Cada temor engendrado en un traslucido sueño repentino,
cada advertencia convertida en una historia profética,
como ves a la gente escapar de cada orilla al mar vespertino,
y como protagonista viajas distancias erráticas.
 
Me descubre un mundo resaltado y con efectos suaves,
viajando en un autobús por entre montañas y caminos limpios,
y de pronto llego al rió siempre cargado y marrón sin bríos,
bajan los pasajeros a pasear por el paraje a explorar como aves.
 
Yo contento sigo recorriendo, aveces venzo al rió y sigo mi camino,
y hay un nuevo lugar para conocer, plazas, calles y divago,
pero quien sabe que sera de la vida que estremece mi destino,
veo algunos rostros olvidados y no tengo salida en lo que hago.
 
Por fin despierto ha sido un sueño, y respiro tranquilo,
ya nada queda, nada, solo ese sabor amargo de un ensueño,
y confías que no ha existido nunca y estas feliz un instante,
llegan los años y el sueño que es pesadilla toca tu mejilla.
 
No puedes entender que ha pasado pero todo se a consumado,
como naufrago desesperado agitas los brazos ahogado,
buscando una isla que te acoja y te de paz y un costado,
y cuando recuerdas cada sueño y advertencia quedas callado.