Pasará el tiempo como siempre lo hace,
Tan solo que lo hará mas veloz ante nosotros...
 
Por haber estado amándonos sin amarnos.
Por castigo quizás o abandono.
 
El tiempo no castiga a decir verdad,
El tiempo continúa su cause...
Como todo cuanto existe debería seguir...
Mientras nosotros nos extraviamos...
 
Y por favor: no culpemos ni al destino ni a la suerte!
Ninguna de esas opciones habrá de convencer al tiempo...
 
Y te cuento un secreto:
El tiempo es mimoso y compañero,
Tanto como constante y sordo.
No tiene caso gritarle de lejos,
Cuando quedamos detrás de el,
Por haber decidido abandonar su esencia y condición.
 
Pasará que lloraremos tarde amor.
Ya sin chances ni nuevas posibilidades...
Detrás del tiempo que abandonaremos,
Y luego, corriendo en vano, nuevamente intentaremos alcanzarlo...
 

Seremos mas viejos que el tiempo...
Estaremos agitados y agotados de correr,
Si en el mejor de los casos logramos alcanzarlo...
Destruidos ante su elegancia ancestral
Rogándole exhaustos que se detenga al menos un minuto,
A modo de respiro y milagro inédito del universo,
El cual obviamente no habrá de concedernos,
Dejándonos ya sin aire en nuestras distancias,
Sin remedio ni derechos de volver a suspirar.