Chi Creo
Publicado en Apr 02, 2010
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"Chi Creo"
El invierno agonizaba cuando me volví a parar en ese lugar, dicen que habían pasado cinco años desde la última visita, no me acuerdo. El primer día busqué a los amigos que creí haber dejado, los busqué por las calles donde creí aún pasaban, en los depas que creí seguían disponibles para albergarme a mí y a otros mas que creí también los aceptarían como amigos.
No encontré a nadie, nadie sabía nada y mis cuates de viaje y yo terminamos en un camellón contemplando el cambio de luces del semáforo, pidiendo al cielo que no lloviera. Alguien recordó el camino a unos lavaderos por ahí, donde podríamos "acampar" sin que nos molestaran, eso creímos y eso pasó. Éramos cinco y nunca más volvimos a dormir todos juntos en el mismo lugar, para las chavas fue bien fácil encontrar alojamiento, para nosotros tres (los chavos) sufrimos un poco. Dormimos en los lavaderos unas noches más, de ahí el Javi se ligó a una chavita en la calle y se fue con ella como dos días, se hizo amigo de otros y le dieron chance de ocupar tantito piso en un cuarto donde vivían como cuatro más. El otro Xavi (uno era Javier y el otro Xavier, que pa'l caso es lo mismo pero escrito ya es diferente) encontró chamba bien rápido con unos que necesitaban de urgencia un  buen guitarro; y yo como sólo le hago a las percusiones, pues me quedé solito en los lavaderos. Ya sin compañía, los lavaderos daban miedo, aparte las ñoras llegaban bien temprano a despertar y echaban agua, que a esa hora estaba helada, yo digo que lo hacían a propósito. Cuando el Xavi regresó de su exitosa gira de tres días por dos ranchos cercanos, me buscó y me dio buenas noticias, uno de la banda nos iba a dar asilo en su comuna. Dicho lugar consistía en lo siguiente:
Una casa en el centro, herencia de su abuelita, con cinco recámaras, estudio y dos baños en la parte de arriba, solo que ninguno tenía agua caliente y no servían muy bien. Abajo la clásica cocina de muebles empotrados luciendo su original verde pistache, muy de los setentas. Un cuarto muy grande que fuera la "sala - comedor - estancia - recibidor" y otras cosas más. Un pasillo estrecho que daba a otra pieza no tan grande que según dicen había sido cuarto de costura porque doña Chabe en paz descanse, fue costurera, esa habitación conservaba un diván que me imagino fue beige con florecitas rosadas bordadas y orillas doradas pegadas a la fuerte madera ya sin brillo ni color uniforme, también había un baño pequeño (ese sí servía).
Había dos camas en toda la casa, la que fuera de doña Chabe y otra en el ex cuarto de costura, en este último dormía Lulio (el nieto de doña Chabe) con su chavita, no me refiero a su novia, sino a la niña producto de un amorío de hace cuatro años, la mamá lo dejó con todo y chiquilla. Ese cuarto era el único tranquilo y siempre permanecía cerrado cuando Lulio no estaba.
La estancia - lobby - bar, estaba alfombrada, pero con cachos de muchas alfombras, había cojines, cobijas hechas taquito, unas mesas chaparritas y redondas y en un rincón bajo el ventanal había dos baúles llenos de libros de toda clase, época, editorial y origen, había en diferentes idiomas. El más curioso era uno en hebreo, dicen que eran cánticos judíos de un wey que se quedó una temporada y al marcharse rumbo al medio oriente ¿o fue al DF? No puse atención, pero olvidó su librito y ya. La cocina tenía de todo menos comida, el refri, verde pistache pa' que combinara, funcionaba perfectamente, pero sólo contenía hielo y una caja de bicarbonato que estoy seguro doña Chabe dejó ahí. En unos espacios bajo llave había cereal, galletas, mermelada, cajeta y no sé que más pero todo propiedad de la nena de Lulio, obvio nadie lo iba a respetar así que optó por asegurarlo de esa manera.
La parte de arriba era un mosaico temático, en la habitación que tenía la cama bonita, pocos se quedaban a menos que fuese muy, pero muy necesario. Todo fue porque un día la chiquilla de Lulio pasó un muy buen rato en la recámara y bajó diciendo que decía su "abolita" que nadie la molestara porque ya se iba a dormir. Yo hubiera pensado que era una historia creada bajo los efectos de la caña, pero según nadie había tomado esa noche, al menos Lulio dijo estar sobrio. Lo chistoso aquí es que doña Chabe se había ido al cielo ocho años antes de que la morrita naciera. Siguiente habitación, pequeña en dimensiones, tenía un tocador de madera pintado de blanco con florecitas también pintadas y el espejo manchado, una silla que hacía juego con el tocador, estaba padre, creo. Había cajas con cosas de todos los que vivían y de los que ya no, era el departamento de lost and found o más bien como un clóset grande. A simple vista se identificaba sin problemas ropa, zapatos, gorras, cepillos, toallas, balones, herramientas; de todo lo que se pudiese llevar en una mochila, ahí había.
Otra recámara de mejor tamaño tenía dos colchones pelones que quién sabe metió una vez ahí; por el momento la ocupaban unos tipos que sólo supe que existían porque los escuché hablar una que otra noche. La cuarta era la del mejor baño, con tina y clóset para las toallas y no sé que, bien nice. Pregunté por qué doña Chabe no había usado esa recámara y obtuve como respuesta que para la señora eso de tener que dormir junto a un baño, era algo desagradable, esos lugares debían estar lo más lejos posible del lugar donde la gente descansaba. Ahí residían dos parejas, el bataco y su chava y la hermana de la chava y su novio, que no era músico pero se decía "poeta" y según aportaba valiosas ideas para las letras de la banda. La novia del poeta estaba pero ¡vaya! El Xavi se prometió pasar al menos media hora con ella, pude apostar, pero no tenía nada valioso y menos para esa clase de tratos.
En la última, bastante amplia pero sin baño de gente pudiente, se quedaban dos más, uno de la banda y la prima de Lulio, que era una simple estudiante de pedagogía; medio seria pero bonita y buena onda, no me acerqué mucho porque las primas de los cuates son asunto serio y mas cuando te dan alojamiento. Ella dormía en un colchón no tan feo como los otros que vi, alguien le había hecho el favor de poner unos aros en el techo, donde alguien más le colgó unas cortinas, bueno unos metros de tela, eso le hacía un espacio que todos respetábamos. No era un misterio lo que había tras las cortinas, poseía sólo un banquito donde tenía una lámpara muy necesaria para estudiar por las noches y su estuche de la lap que dejaba colgado de una escuadra en la pared.
El Xavi y yo tomamos una cobija de las de abajo y nos instalamos en los sleepings, el resto de las cosas las botamos en el cuartito - clóset - lost and found que mencioné antes. El estudio, eso era, un estudio; con un escritorio, una compu donde editaban los demos y otras cosas como discos, revistas, hojas, todo muy útil siempre.  La banda ensayaba en el garage. Por la cocina se podía salir a un patio que aún conservaba un granadote, que daba una sombra bien rica y granadas gigantes que sabían bien chidas con chile piquín; vendíamos el vasito a cinco pesos a los chavitos de la primaria de enfrente, eso fue idea de la prima.
Lo mas chido del jardincito era que pegado al granado estaba un estanque donde doña Chabe tuvo patitos, Lulio nos enseñó unas fotos, todos lindos. De ahí pegado a ese estanque había unas diez macetas con flores de colores, unas moradas, otras rojas, otras blancas y así de muchos colores, bueno no muchos pero ya mas de tres son muchos. Eran las legendarias amapolas, el Xavi y yo dijimos entusiasmados que doña Chabe era la abuelita que todos deseábamos tener, bueno haber tenido mas propiamente; la prima replicó un tanto molesta, que su abue no tenía idea de todos los usos y propiedades de la planta y que ahora ella y Lulio tenían la misión de mantenerlas floreando solamente.
Ya bien instalados los días se fueron como el agua, me acabé mi mercancía bien rápido y no tenía con que hacer mas, al menos no sabía donde conseguir las cosas a buen precio, así que me puse a tocar en el centro. Ahí me encontré al Javi, que fue por su tambor en el instante y le trabajamos un ratillo, luego pasó por ahí Alma (una de las dos que nos abandonaron en los lavaderos) y se quedó a bailarle y también su nueva conquista le entró, desgraciadamente era una gringa preciosa.
Obvio a la hora de repartir no quedaba mucho, pero era lo único que se me ocurría en el momento para irla pasando; mínimo por donde quedarme no me preocupaba, aparte el ambiente en la casa estaba muy padre, me gustaba estar ahí, hasta llegaba temprano para poder disfrutar mas del ruido de las hojas secas de granado que el airecito arrastraba de un lado a otro, también me gustaba ver a la morrita del Lulio correr por la casa con su vestido de princesa Disney y siempre toda despeinada. Igual disfrutaba de la simpleza de estar tirado en las alfombras escuchando el ensayo y hojeando algo que al azar sacaba de uno de los baúles.
Un día de alguna semana, no me acuerdo cual fue, estábamos chambeando en un parquecito; el día bien chido eso sí lo recuerdo, y como que la gente estaba de buenas porque caían y caían las monedas y eso nos daba ánimo y hasta las chavas se movían mas. Estaba bien prendido pero mi concentración en la música no me impidió ver a los que se acercaban, una pareja, venían de la mano. Él muy serio pero se notaba a gusto y a su izquierda su novia o su amante o esposa o lo que sea; ella sonreía mucho, le contaba algo al serio que la traía feliz, sus ojitos brillaban, pero mucho y todo su cuerpo se balanceaba al ritmo de su sonrisa, si es que se puede visualizar. Me hice mas al frente, sin dejar de tocar, sólo para verla mejor y sí, lo hice, incluso alcancé a olerla y uno de sus mechones rozó mi hombro izquierdo, me puso la piel chinita, para más drama me acuerdo y me pongo igual. Ella me miró, poco pero me miró y su wey también porque soltó su mano y la abrazó, reclamando su propiedad supongo. Sería una verdadera mentira decir que era la primera vez que me fijaba en una niña mientras toco y también sería mentira decir que era la primera vez que me acercaba con intensiones de olerla aunque sea, pero cada vez ha sido única en su propia manera.
Otro día no tan malo, soleado pero tantito frío, no fui a tocar porque... no sé, no me acuerdo, supongo que me dieron ganas de pasear un rato antes de ir al trabajo. Andaba caminando y recordé que por ahí estaban los pulques, lugar que se me antojaba pisar en ese momento, el único problema es que no llevaba suficiente efectivo (se oye chido, da la impresión de que no se es del todo pobre) sólo me quedaban tres piedras, reales no de otra cosa. Las ofrecí (las piedras) a todo el que pasaba junto a mi, bueno no a todos yo sé bien cuales son mis clientes potenciales. Ya acercándome a los pulques la volvía a ver, creo que era la misma, pero con el cabello diferente y sin nadie a su derecha afortunadamente.
Fui directamente a ella con la piedra preparada, como buen vendedor, le cerré el paso y le di mi mas amigable "hola". Ella se asustó, estoy seguro porque noté luego, luego cómo apretó la bolsa contra su costado y cómo se hacía para la orilla de la banqueta. No lo vi  necesario porque no era mi intención atracarla, sólo olerla otra vez.
- Amiga, ¿Qué crees? Me robaron mi mochila en un campamento y ando juntando para mi viaje, con lo que gustes por este cuarzo, es voluntario si te late -esa línea es la mas exitosa.
- ¿A si, a dónde vas? -por poco se me sale decirle "aquí a la otra cuadra a los pulques".
- A... Acapulco, cada año voy con mis cuates, pero te digo que nos atracaron -pude haber dicho que a Tajín estando ya cerca la fecha de la cumbre o a Oaxaca o a Chiapas, o cualquier rancho cercano... ¡Acapulco!
- Mira... pues no traigo mucho cambio eeh.
Lo imaginé, no se veía de las que les guste traer la billetera atascada de moneditas; me dio creo que cinco pesos por la piedra, la cual puse directamente en su manita. Me acerqué bastante y le dije algo falso como "es de buena suerte".
Intenté detenerla unos instantes mas, pero llevaba prisa o fingió tenerla, caminé junto a ella unos cincuenta centímetros y recuerdo haberle preguntado su nombre, ocupación y lugar de residencia; a todo respondió a medias, pero con eso me bastó. Al final de cuentas apresuró el paso y me dijo adiós; yo fui rápido y rocé su cintura, ella se detuvo y me dio tiempo para besar su mejilla y decirle directo y sin mas lo hermosa que era. Soltó una risita incómoda e insistió en decirme adiós. No volvió la mirada nunca, no se detuvo, no hizo nada mas que dejarme ahí en medio de la banqueta con un acelere del pulso y una moneda en la mano.
Toqué muy bien esa tarde recuerdo, estaba atento a los transeúntes por si pasaba otra vez; pero no, no pasó ni esa tarde, ni al otro día, ni al siguiente. Así que proponía a la banda variarle un poco a los foros (osea a donde nos parábamos a tocar) pero sin alejarnos mucho de la zona, reforzando con unas vueltas por la región de los pulques. No tuve éxito, la neta si me sentía algo derrotado, aparte no tenía chava desde hacía un buen y me acuerdo que me latía un chorro Alma, pero con eso de que también le gustan las viejas...
Creo que ese día regresé a la casa cuando todavía era de día y encontré a Lulio fumando afuera, en la banqueta. Se veía bien triste. Me invitó un cigarrito y me senté junto a él, ya para esos días éramos buenos cuates, así que me sentí con la confianza y responsabilidad para preguntar que onda. Mejor no lo hubiera hecho, me puso mas triste, resulta que su morrita estaba enferma, ya llevaba días con gripa pero se puso peor y al contarle a sus ex suegros, los rucos fueron por ella en la mañana. Según en el hospital les dijeron que ya era neumonía y que como estaba bien desnutrida iba a tardar un chorro en recuperarse. Pobre de mi cuate, esa niña era lo único que lo había mantenido vivo hasta esa fecha, ya sea que muriera o se la quitaran los abuelos, daba lo mismo, ya para que seguir. Al rato a la prima de Lulio se le ocurrió pedirle varo a sus papás, para ayudar a su primo, pero ella también estaba jodida, no era buena idea; a mi la verdad no se me ocurría nada y mejor ni abrí la boca.
Era fin de semana yo creo, o vacaciones a la mejor, el chiste es que la prima de Lulio nos despertó a Xavi y a mi bien tempra, que era importante que bajáramos a ayudarle a Lulio. A esas horas no imaginé que se le ofrecía, pero bajé; ahí estaba Lulio con otro de su banda en el garage desmantelando todo el sonido y eso. Lo iba a vender, mas bien ya estaba vendido, cada quien se llevó sus instrumentos y lo de Lulio ya pasaba a otro dueño. Le ayudamos a subir todo a una camioneta y mientras la prima y otra chava (su amiga creo) estaban levantando todo lo de la sala, tenían un buen de bolsas de basura en el pato y cajas pa' regalar. Yo me saqué de onda y les pregunté qué pasaba, la respuesta fue la que tanto temí. Lulio iba a rentar la casa, un vato pasó por ahí y le latió para hacerla café o algo así; mal plan, ya me había acostumbrado a dormir en un lugar cerrado y sin frío, ni calor, ni moscos. Llegaron a negociar quince mil pesotes mas iva, con eso compartían depa su prima y él y se lanzaba por su morra al hospital, ya estaba mejorando según los docs.
Toda la banda no tenía nada que reclamar, ya mucho había hecho el hombre por nosotros, nos dio chance de quedarnos ahí hasta que desocupara y de paso le ayudábamos a limpiar. Nos dijo que agarráramos lo que quisiéramos del cuarto lost and found y también libros de los baúles. Yo agarré 3 novelas y un cepillo, era lo único que me hacía falta; el Xavi si se abalanzó y agarró hasta ropa de vieja, x si alguna chava necesitaba y así el salía al rescate.
La última noche, entre todos juntamos dinero para unas pizzas y chelas y unos churritos; estuvo bien padre, noches como pocas en mis veintiún años de vida. Apenas terminábamos de cenar y que llegan visitas (eso creí yo) pero no, era el wey que rentó la casa con mas gente; pasaron a dejar el contrato notariado y esas cosas legales, yo me asomé porque... ¡porque sí! Y casi me pongo a llorar, el wey que rentaba era "el serio", el que iba con la niña que busqué por toda la ciudad hasta hace apenas unos días. Yo creo que ella es medio traga años, porque contestó una llamada de celular y se refirió a su graciosa persona como "licenciada Acuña". Poco palabrearon Lulio y el serio, alías licenciado Vidal, lo único que capté dentro de mi shock del momento fue que al despedirse, el serio le deseó "suerte y que se mejore Isabela". La niña - licenciada - vieja del serio, ni siquiera me vio feo o se hizo wey que es lo más seguro. Salió junto con el serio y los otros que de seguro también eran "licenciaos" y se subieron a una camionetita de esas Honda, algo así dijo la prima de Lulio que se fija en esas pendejadas.
Le conté al Xavi que esa era la chava que tanto quise encontrar. Él, como buen cuate, se rió de mí hasta que se cansó y le dijo a todos para que también se rieran hasta cansarse, Lulio poco se rió, pero lo hizo. Escuché cosas que ya me habían dicho con anterioridad en chingo de ocasiones, pero por alguna razón esa vez si causaron revolución en mi desgastado cerebro. Lulio contó que a ese licenciao Vidal, o el serio o mas bien Armando, lo había conocido hace años en la prepa; el wey es mas chavo, pero el punto es que si hizo algo con su vida (no como Lulio que pese a ser un vato muy inteligente, le gustó mas holgazanear). Le pregunté si conocía a la chava y dijo que nel, era su vieja y punto; medio fresa pero alivianada en lo que cabe.
Por eso se reían todos, cómo cabía en mi cabezota que una mujer así iba siquiera a sentarse junto a mí en el parque, que diera gracias de que no me aventó a la policía cuando le vendí la piedra; que mejor me quedara con ese recuerdo, que era lo máximo que podía aspirar en esta porquería de vida que elegí. ¡Y se reían todos! Sentí bien feo. ¿Qué tenía el serio que lo hacía tan chido o qué? Con lana no se es feliz.
Aquí entró la prima de Lulio, dijo que independientemente de la lana del serio, se veían muy compatibles y muy a gusto uno junto al otro, simple química, compatibilidad, qué se yo (bueno, ella). Pensé que alguien compatible conmigo en ese momento sólo podía ser Xavier o Javier, porque hasta la prima de Lulio me bateó; dijo que no es que fuera feo, de hecho hasta parecía extranjero, pero ella deseaba un novio que mínimo tuviera para rentar una película y de preferencia que se bañara todos los días. Volví a sentir feo, pero hacía como que no y me reía junto con toda la banda.
Al otro día nos despedimos, ya nunca volví a ver a Lulio, ni a su prima, supe después que Isabela si se recuperó y Lulio ya trabajaba, entonces le iba chido, que bueno; tampoco volvía a ver a Javier, ni a Alma, ni a nadie de esa casa. Xavier y yo nos regresamos, él se quedó en el DeFectuoso y yo me seguí a QueretaRock, donde mis jefes me putearon como 3 meses sin descanso, pero les juré que iba a terminar la carrera (más bien empezar porque me salí en segundo) y que a la mejor no iba a andar por la vida comprando o rentando propiedades, ni en camionetas japonesas, pero mínimo para mantenerme si iba a tener. A la mejor así me conseguía mi propia licenciada Acuña.
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Foto del autor Maggs Inzaghi
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Descripción

Ojala y el lenguaje no est muy complicado ya que abunda muchsimas frases usadas 100% por chicos mexicanos, que es bsicamente sobre lo que escribo, mi generacin.

Palabras Clave: piedra msica instrumentos casa chavos

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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