silencio
constancia
prosperidad
amor
creer
desafió
paz
 
De su humilde y piadosa espera,
De niña…
De niña de las voluntades…
Decidida muchachita.
Conviviendo con la ilusión y la esperanza…
De los demás…
Tal como ella desde el vientre traía…
Se refugió en el silencio…
 
Del sonido del silencio…
Descubrió el significado de las palabras…
Y entre tantas esperas e intuiciones,
De las palabras que el cielo mudo le dictaba…
Escucho en primer lugar,
Constancia…
 
Y fue su primera amiga…
Y confidente acelerada…
Disparada en sueños que quizás… pensaba tan dulce ella…
Quizás podrían llegar a cumplirse…
Porque su corazón merecía…
Su constante y piadoso corazón merecía lo que deseaba…
Prosperidad…
 
Y en el cumplimientos de sus voluntades
Netas y constantes…
Aquellas que asegurarían el lecho de la firmeza…
Se comenzaría a preparar…
Y a perfumar…
Aun estando agotada…
Para cuando el llegue…
El…
El amor…
 
Y ella aun hoy lo sabe…
Ya mujer…
Y no se equivoca en nada…
 
Sabe que llegando a esa parte…
Estaría en condiciones de volver…
De volver a creer…
En tantas esperas e ilusiones perdidas…
 
Mas allá del desafió…
De los comienzos…
De los sacrificios…
De tener fe en la posibilidad de suspirar confiada…
 
Y ese sentimiento sería su mayor logro…
Su mayor desafió…
 
Para conciliar la paz…
La que aun recuerda…
La que siempre busco…
Y la que seguramente habrá de encontrar…
Su paz.
Su destino.