Disputar tu amor como en un juego,
un medioevo en el presente de las luchas,
en la derrota del salario,
en la codicia de la bolsa
y sus bribones temerarios.
El tren que apura su recorrido,
el bar que narra cientos de historias.
Late el poema, se queja triste
por la distancia que condiciona,
por los gorriones que se desploman,
porque tu amor no se desviste.
Jaque a los modos y a los principios,
guerra a los mitos y a las costumbres,
otros desean pulsar botones,
placer y vicios tan inmediatos.
Disputar tu amor en esta selva
enemistada con epopeyas,
haciendo señas con mis creencias
puras razones que se disparan
sin que se animen otras razones
a recogerlas.