Para moverse al  son
de  esta tierra mía,
solamente  se precisa
de  un vivo corazón.
 
No pierdas la ocasión
que brinda la alegría,
porque todo en la vida
es un eco de tu voz.
 
Libera al ruiseñor,
ábrele hoy la jaula,
y que lleve esperanza
donde hubo tanto dolor.
 
No olvides que un amor
es bálsamo, y no llaga,
y que todas las mañanas
son mañanas por un sol.
 
Por eso en mi canción
no aporto nada nuevo,
la novedad la espero
donde centras tu atención.
 
No creas que un adiós
es eterna despedida.
Hacia Dios todo camina
y regresa aún mejor.
 
Todo  ángel dormilón
responde a una sirena,
que  en la noche resuena
 como si fuera un cañón.
 
Para moverse  al son
de  esta tierra mía,
solamente se precisa
de  un ardiente corazón...
G.S.A.