIOS ?
Nos seguimos preguntando.
¿Adónde está? ¿Existe?
Unas veces diremos que sí.
Otras que no.
Y mientras tanto,
ya lo hemos definido:
"El es como nosotros
pero... perfecto".
¡Mentira!
 ¡Jamás podría Él
 parecerse a  nosotros!
Estamos indefensos.
 ¿No lo sientes?
Y la razón no nos alcanza
 para ser los mejores.
Hay seres invisibles
 de tan pequeños.
Insignificantes,
 y sin mentalidad,
pero aprendieron a mutar
 para ser fuertes
y allí están preparados
para darnos batalla.
También hay vegetales.
¡Basura viva!
Verdes hojas sin instinto.
Pero no necesitan nada
 de nuestra inteligencia
para ser independientes.
Pero no nos desanimemos,
porque dicen que el ánimo
nos hace diferentes.
¡Originales!
Y quizás valga la pena
saber lo que somos,
al fin de cuentas.
Mejor, elaboremos una hipótesis.
 O mejor, partamos de un absurdo 
y supongamos,
 sólo supongamos,
que somos un animal
que tiene miedo.
¡Mucho miedo!
Y como tememos a DIOS,
inventamos una palabra
 que llamamos FE
y por las dudas Él exista,
 rezamos.
¡Cuánto rezamos!
¿ Verdad?
Mentira...
Sólo pedimos,
cuando queremos que algo
nos llueva del cielo.
Pero eso sí,
a veces prometemos
 y hasta cumplimos
porque queremos
 saldar las cuentas.
Perdón, hay excepciones
en esta regla.
Hay quienes saben
 que nada saben 
y lo respetan.
Pero mejor,
sigamos suponiendo.
 Y supongamos,
 que el miedo
 se vuelve perversión.
¡ Que es el demonio!
Y como tememos no saber
¡Sabemos todo!
¡ Nacida está nuestra soberbia!
Y como tememos
 a lo desconocido,
nos asusta morir.
Y como tememos
 también a nuestros miedos,
tenemos el coraje
 de seguir viviendo.
Supongamos,
sólo supongamos,
que sólo somos desconcierto,
que nos sentimos inseguros
entre lo que ignoramos,
lo que tememos y lo que dudamos
y para no sufrir,
nos sentimos casi... DIOS
¡ Qué atrevimiento!
Pero no nos desanimemos,
pues sólo estábamos suponiendo.
Usemos nuestra mente
y vayamos de lo abstracto a lo concreto.
¡Esa es la misión del intelecto!
Ordenemos:
Lo rojo con lo rojo,
lo negro con lo negro.
Hay niños y no niños.
Hay buenos y no tanto.
Hay pobres y otra clase.
Hay blancos y otras razas
¡Qué se yo!
Hay verdades auténticas.
¡No tanto!
No todo es tan verdadero
ni tan falso.
Y el azul es azul
 según los ojos.
Veamos un ejemplo:
Un sabio es el que sabe
¿Qué cosa?
¡Qué se yo!
Tal vez el que ha leído.
¡No creo!
Tal vez, el que ha escuchado.
¡Quién sabe!
Quien  habla sabe más.
No tanto.
¡Dejemos las cosas como están!
¡Inútil es pensarlo todo nuevamente!
Volvamos al absurdo
y supongamos,
que el miedo acecha al hombre
y su impotencia,
 lo conduce a la soberbia
y viceversa.
Se enferma de codicia,
de celos y de guerras,
se encandila de triunfos,
se deprime en la espera,
la ansiedad corroe al cuerpo
¡Y es cadáver que sueña!
Vendaval de pasiones,
 desencuentros,
soledad que acapara sentimientos.
Se inflama de deseos
y quiere que lo quieran
y atesora a su igual
como a una cosa.
Afectos. Ternuras apilables.
Variedad de emociones
compartidas.
Sensación de plenitud
insatisfecha.
Caudal de posesiones
que no pueden detenerse.
Y cuando el miedo es total
la libertad se siente acorralada,
y el  ser estalla de amor,
de odio y desenfreno,
se rebasan
los límites impuestos
y la obstinación
 se vuelve  ¡Locura!
La mirada se vuelca
 hacia uno mismo,
el ego fabrica un pedestal
y el alma se llena de burbujas
que estallan por el aire.
¡La contaminación es total!
¡El bronce se hace altar!
El acero, cañones, bayonetas. Aparecen motivos como sean.
 Y declarada está la guerra
hacia adentro y afuera.
Las bombas estallan por doquier.
Pero no nos desanimemos,
porque ellas son inteligentes.
Es que  la vida es temor
y coraje al mismo tiempo.
¡Inconsciencia total!
¡Dominio a cualquier precio!
Y la muerte es alivio cuando llega
Y el polvo vuelve al cosmos.
¡Aleluya, humanos, aleluya!
Nos parecemos a DIOS
al fin de cuentas
¿De qué nos sirve
entonces el cerebro?
Humillante final
el que tenemos,
convertidos en partículas
del tiempo.
Estafado ha quedado
el pensamiento.
Dolor. Soledad.
Conciencia de no ser,
es el destino
de tanta inteligencia.
Transitemos,
 pasajeros de la eternidad,
en un vagón de sueños encantados,
hasta que la gracia
 deje de pertenecernos.
Y mientras tanto, imaginemos
 ser dioses imperfectos.
Certifiquemos la cultura
con diplomas.
Y pensemos que eso es sabiduría.
Pero no nos confundamos.
Separemos:
A los ricos de los otros.
A los cultos de los otros. A los buenos de los otros.
Y llegaremos a la cima
donde se unen todas
las soledades.
Ya sin miedos.
Pues la vida se termina
 en igualdades
Y tal vez, la perfección
 no tenga mente.
¡Qué se yo!
Si a veces,
 la verdad es mentira
 y viceversa.
Transitemos peregrino,
dejémonos llevar
 por sentimientos.
¿Amar, odiar, sufrir.?
No, mejor soñemos.
¿Qué sería de la vida
sin los sueños?
Pero el hombre que sueña
corre el riesgo
de ser llamado loco,
 por decreto.
  La rutina ( monólogo)
Amanece...
La luz se despereza
sobre los techos
y  las sombras se alargan
 sobre el piso.
¡Suena el despertador!
Y la rutina
 se pone en movimiento
La ciudad está en marcha.
Ya crujen las bisagras
en los quioscos
y los gritos del diariero
inundan las esquina.,
 En las plazas se cruzan
los perros y los pájaros
Los ancianos encienden la radio
y toman sus pastillas.
Hay  tostadas humeando
en cualquier  parte,
y toallas mojadas en los baños.
Los motores braman
 y el colectivo
 pasa de largo en la parada
y se cuentan  monedas
 para el taxi.
La niñera ya  no llega,
 hoy  faltarán los niños al colegio
 o tal vez, lleguen tarde
para dormirse en los pupitres.       
Sigamos, pues la rutina no se detiene,
ya se cuentan billetes en  los bancos
y en la bolsa cotizan valores
 que otros tienen.
Las noticias hablan de lo mismo
 y la gente opina sobre  cualquier cosa.
Mejor me voy, se hace tarde
 y en el trabajo hay que cumplir.
 Hoy  es miércoles,
me toca hacer el café.
Mi jefe llega,
no trae buena cara.
Mejor me apuro
el café está listo.
Le ofrezco un pocillo
 y acepta.¡Qué bien !
Me pongo a trabajar
como siempre..
Ya llegaron todos.
Yo sigo , atiendo el teléfono
Ya es media mañana.
Hago otro café  y sigo
Y sigo....y sigo.
Miro el reloj.
Ya es mediodía
y debo  llegar a casa
antes de que...
bueno, no importa.
Salgo a la calle.
Todos están apurados
contaminando  el aire
con escapes libres
y su eterno malhumor.
¡ Cuánto ruido!
Los inspectores apestan
 y multan por cualquier cosa.
Es la rutina, es eso.
Los   semáforos
 detienen el tránsito,
las bicicletas vuelven
en los barrios,
el sodero que  no llega
y la  ropa ya está seca
en el  tendedero.
Es  la hora del reencuentro,
de los chicos, del marido,
del televisor que nadie ve.
Pero, todo está bien
como todos los días.
Todo es normal.
Me tiro cinco minutos
y luego sigo. Y sigo.
Yo no duermo en las siestas
 organizo mi agenda
con la mente.
Y recuerdo que
tengo cita en el dentista,
que debo comprar un regalo,
hablar por teléfono con tal,
revisar los contratos
en la oficina.
La tarde viene pesada,
con teléfonos ocupados
y bares sin medialuna.
Es la hora de las citas,
de la salida furtiva
del empresario y su empleada,
de consultar abogados,
de llamar alguna amiga
y de salir apurada
para volver al hogar.
¡Qué alivio!
Nos sacamos los zapatos,
las vestimentas sociales.
Es la hora de las batas
y las cremas,
de cepillos en el pelo,
de encargar alguna pizza
y sentarnos a esperar.
De pelear por los programas,
y los controles del televisor
Pero estamos tan cansados
que ya es hora de dormir.
La ciudad se queda quieta
y sus muros de cemento
no parecen lo que fueron.
Las puertas están cerradas
 y las ventanas también.
Todos se van a la cama
con la rutina en los pies.
Mas no te duermas ahora,
ni lo pienses por favor,
la rutina es la que ha muerto
¡Y ahora puedes soñar.!
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Foto del autor NORMA ESTELA FERREYRA
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Miembro desde: Jan 31, 2009
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Descripción

CUESTIONAMIENTO FILOSFICO ACERCA DE LA INSIGNIFICANCIA HUMANA CON RELACIN A LA NATURALEZA. LA AUTORA DESTACA EN LOS DOS MONLOGOS QUE EL HOMBRE SUEA TENER UNA MEJOR VIDA

Palabras Clave: MONOLOGO POEMAS POESA FILOSOFICA ANTROPOLGICA EXISTENCIAL

Categoría: Poesa

Subcategoría: Poesa General


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