Flota tu cuerpo inerte sobre la esmeralda agua
Náyade inmóvil de mirada de estatua antigua
De pensamientos frágiles, tu cordura aún mengua
Sobre el cristal acuoso de tu violento reposo.
Estas allí con los brazos abiertos como flor de loto
Con la mirada ciega, con el silencio perdido y roto
Por tu último grito que reverbera en el absoluto
Del pensamiento de tu Amado Hamlet, ahora loco.
El agua te baña, te limpia de las impurezas del reino
Ahora eres limpia y libre como el rayo argentino
De una estrella desquiciada por tus triste destino
De muchacha ingenua de corazón de blanco lirio.
Mil mariposas se posan en tu rostro alabastrino
creyendo que es una flor que ha surgido del agua
Son los besos de tu amado que desde el infinito
De su duda y su locura aún te ama a pesar de su delirio.