Entrevista a Jorge Manrique.
Publicado en Feb 07, 2011
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Me encuentro en el pueblo jienense de Segura de Sierra, a 1.145 metros sobre el  nivel del mar y a una distancia de 160 kilómetros de la capital de Jaén. Casi 2.300 personas pueblan este lugar donde me encuentro con Jorge Manrique en la solariega Hospedería Rural Antaviana, situada en el lugar llamado El Ojuelo. Hay un encanto especial de Edad Media en este Parque de Cazorla. Casas-cortijos alrededor. Y mujeres que tienden sus enaguas blancas a la luz del sol. En el salón principal, calentándonos al fuego de la chimenea que él hace llamear de vez en cuando atizando a las brasas con un hierro moldeado a gusto de sus caprichos.
Diesel.- ¿Qué nos deja un padre que se nos muere antes de tiempo, Jorge?.
Manrique.- Tú lo sabes muy bien Diesel porque lo has sufrido al igual que yo mismo. ¿qué te parece si te digo que un recuerdo de alma perdida?.
Diesel.- Muy ben, Jorge, estoy de acuerdo contigo. Yo añadiría que también se produce una asociación completa. ¿Sabes lo que es una asociación completa?.
Manrique.- No, Diesel... ya me han prevenido de tu Redacción que eres, además de poeta, un magnífico filósofo original de la existencia humana; así que no llego a comprender eso de que un padre cuando se muere nos deja una asociación completa. Es muy complejo hablar de la muerte, Diesel, muy complejo.
Diesel.- Escucha Jorge. He venido no para hablar de la muerte sino para hablar de la vida y del amor pero siento tú un poeta tan hondo en el sentir la muerte cercana puedo decirte que pienses sobre lo que te propongo. Haz un esfuerzo mental y contéstame lo que creas sobre eso de que la muerte prematura de un padre nos deja una asociaciñon completa.
Manrique.- Demasiado complejo, Diesel, demasiado complejo para mi entender. Quizás, posiblemente, me estés planteando un dilema.
Diesel.- En efecto, Jorge... yo creo que para hablar de la muerte prematura de un padre no basta con contemplar cómo pasa la vida porque... ¿tú de verdad crees que la vida pasa?.
Manrique.- Yo creo que la vida se detiene.
Diesel.- Pues eso precisamente es lo que yo defino una asociación completa. Tú dijiste cómo se viene la muerte tan callando ¿y no es eso la repentina detención de la vida?.
Manrique.- Pues ahora que me lo recuerdas sí que es cierto poder definirlo así. ¿Qué te parece si quedamos en que la muerte prematura de un padre, cómo tú bien sabes por propia experiencia, es una asociación completa entre el discurrir de la vida y el silencio de la vida?.
Diesel.- Bien, Jorge, bien. Dí a mis lectores y lectoras algo sobre el silencio.
Manrique.- Allá va. No se engañe no, pensando que ha de durar lo que espera más de lo que vió. ¿Te parece buena esa imagen para hablar de la detención de la vida?.
Diesel.- Perdona, Jorge, pero se me queda corta y además es una cutre chapuza. Yo diría algo muy opuesto. Yo diría no se engañe no aquel que crea que nada pasa más allá. Escucha, Jorge, ¿quizás te hayan criado demasiado dentro de la religión católica, no es cierto?.
Manrique.- Efectivamente, amigo Diesel. Yo os puedo responder a eso con un poema mío en el que me duele esta religión tan dura y sólo puedo escribir algo como ¡Ved qué congoja la mía!.
Diesel.- En los temas filosóficos... ¿qué ilación propones entre la vida y la muerte?.
Manrique.- Me estás poniendo en serios aprietos. Pensé que vendría a entrevistarme un periodista menos hecho en estas labores. Pues bien, hago un esfuerzo a ver si es posible que acierte. La ilación entre la vida y la muerte, y perdona que sea un poco larga mi respuesta también te la puedo explicar con un trozo de poema mío: "¿Qué se hizo el rey don Juan, los Infantes de Aragón ¿qué se hicieron?. ¿Que fue de tanto galán? y doy un salto para abreviar y decir ¿que se hicieron las damas,sus tocados y sus vestidos y sus olores?.
Diesel.- Busco mayor profundidad Jorge. Te quedas demasiado corto. Yo creo que la ilación entre la vida y la muerte es algo llamado existencia y, en ese sentido, soy opuesto a tu manera de pensar. Para mí todo lo que citas y preguntas que qué se hizo yo no contesto con el negativismo tuyo que los das por desaparecidos. No. Para mí la ilación es precisamente la existencia. Pero ya que has tratado de las damas... ¿por qué no damos un salto en los sentimientos, abandonamos la muerte, y hablamos de las damas?.
Manrique.- Bien. Pero espera algo más. Yo os digo: "Buen  caballero dejad el mundo engañoso y su halago". Es una manera de medir lo que es la muerte.
Diesel.- Perdona, amigo Jorge, pero no me estás profundizando demasiado en este sentir la muerte que tú la propones como cosa final e invitable. Yo puedo preguntarte lo siguiente. ¿Crees que los grandes sueños contienen la muerte?.
Manrique.- Me estás haciendo la cabeza un lío. No sé que diferencia hay entre los sueños para decir eso de los grandes sueños y como no conozco esas diferencias creo que todo muere al final.
Diesel.- Y, sin embargo te equivocas, amigo Jorge. Eres como un amigo mío llamado Carlos que sólo explica que no tiene miedo a morir sino a morir con  dolores. Pero no. Mi propuesta, Jorge, es preguntarte que si no crees en los grandes sueños... ¿por qué hablas tanto del amor de las damas?.
Manrique.- Antes de entrar en la harina de ese costal esplícame eso de que los grandes sueños nunca mueren.
Diesel.- Sí te lo voy a explicar pero poniendo agentes activos. Yo te afirmo que los grandes sueños de hombres y mujeres, porque las mujeres tienen tantos grandes sueños como los hombres y los de tu época sólo sois machistas, les convierte en seres eternos y nunca mueren. Y ahora vayamos ya al costal de harina de las mujeres. ¿Podrías explicarme porque los poetas de tu época sólo ven a molineras cargando costales de harina sobre la espalda y no a doncellas brillantes y hermosas como Don Quijote?.
Manrique.- En primer lugar yo no conozco nada de ese tal Don Quijote. En segudno lugar yo hablo mcuho de las damas de la corte que no cargan costales de harina. En tercer lugar el costal de harina sólo es una metáfora.
Diesel.- ¿Y no sería más bello usar como metáfora algo así como "la comisura de sus labios, señora, es el reflejo del manantial de la vida"?.
Manrique.- Eres un gran poeta, Diesel... posiblemente yo no pueda llegar a usar metáforas de ese estilo porque me obceco demasiado con la mujer que produce dolor. Por eso escribí "Y estos males que he contado yo soy el que los espera, yo soy el desesperado, yo soy el que desespera".
Diesel.- Perdóname si soy tan crítico con tu arte, amigo Jorge, pero es que estoy viendo que hay un abismo entre nosotros. Yo jamás emplearía la desesperación en el arte de amar a una dama... ¿o no es mejor decir doncella que es mucho más juvenil y hermoso?.
Manrique.- Pensándolo bien lleváis razón... pero es que estos tiempos son tan tristes...
Diesel.- ¿Y qué te parece chavalas guapas?.
Manrique.- ¡Algo indecoroso, amigo Diesel!.
Diesel.- ¿Algo indecoroso dices tú cuando os pásáis todas la vida escribiendo versos de amor a mujeres casadas?. ¿Cómo explicas esa contradicción?. ¿No es indecoroso escribir lo de "Y dirás a la señora que tiene toda esa gente, que soy presto toda hora a su mandar y obediente"?.
Manrique.- En verdad que llevas razón, amigo Diesel, y ahorra explicame eso de las chavalas guapas.
Diesel.- Pues que resulta que es mucho más noble y decoroso escribir poemas a chavlas guapas, sobre todo si ella es tu esposa, que imaginad lo que vosotros no sois capaces de escribir.
Manrique.- Nosotros ocultamos nuestras fantasías. Es cierto. Pero hay que tener en cuenta que la censura nos puede mandar a presidio o incluso ahorcarnos.
Diesel.- Pues yo creo, Jorge, que eres hipócrita cuando escribes "Fortuna no me amenaces. Hazme tan bien defendido en una llaga mortal. Acordaos, por Dios, señora. Ved que congoja la mía. Vé, discreto mensajero". Y además citáis para tales ocultos amores nada menos que a Dios. Mi pregunta es la siguiente: ¿el amor cortés de tu época es un amor noble de verdad?.
Manrique.- Es un amor de nobles.
Diesel.- ¡Ves que gran diferencia existe entre un amor noble y un amor de nobles!.
Manrique.- Ahora que me lo haces ver lo estoy empezando a entender. Tú quieres decir que deberíamos haber dejado en paz a las mujeres casadas y haber hecho mucho más caso a las chavalas jóvenes y solteras.
Diesel.- Por supuesto. Hasta conseguir que una de ellas os correspondiera como Dios manda y os casárais con ella.
Manrique.- Es que yo soy belicoso y arrojado porque fui un joven introvertido, delicado y melancólico.
Diesel.-¿Y crees que introvertido, delicado y melancólico es diferente a callado, firme y sensible?.
Manrique.-No. No es lo mismo. Llevas otra vez razón. No puedo apuntarme un solo tanto a mi favor. 
Diesel.- Mucha avaricia, rapiña y brutalidad veo en tus poemas.
Manrique.- No, amigo Diesel. En mis poemas intento criticar precisamente todo eso.
Diesel.- ¿Y cómo se puede criticar una cosa que tú mismo también lo haces con premeditación y alevosía?.
Manrique.- Porque creo que experimentando lo que no deseamos es la mejor formar de saber lo que no deseamos.
Diesel.- Yo no estoy de acuerdo, Jorge. Escucha lo siguiente: "Si algún día te encuentro sin prisas y sin sueños oscuros teniéndote a mi lado entonces me veré en la luz de tus ojos... y tras esa sensación ocultaré en la mirada los sonrojos. Si algún día te encuentro me embriagaré de amores para ser siempre en ti y si llego al placer milenario de abrazarte toda la noche inventaré mil palabras de no olvido". Sencillo pero profundo, sensual pero no pornográfico y, sobre todo, dedicado a la chavala amada que es la propia esposa del autor. ¿No crees que es mucho más legal, mucho más noble y mucho más verdadero amar así que no contando sílabas para dárselas de genio ante una mujer que es la señora de otro hombre?.
Manrique.- Me rindo. No puedo más. He eprdido. Terminemos, pues, bebiendo una botella de buen vino de Frailes.
Diesel.- Perdona, poeta hipócrita, pero yo prefiero tomar vino de una buena botella de Bailén, mientras contemplo una interesante partida de Bolos serranos al pie del Castillo, señor hijo de comendador que ya decía yo que alguna clase de enchufe tenías que tener para estar en todas las Antologías de la Literatura Española.
Terminamos sin dirigirnos la palabra, uno sentado al lado del otro viendo la partida de Bolos serranos; él bebiendo de la botella de los Frailes porque buenos amigos tiene entre los curas beodos y yo bebiendo del vino de Bailén que me trae a la memoria buenos tiempos vividos allí.
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Foto del autor Jos Orero De Julin
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Entrevista periodstica.

Palabras Clave: Periodismo Entrevista Conocimiento Literatura Reflexiones.

Categoría: Artculos

Subcategoría: Comentarios & Opiniones



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