Siempre, amigo Manuel, es necesario reconocer, de antemano, que los cargos públicos se reparten de manera no tan galdosiana como señalas en La Verdad de anteayer (y perdona que discrepe contigo en este punto) sino a la manera del pirata Drake. En esta España lograda con el esfuerzo e incluso la sangre de muchos, hoy en día no sabemos, como muy bien dices tú, si sufrir las largas jornadas invernales del aburrimiento al que nos tienen sometidos los politicastros de turno o esperar a que nos retiren para irnos a pasear al Retiro de Madrid a vivir plácidamente tomando el sol (y en eso estoy plenamente de acuerdo contigo aun que nos retiremos tú en Murcia y yo en la capital de España pese a que les duela a los de Barcelona).
Muchos polítioos podrían haberse dedicado a otra cosa; por ejemplo, observando su conducta, a carteristas de los barrios bajos... porque resulta que si después de haber entregado toda tu vida a trabajar sin desmayo (y me refiero a las abuelas y abuelos de más de 80 años de edad) ahora se les pagan solo 400 euros (como ocurre en muchos casos) pues opino que los citados politicastros se podrían dedicar a robar carteras en el autobús (si nos referimos a tu Murcia) o en el metro (si nos referimos a mi Madrid).
Va a ser un lío muy gordo, sí mi amigo Manuel, eso de hacer público lo que no declaran a Hacienda Pública los "señorones" de los cargos públicos. ¡Y vaya paradoja esta que existe con esto de ser todo un alto cargo público y reírse de la Hacienda Pública que es como decir que un zapatero se dedique a no fabricar zapatos sino a engañarnos como si fuéramos chinos con zapatillas de ir por casa. Que la cuestión ya está llegando a este extremo. O sea, a salir al supermercado más barato en zapatillas de ir por casa en vez de zapatos porque al zapatero le ha dado por querer vendernos la idea de que lo que le pasa al erario público es un infortunio. Coincido contigo en que el silencio administrativo es la fácil solución que tienen para no responder a nuestras expectativas de vida con un sueldo justo para cualquier trabajador o trabajadora.
Especificando sobre eso que escribes de "¿qué tenìa usted antes de dedicarse a que los españoles tuviesen más?" supongo que te refieres a más oportunidades de poder contactar con las privilegiadas señoritas de los servicios públicos y que nadie me interprete mal por esta especificación porque me estoy refiriendo a esas señoritas (muy guapas por cierto se creen ellas pero a veces no valen ni un pimiento) que desde el otro lado de la ventanilla (y no del otro lado de la barra del bar como algunos pueden estar mal pensando) que con una sonrisita de conejito asustasdo nos endilgan eso tan famoso de "Vuelva usted mañana" que escribió Manuel José de Larra (amigo Manuel).
Para ser más exactos: o nos quieren engañar regalándonos las sonrisitas de conejitos asustados o las que se las dan de chavalas guapas detrás de las ventanillas de la Administración Pública están administrándose el erario público para sus bolsillos mientras a nosotros, a todos nosotros y nosotras, nos reparten migajas de consuelo; como si no pisáramos el mismo suelo patrio que ellas y ellos.
¿Consuelo?. Manolo. !Consuelo es esto de mirar tu humilde billetero y ver que sólo te quedan dos euros con dos céntimos (y gracias a que nos sobran los dos céntimos) para pasar el jueves, el viernes, el sábado y el domingo esperando que, al fin, San Valentín llegue a nosotros los eternamente enamorados para ver si en vez de un beso nos regalan por lo menos un billetes de diez euros o de cinco si no es posible el de diez!.