Carnada [Parte 2]
Publicado en Feb 22, 2011
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..y eso fue lo último que escuché antes de quedarme completamente sola.
Solté un suspiro, y caminé hacia la cama. Tenía que guardar la calma. 'De seguro ya me están buscando, Sofía de seguro se ha preocupado y avisó a la policía. El único problema es que no sé donde estoy' aquello me recordó que había ventanas, me volví hacía ellas. Mi respiración se agitaba a cada paso mientras me encaminaba hacia las cortinas. Las abrí rápidamente. Me decepcioné al mirar el mar. Eso significaba que podía estar en cualquier lado.  Me asombró la facilidad con la cual recordé los países que dan al mar, ¡y eran tantos! Tenía que relajarme y comenzar a profundizar más esas ubicaciones. Terminé yendo al baño, quedé atónita en cuanto entré. ¡Combinaba con la recámara! Llené la tina mientras terminaba de revisar el baño, luego tendría tiempo para analizarlo mejor. Me saqué la camisa y los pantalones vaqueros, la ropa interior y finalmente me introduje en la bañera. Una vez relajada, algo me inquietaba. '¿Cómo puede ser que no hayan tapado las ventanas, ni sus caras? Ni se deben preocupar por eso, no tengo modo de contactar con alguien'  No hacía más que darle vueltas al asunto.
Terminé de bañarme, me sequé y puse una toalla alrededor de mi cuerpo. Salí del cuarto de baño. Me acerqué al armario, agarré uno de los vestidos que encontré primero. Era blanco, simple. Revisé los cajones inferiores, me alegré al hallar ropa interior nueva. Me cambié con lentitud ya que los músculos empezaban a dolerme.  Pase por alto ese detalle y me acerqué al tocador.
Una joven de 20 y tantos, nariz redonda, finos labios,  y poseedora ojos verdes me miraba fijamente a través del espejo. Aunque mi pelo estaba mojado, yo lo recordaba con más volumen; aún así, lo tenía bastante largo y de un brillante negro. Me puse a hurgar en los cajones. En el primero, había delineadores, sombras, máscaras, todo era maquillaje. Me pregunté para que querría eso y parecí recordar que era una mujer. 'A cualquier mujer le gusta estar bien arreglada, ¿no?' En el segundo, por el contrario, hallé colitas, ganchos; bueno, todas cosas para recogerme el cabello. Y en el último había un pequeño diario.
Lo tomé entre mis manos, era bastante rugoso y simulaba ser de hace mucho años. Tomé la llave que estaba todavía dentro del cajón y lo abrí. Hojas en blanco fue lo primero que vi. Se supone que ahí debía escribir alguien, ¿no? Una descabellada idea vino a mi mente. '¿Yo tengo que escribir acá?' Mis ojos se abrieron desmesuradamente, ciertamente no esperaba que aquello fuera cierto.
Tenía que encontrar respuestas a mis preguntas así que me encaminé a la puerta para salir y encontrar a alguno de esos hombres. Giré el picaporte, pero no sucedió nada. La puerta seguía cerrada. '¡Que idiota!' me dije mentalmente mientras golpeaba mi frente. Aún así, volví a intentarlo varias veces más. Terminé apoyándome en la pared, dejándome caer resignada al suelo. No sabía cuál sería mi siguiente movimiento. No sabía cómo hacer para llamarles la atención y conseguir que alguien se acerqué. Mis músculos buscaban otra vez el que los deje descansar un poco. Me animé a hacerles caso y entonces me acosté en la cama. Al rato me quedé completamente dormida. Algo turbaba mis sueños por lo que abrí los ojos. Allí estaba la razón. Dos de ellos estaban allí observándome, apoyados desde el marco de la puerta.
- ¿Por qué no puedo salir de esta habitación? - me atreví a preguntarles.
Se miraron entre ellos, como pensando que contestarme, supongo.  El más alto se adentró más, acercándose a la cama.
- Ahora si podes salir, teníamos que preparar unas cosas antes - titubeó. No, estaban calibrando que palabras podían utilizar.
Comencé a incorporarme sobre la cama, tomando las sabanas y tapándome con ellas como si de alguna forma pudieran protegerme de aquellas personas. Ellos seguían mirándome hasta que por fin cayeron en la cuenta de que me debía sentir intimidada con tenerlos allí. Ellos intercambiaron la mirada y se dieron media vuelta para dejarme nuevamente sola en la habitación. Hacía ya mucho tiempo que estaba sola. Fui hacía la puerta y tal como dijeron, ya podía salir. Y así lo hice, lista para lo que 'tenía que pasarme'. Realmente no sabía de lo que hablaba o si ya estaba dramatizando como lo hacía mi madre. 'Si, seguro es lo segundo'. Esa casa parecía un laberinto. Pasillo por aquí, pasillo por allá y millones de puertas.
Cuando pasé por delante de una de ellas, escuché a aquellas voces atormentadoras discutiendo sobre que hacer conmigo. Mi cuerpo quería seguir y buscar algo para comer, pero mi mente y mi ‘aferro a la vida’ me hicieron quedarme detrás oyéndolos. La verdad que las puertas no eran ninguna ayuda, no lograba conseguir ninguna idea concreta. Me decidí finalmente a acercar mi oreja a la puerta.
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Foto del autor Luz Corti
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3 Comentarios 457 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Palabras Clave: carnada secuestro

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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juanuno

y...............? puxa me vas a dejar kon la intriga...
0o0o0o kiero konocer ese final o este es el final ???
ojala nop sige...¡
saludos gooood talent
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June 11, 2011
 

Luz Corti

Gracias :D Estoy en eso .
Responder
March 16, 2011
 

Gustavo Adolfo Vaca Narvaja

Buena narrativa, espero la continuaciòn
Felicitaciones
Responder
March 16, 2011
 

Luz Corti

Gracias :D Estoy en eso.
Responder
March 16, 2011

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