EL SUEÑO
 
 
Precioso sueño dorado…
 
 
Suma de aromas inasibles
que vives ondeando
ante mis ojos,
sin saber
de tu alada existencia,
de tu esencia intangible,
de aquella manera de ser
que no he podido aprehender,
porque se disuelve anta mis ojos
porque cambia, se transforma.
 
Dulce sueño dorado
te has tornado perfil
de las arenas que deambulan
en el árido desierto.
 
Ese desierto largo y ancho.
 
El cálido,
el extraño desierto
de los espejismos.
 
El ondulante
en que viví amando
las huríes rotundas
rizadas por el ardiente simún
y que de pronto se sitúan
en la línea del horizonte
mientras miro su vaiven
a la sombra del oasis.
 
Se que no puedes dejar de ondear
porque el viento que sopla del oeste
te ha envuelto,
y como el , eres etérea,
dulce vision.
 
Pero ahora sabes
que estás condenada
a vivir en los brazos del viento.
 
 
 
El cálido viento
que te envuelve
y te marca con sus rielados rizos.
 
 
Baila pues,
oh desierto insondable,
baila tu ritmo
que nunca se acaba,
en tanto miro
tu sinuoso horizonte
que se desvanece
al caer las sombras.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
SAN JERÓNIMO LÍDICE, AGOSTO 8 DE 2010.