Una de Serenata
Publicado en Apr 09, 2010
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Mi primo Felipe empezó a andar con Melisa cuando tenían unos diecisiete o dieciocho años, mi hermano Mariano iba a entrar a la prepa y yo era prácticamente un infante; pero me acuerdo bien de esas épocas, fue la primera vez que entendí lo que englobaba el concepto "golfa".  Melisa desde muy chavita desarrolló un cuerpo lleno de buenas curvas y era de esas niñas que usaban maquillaje desde los catorce, blusas pegadas, pegadas, minis y todo eso que se requiere para encender las hormonas de jóvenes y adultos sin esforzarse mucho. Si, se veía bien golfa, la neta.
Brenda, la hermana de Felipe (o sea mi prima) es un poco más grande que yo. Siempre fue muy rara, aun así nos llevábamos bien de chavitas, hasta que empezó a notarse mucho más rara. La afición por el fútbol, las carreras de autos y los videojuegos como que ya no iban con la imagen de niña que teníamos de ella. Si, mi prima Brenda es gay, solo que mis tíos no lo saben, pobrecitos ¿verdad? Siguen diciendo que su casa del puerto va a ser de ella para cuando se case. Felipe si está al tanto de ese asunto, no le es muy grato honestamente; a Mariano le contó cuando la cachó besuqueándose con una "amiguita" en la sala de juegos y casi le revienta las bolas de billar en la cabeza, sólo que no le atinó y salieron por la ventana. Una dio en la casa del perro y otra rompió un espejo de la moto de la novia de Brenda, afortunadamente no hubo heridos. De ahí en adelante Felipe dejó de hablarle a su hermana (casi no se vio homofóbico) creo que Mariano no se hubiera comportado así de cavernícola en el lugar de Felipe, bueno mi hermanito es un dulce la verdad. Los años pasan y Brenda sigue viéndose mucho mas masculina, de hecho desarrolló una voz como de Lucha Villa o algo así dijo mi papá, según por el cigarro; la verdad si fuma muchísimo esa mujer, creo que también fuma mota, y cristales y eso. Debo confesar que yo me alejé de ella, aparte de que ya no teníamos nada en común como que no me gustaba mucho estar cerca de ella, tal vez soy igual que Felipe.
Era necesario hablar de Brenda por lo que pasó hace unas semanas. Fue el aniversario de bodas de mis tíos (los papás de Felipe) y se les ocurrió hacer una mega-borrachera para celebrar sus veinticinco años de feliz unión. Quisieron hacerla en el rancho, que la verdad si está muy chido (olvidé decir que mi tío tiene mucha lana, no como mi papá que es pobre ¡gracias!) y para variar mi hermano se apuntó para organizarles todo y según les cobró barato, lo cual no es cierto porque yo sé siempre lo que cobra y no les hizo ni una rebaja, pero bueno. Mariano hizo invitaciones así bien nice, contrató un grupo versátil, mariachis y trío ya para cuando todos los tíos estuvieran muy ebrios. Usó los banqueteros de siempre y honestamente la comida estuvo muy rica y para la hora que llegó el trío ya estaba listo el pozole súper picante y las chelas. Hubo un stand donde todos iban a video-grabarle un mensaje a mis tíos; así bien cursi de felicitación y deseándoles otros miles de años mas y bla bla bla y por ahí aprovechabas para tomar un flyer donde Mariano ofrecía sus servicios como organizador de eventos y todo eso que venía haciendo, por cierto ya el diseño de ese flyer fue mío.
Había unas doscientas personas en el rancho, entre familia, amigos, compadres, compañeros del trabajo y colados. Melisa ya no figuraba en los colados, después de siete años con el Felipe ya la contaban como familia. Pues bien, mi hermano si llevó a sus colados de siempre, el Isaac y toda la bola de idiotas que se la pasaron viéndole las bubis a Melisa; se veía igual de golfa que siempre, pero creo que a Felipe le resulta placentero verla exhibirse de esa manera.
También mi hermano fue víctima ese día, según Melisa era bastante coqueta y una que otra vez pasaba "accidentalmente" embarrándole todo mientras trataba de caminar entre la multitud. No lo dudo la verdad, si las que no son golfas van y se le avientan, ésta mucho más. Lo chistoso fue que mi hermano y sus cuates y los compadres y demás machos de la fiesta no eran los únicos viéndole las teclas a Melisa. En una de esas, volteamos y nos encontramos a Brenda como hipnotizada siguiendo a la vieja de su hermano; fue tan, pero tan obvio que ni siquiera nos dio risa, Isaac bien pudo acomodar un chiste en ese momento pero no lo hizo, porque la tipa se veía que sufría por su cuñada. Bien, bien mal.
  
Esa imagen fue realmente perturbadora y mejor tratamos de olvidarla, seguimos echando trago como siempre y evitar voltear a la mesa de Brenda; lástima que terminó acompañándonos porque su "amiga" se fue temprano de la fiesta. En eso llega Felipe con su vieja y también se sientan en nuestra mesa; casualmente Melisa se fue a sentar junto a  mi hermano y de repente como que se hacía más al frente cuando se dirigía a el. Obvio, mi hermano bien contento viéndole todo, pero con discreción, no se fuera a dar cuenta el Felipe. Después de un rato y medio pomo más, Felipe se queda callado con la mirada fija y le avienta una tapa de coca a Brenda, la chava se sacó de onda pero no le aventó nada a él, sólo se le quedó viendo y le dijo bajito "¿qué te pasa?" pero mi primo ya medio pedo no usó el mismo tono de voz y le gritó sin más que dejara de ver a su vieja. Brenda se levantó y se fue.
¿Qué nos quedaba más que hacernos pendejos? Ni modo de aplaudirle al Felipe por haber puesto en ridículo a su hermana o por haber defendido el honor de la golfa de su novia, que para más se le encimaba a Mariano. Así que hicimos uso de nuestro talento histriónico y fingimos no haber visto ni escuchado nada, sólo mi hermano se esperó un ratito y de ahí fue a buscar a Brenda. Dijo que la encontró afuera del rancho echándose un cigarro y llorando, estaba realmente furiosa y le juró a Mariano que lo que había hecho Felipe iba a traer consecuencias y efectivamente, la vieja se lo cumplió.
 
El trío se fue como a las seis de la mañana porque mi papá y todos los tíos estaban bien pedos pide y pide canciones. Cantaron "Cien Años" unas cuatro veces y se echaron unas que no conocía de Gualberto Castro y no sé qué otros desconocidos. Y ya todos dedicándole canciones a mi abuelita que desde media noche se había ido, pero ellos prendidísimos. Como esa era la atracción para los pocos que quedábamos en el rancho, no nos dimos cuenta cuando Melisa se peleó con Felipe por la escena de celos de la mesa. Parece que ella le pidió que se disculpara con Brenda y pues el tipo necio que no lo iba a hacer, entonces Melisa se fue a buscar a Brenda para hablar con ella; la encontró y ya le pidió disculpas y esas cosas que la gente buena hace. Brenda no dijo mucho pero escuchó a su cuñada la exuberante y después de dichas disculpas, la invitó a echarse un trago con ella, para que quedara claro que el hecho de ser gay no quiere decir que quiera con todas las mujeres que pasan y menos con ella. O sea cómo iba a ser capaz de fijarse en la novia de su hermano que desde hace tanto conocía y etc., etc. Según Felipe, Melisa era una chica muy inteligente, pero con esto me quedó la duda, porque la pobre tarada se creyó la historia de Brenda y ¡madres! Que se pone un pedo, mi prima le atascó medio pomo de "Herradura" así sin compasión y la otra estúpida se lo tragó con la confianza de que su cuñada era inofensiva.
Como a las dos de la tarde mi hermano llegó a despertarme, él también recién salido de la cama, pero bastante alterado. Me jaló corriendo rumbo al balcón del cuarto donde se quedó él con sus cuates, de ahí se veía todo con claridad. No nos sorprendía ya ver a Felipe sacando a patadas de su cuarto a alguien, sólo que no creíamos que le tocara a Melisa ser la siguiente. La pobre pedía, más bien suplicaba ser escuchada, pero Felipe no tenía intenciones; estaba como endemoniado y sólo hacía uso de su fuerza para terminar con el asunto. Brenda estaba calladita ahí a lado de donde ocurría la  tragedia. Finalmente, Melisa no consiguió dar explicaciones, pero recibió unas cuantas cachetadas, jalones de cabello y no olvidemos los cientos de insultos y maldiciones; no tuvo más remedio que irse resignada de que no habría manera de resolver semejante bronca.
Nosotros agachados en el balcón chutándonos el desmadre y se iba a poner peor, porque mis tíos y mis papás y todos ya estaban afuera preguntándole a mi primo qué le pasaba; de hecho mi papá le gritó a Mariano que dejara de estar de chismoso y bajara a agarrar a Felipe para que ya no le pegara a Melisa. Ya la pobre chava iba corriendo a su coche y el tipo aventándole piedras y gritándole "puta" mientras lloraba (dato importante). Bajamos cuando se empezó a poner mas violento, Brenda corrió y le dio un patín en la espalda a su hermano, éste se voltea y también le soltó un madrazo, el chiste es que se empezaron a golpear y pues mis tíos todavía pedos no podían separarlos; ya Mariano y el Isaac salieron corriendo y los separaron conscientes de que podrían recibir uno que otro golpe. En lo que seguía la discusión se me ocurrió acercarme al portón, Melisa ya iba de salida, como que temblaba y no metía bien las velocidades porque se le apagó el coche como dos veces; nada más volteó y se me quedó viendo así bien triste y yo tarada sólo le dije adiós con la manita.
El saldo fue de dos heridos con golpes en rostro y torso (Brenda y Felipe), otros dos más con rasguños leves (Mariano y el Isaac) y por supuesto tíos horrorizados.
- Ya cuéntame.
- No -Mariano estaba lavando la camioneta de mi papá que se llevó una buena enlodada en el rancho.
- Dime qué hizo la tipa para que el Felipe se pusiera así -yo atrás de mi hermano llevándole la cubeta.
- Pero no vas a decir nada -me apuntaba con la esponja y ya tuve que jurar que no diría nada.
Nos tuvimos que meter a la camioneta, poner seguros y música para que nadie escuchara si quiera por accidente. En resumen lo que pasó fue que Brenda después de emborrachar a Melisa la fue a dejar al cuarto que compartiría con Felipe. AMABLEMENTE la acomodó en la cama, le quitó los zapatos y el vestido y la ropa interior; y por alguna razón ella también se puso muy cómoda y se acostó con ella para que no estuviera sola. Total que llega Felipe y encuentra a su hermana levantándose de la cama rumbo al baño y Melisa inconciente boca arriba con todo al aire.  Brenda agarró su ropa y salió pero disparada, sin darle tiempo a Felipe de nada. El hombre realmente furioso se puso a mentar madres con toda la potencia de sus pulmones; la Melisa apenas y medio abrió los ojos, todavía bien peda.  Mariano hizo una pausa, no estaba seguro de contarme el resto de la historia. Que finalmente lo hizo, aunque hubiera preferido no saberlo la verdad.
Pues bien, Felipe no soltó madrazos de inmediato, se le echó encima a Melisa de otra forma. Ya cuando acabó, la metió a la regadera y solo le abrió al agua fría; con eso se le bajó el pedo pero instantáneamente a la pobre mujer, que no tenía una pinche idea de lo que le había pasado.
- ¿Se la cogieron los dos? -me quedé boquiabierta.
- Araceli, me caga que estés de vulgar.
- Bueno ya sigue contándome.
De ahí Melisa como que más o menos empezó a recordar lo que había pasado mientras trataba de vestirse, pero la pobrecita temblaba y lloraba y aparte con un dolor de cabeza de los mil demonios. Mientras tanto Brenda escuchaba todo desde afuera totalmente asustada.
- Ya sabes qué pasó después.
- No es cierto, le falta. Yo sé que escondes algo.
- No, es todo.
Nos bajamos de la camioneta y le ayudé a Mariano a lavar los tapetes, con la esperanza de que contara el resto de la escabrosa historia. Pero no, me salpicaba con la franela y me daba de zapes, sin volver a tocar el tema. Ya íbamos para adentro, cuando llega el Felipe. Se quedó parado frente a nosotros sin decir nada, con una mirada rara, triste, de borracho.
- ¿Qué hiciste, wey? -Mariano se le acercó despacio, más bien con miedo.
Salió mi papá y me ordenó entrar a la casa. Vi cómo Felipe se soltaba a llorar y mi papá le daba palmaditas en la espalda como cuando era chiquito.
Al rato supe que Melisa se lanzó al hospital luego de irse del rancho, sólo para que le dijeran que llevaba dos costillas rotas y un esguince en el cuello. Y la realidad es que Felipe lloraba no por el daño hecho a la zorra de su novia, sino por el miedo de que lo metiera al bote. Cobarde.
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Foto del autor Maggs Inzaghi
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Descripción

Aquí Mariano participa pero el conflicto principal no tiene que ver con él, aunque lo mejor es tenerlo en la historia.

Palabras Clave: fiesta engaño borrachos golpes hospital Mariano

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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