Los días pasan y mi vida también, no me quedan ya fuerzas para seguir, me siento en lo más bajo que podría estar, en mi cima de lamentos y penurias, desearía gritar y llorar, pero ya mis ojos no pueden llorar, en estos momentos... como desearía morir. La llama de la esperanza se está apagando y la de la fuerza es sólo carbón.
Ese humo negro que tengo sobre mis labios, una sonrisa falsa con la que debo mostrarme ante los demás. No puede ser que esté llegando a esto. ¿será depresión? no lo sé, tal vez lo sea, y quiero desaparecer. Los humanos son malditos, no me gusta estar con ellos, destrozan muchas vidas, son unas bazofias.
La vida no me ha tratado bien, ni siquiera los sueños, pero si he llegado a ser feliz lo dejo, osea, he tenido la oportunidad de ser feliz, pero no me dejo serlo, me aparto de la felicidad, ¿será que le tengo miedo a la felicidad? sí, me gusta sufrir y mis sentimientos son extraños y tristes. Necesito algo que me haga ser fuerte, fui una mujer tierna, pero ahora mi corazón se está endureciendo, en estos momentos, como desearía morir... para descansar y jamás despertar, dejar de sentir, dejar de amar, dejar de odiar, dejar de ... todo.