EX
Publicado en Oct 25, 2010
Prev
Next
Image
Las heridas ya selladas por el tiempo no se hacían notar, tampoco brotaban lágrimas de mis ojos, pues ya estaban secos, mi corazón seguía inmóvil hasta este momento, te he vuelto a ver y ha sido un estruendo en mi inconsciente.
Apareciste justo enfrente de mí, mi cuerpo pálido y frío recordaba el tuyo como si fuera parte de él, lo llamaba, lo seducía, lo envenenaba, mis ojos te extrañaban, quería verte desde el primer momento en que marchaste y mi corazón volvió a palpitar, reconoció desde un principio quien eras tú, sonó una vez, sentí que mi ropa se movía al compás de los latidos mi corazón volvió a moverse desaforadamente deseo tanto poder estar cerca de ti que parecía salir de mi boca. Pero había algo en mí que no te quería, te odiaba, te detestaba.
Mi cabeza, era ella quien repelía contra ti, me hacia pensar de una forma inhumana, mi mente no quería ni un lazo contigo, de pronto un flash de imágenes inundaron mi consciente, recordé muchas cosas que pasamos juntos, veía imágenes hermosas de nuestros pasatiempos, veía los días importantes que pasamos juntos, veía regalos, fotos, caricias, recuerdo, de pronto un rayo de oscuridad manchó aquel lindo pensamiento y lo cubrió con amargura, lo cubrió con los hechos que acabaron con nuestro amor, recordé el porqué no estábamos juntos, lo que tú hiciste, el daño que causaste, recordé por qué mi cabeza no te quería, note porque en verdad ahora te odio.
Me saludaste, muy alegre, yo no sabía que contestar, me preguntaste ¿Estas bien?, Si- respondí, con una voz de ultra tumba, una voz que no era mía, respondí porque tenía que responder, respondí sin pensarlo. Estaba llena de rencores contra ti, mi mente estaba bloqueada con la ira, pero mi cuerpo actuaba como un imán, se sentía atraída, seguía tratando de mantenerme en forma para no quebrarme en mil pedazos, me sentía horrible, no sabía que hacer mucho menos que decir, estaba en shock.
En ese momento me dijiste - ¿Me gustaría hablar contigo, podemos ir a tomar un café por acá cerca?- No lo podía creer, me estabas invitando a conversar después de tanto tiempo, después de todo lo que había pasado, me estaban invitando a recordar y a morir emocionalmente de nuevo, no podía llegar y actuar tenía que hacer algo pronto, comencé a ver mis alternativas, salir corriendo, decir lo mucho que te odio, acepta la invitación.
No sabía que hacer, una vez más me preguntaste ¿Estas bien?-
Estaba en un colapso mental, que sabía que hacer, no podía hablar, no podía decir el odio que siento, mi cuerpo no lo perdonaría y me desarmaría calleándome a pedazos por las calles, tampoco podía pasar por alto lo que mi yo interno decía, que hago, me pregunté, que es lo justo, que es lo que debo hacer.
Sí, iré contigo.- las palabras salieron de mi boca como si fuera otra persona la que estaba hablando, un dolor de cabeza se materializó en mí, ardía, quemaba, pero mi cuerpo estaba feliz, tu olor tu fragancia estaba cada vez más fuerte, cada vez hacia que mi cuerpo perdiera los limites, sin embargo, mi cabeza aún suplicaba un remedio contra ti, alguna pastilla para olvidar, no la había en ese entonces.
Me comencé a mover, mi cuerpo caminaba por inercia junto al tuyo, me guiaste hacia una plaza, enfrente había unos bares, un restaurante, y un café con unas mesas afuera. Llegamos, elegiste una mesa, la más apartada del lugar, te sentaste, imite tus movimientos, aún había esa guerra entre mi cabeza y mi cuerpo, no podía pensar, no podía sentir, mi cuerpo actuaba por si sólo, mi mente estaba envenenándome de tanto odio.
He vuelto.- Me dijiste, Ya lo note.- Respondí, una vez más no sabía lo que hacia, ¿era mi inconsciente el que actuaba ahora? Que pasaba conmigo porque me auto maltrataba de esta forma.
Pero no sé por qué lo hiciste, debiste haberte olvidado de este lugar.- mi boca seguía moviéndose y repitiendo palabras impensadas, que estaba haciendo, me sentía poseída por mí misma, una sensación extraña.
He vuelto porque quiero reencontrarme con lo que perdí, antes de que llegué el final.- dijiste con mucha cautela, y una especie de amargura en tus palabras. Que dices.- mi mente comenzaba a procesar las últimas palabras que emitieron tus labios, “antes de que llegué el final” aquellas palabras pasaban como aviones una y otra vez, por mi cabeza, no lograba entender a que se refería, en ese momento el dolor de cabeza que me acongojaba dejó de existir, ahora mi mente y cuerpo deseaban información tuya, sentía algo extraño, algo malo estaba por suceder y no me daba cuenta.
–Vine porque tengo cosas que arreglar, porque he dejado atrás todo, he perdido tanta gente, y quiero recuperarla, vine aquí para verte, es a ti a quien quiero y busco aquí.- Me dijiste con tanto orgullo. Una broma, pensé, esto es simplemente una broma, no podía permitir lo que estaba pasando tenía que salir de este lugar, pero ahora mi mente y cuerpo actuaban unidos por si solos, no dejaban que yo saliera corriendo, que tenía que hacer en este momento, no quería escuchar ni una más de tus palabras, no quería amargarme la existencia otra vez, no tenía otra alternativa que quedarme.
no comprendo, por qué vienes ahora después de tanto tiempo, si piensas que volveré contigo estás muy equivocado, no caeré en tus juegos de nuevo, no lo are, así que puedes irte, pierdes tu tiempo conmigo.- Hablaba y hablaba, no podía creer lo que me sucedía, el cuerpo actuaba por si sólo, no hacia caso a mi cerebro.-
No sabes lo que dices.- Respondió. – estoy enfermo, no me queda mucho tiempo de vida, tienes que escucharme, por favor.-
El Mundo se estaba desmoronando, mi primer y único amor de toda mi existencia decía que estaba por morir, que no existiría más, que dejaba este mundo, de alguna forma te odiaba tanto, pero no podía dejarte en este estado, no podía olvidarme de ti y que mueras solo.
Cuanto tiempo te queda.- dije muy eufórica.
No lo sé, debe ser muy poco, unas semanas casi un mes, la verdad es que es relativo.- hablaste con angustia.-
Me tengo que ir.- dije, me levante del asiento, no sabía lo que estaba sucediendo, caminé.
¡Espera! – Gritaste con desespero.
¿Hablamos mañana OK?- Te dije para poder salir de la situación.
OK, ven a buscarme en esta dirección, es una pensión donde me estoy quedando, pregunta por mí, ellos te guiaran.- dijiste pasándome una tarjeta, con un número telefónico y una dirección minúscula.-
Tomé la tarjeta y me retiré, no sabía que pensar lo que quería era dormir y dormir y quizás no despertar. Caminé, llegué a mi casa, no sentía no pensaba, simplemente actuaba, vi mi cuarto, lo cerré, cerré las cortinas, apague las luces, caí en la cama, no desperté.

Sonó el reloj, mis ojos estaban pegados, no querían abrirse, mire mi velador, apague la alarma, y junto a eso estaba el pequeño papelito de la tarjeta, me pregunté si acaso fue un sueño, quede meditando viendo la luz que entraba por un pequeño agujero de la cortina, me pregunté que horas eran, las cuatro de la tarde, había pasado un día entero, dormí un día, no podía creer, estaba ahí recostada pensando, que haría contigo, que debía hacer, mi cuerpo ya no estaba desconectado con mi cabeza, se unieron mágicamente, debió haber sido por el largo dormir que tuve, pero sin embargo tenía que hacer algo.
Te morías, te irías, no estarías más junto a mí, tenía que perdonarte, tenía que demostrarte que aún sigo queriéndote, pero que sigo dañada, puedo hacer un sacrificio, sé que lo puedo hacer, lo haría mil veces por ti, tenía que hacer algo, no podía dejar pasar esta oportunidad de hacerte feliz en este mundo el reto de vida que te queda.
Salté de mi cama, Salí corriendo caminaba buscando la dirección correcta, corrí y corrí para poder reencontrarme contigo, decirte lo que he sufrido, preguntarte lo que ha sucedido, decir que no me importa el pasado, decirte tantas cosas. Localice la calle que buscaba, Llegué a una casona, no había nadie fuera de esta, entre, pregunté si había alguien ahí, nadie respondió…
Parecía estar sóla, fui al mostrador la dueña de la pensión no estaba, había una nota, decía, “habitación 06” junto a eso decía tu nombre, caminé por aquella casa muy despacio, no sabía que pudiera ocurrir, caminé y enfrente de un pasillo estaba la puerta número 6, caminé por aquel pasillo oscuro y tenebroso, toque la puerta, había mucho silencio, toque más fuerte esta vez, guite tu nombre, no me respondiste, ¡que diablos está pasando! me pregunté, toque la manilla, estaba abierta, abrí la puerta muy despacio, enfrente había una cama, con alguien ahí, pensé que estarías durmiendo, felizmente corrí a tu lecho me acosté junto a ti y sople tu rostro.
Hola.-
¿Puedes despertar? -
¡Ey!- 
Permanecías acostado durmiendo en tu lecho de muerte, no sabía que hacer, te moví, fije mi mirada en tu rostro, lo vi tan cerca del mío que fue inevitable no poder besarte por ultima vez.
Llore y llore y no supe mas que hacer te abraze quise que despertaras y jamas volviste hacerlo y en tu lecho de muerte te digo te amo y llegue tarde. 
 
Página 1 / 1
Foto del autor Amberian
Textos Publicados: 102
Miembro desde: Oct 06, 2010
0 Comentarios 626 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

Simplemente una carta a un amor que no volvera mas y que duele demasiado la perdida pero tenemos que seguir

Palabras Clave: amor odio coraje sentimientos muerte

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Pensamientos


Creditos: Angel De La Noche

Derechos de Autor: Angel De La Noche


Comentarios (0)add comment
menos espacio | mas espacio

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy