Lo servidores de Dios, como en muchas ocasiones ellos mismos se denominan, no dejan de sorprendernos, indignarnos, etc... Se supone deberían ser  los máximos representantes de la bondad, la generosidad y la tolerancia.
      En un pueblo de España, a una niña con Síndrome de Dawn, el párroco de su pueblo se ha negado a darle La Primera Comunión. Los argumentos de este sacerdote se basan en explicaciones tan básicas como que la niña no iba a ser consciente del acto en el que iba a participar; yo me pregunto:- ¿cuantos niños son verdaderamente conscientes de lo que supone este acto? Es más, por esta misma razón, ningún  niño debería ser bautizado, que yo sepa a los pocos meses de nacer nadie es consciente del Sacramento del Bautismo; como mucho algunos se enteran de que les arrojan agua cuando están dormidos lo cual les despierta con un sobresalto, unos pequeños aspavientos y rompen a llorar con unos gritos ensordecedores. Añado esto porque otro de los argumentos de este Servidor de la Comunidad Cristiana, era que la niña podía ponerse a gritar en medio de la iglesia y montar un espectáculo, incluso escupir a La Hostia.
      No contento con esto para proteger su, iba a decir dignidad, pero pienso que es más una cuestión de orgullo… no admitió que comulgara en ninguna iglesia del pueblo.
     Por fin la niña tomó la comunión en otro pueblo, junto a su hermano gemelo, un niño de los que consideramos normales, el cual no comprende que después de tres años de catequesis, y con todo lo que con ello le hayan podido transmitir, en cuanto a valores humanos o “cristianos”,  se le haya privado de celebrar ese día con sus compañeros, en su pueblo y de la forma que imagino con tanta ilusión esperaba porque su hermanita es distinta.
      Como muy bien ha comentado un periodista, en una cadena de TV, se le ha olvidado a dicho sacerdote la tan conocida frase de Cristo –Dejad que los niños se acerquen a mí- con todo el significado que la misma pueda tener. Y a mi modo de ver unos principios básicos de humanidad.
      Incluyo una experiencia personal como, contrapartida a esta nueva, según mi opinión,   metedura de pata de la Iglesia Católica. Yo me casé por el juzgado, sin embargo bauticé a mi hijo y recuerdo la satisfacción del cura por la decisión que habíamos tomado, al conocer  nuestra elección;  hace 25 años de esto. ¿Qué ocurre, caminamos hacia atrás? Con todo lo que esta aconteciendo estos días, a veces me pregunto sino volveremos a la Santa Inquisición.
       Cuando, por el hecho de pertenecer a la iglesia fueran intocables Como dijera Don Quijote en la obra de Cervantes: -“Con el Clero hemos topado Sancho”