Colonia Wanda (captulo 10 - FINAL)
Publicado en Mar 27, 2010
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Paraguay

Es noche apagada y fresca. La balsa traza el río; Zapata va al mando, como capitaneando un encargue. Voi´véngo, dijo en el astillero cuando le preguntaron qué era (es) el Ford ese en la balsa. Voi´véngo, insistió: Y esos gitanos, le preguntaron. Pero Zapata no contestó. Zapata (ahora) está echando marras en la costa paraguaya. Como si tal cosa. Ya cruzaron la frontera. En el camión se esconde el clan Espiro.  
            Es noche sin luna. Y fresca.
            ... Zapata los guía hasta la salida al viejo camino de "La Forestal"; como una gauchada, dice. Y en el andar de las ruecas va reseñando mitos fábulas tonadas astucias leyendas en el pueblo paraguayo: Esta isla rodeada´e tierra, dice. Como´un bicho ánda Dioo po´esto pago e´mandinga. Dijo. Y así. Se enteran las primas, aturdidas, y el Chelo Luján y el Tano Ghio, y LaBoga, amontonados en la carga del camión. Comen torta asada. Y toman vino. Zapata les cuenta cuentos fatales, aciagos, relatos (dantescos, dice) dónde la vida no vale nada, dónde no se habla de cuchillos, ni facones, sino de machetes. Dice.
            En la cabina, oscuros, como la noche oscura, Robertino y Florencio se cuentan viejas andanzas. De mujeres. Y escopetas.
            Paraguay; al otro lado del río. Como un sueño atolondrado.

 
A las pocas semanas el clan Espiro ya reposa amañado en territorio paraguayo; en los arrabales de la capital, Asunción. Se compusieron como pescadores, en un muelle. Se hicieron de un rancho y un bote, y después de un pequeño buque. Y allí quedaron, diestros en el hervor del verano; "lo-sgriego", como se los conoció: Los griegos de La Aurelia.
            Florencio y Robertino se hicieron un nombre. De respeto y baraja. Guitarrero. Bebedor.
            Tifus. LaBoga murió al invierno siguiente... Y las primas se embarazaron.
            Todo confuso, enredado. Como en una leyenda Espiro.

El General no volvió a Buenos Aires hasta 18 años después de los bombardeos a la Plaza. Se la tenían jurada, le dijeron. Y el retorno esperó paciente: Como un buen soldado, dijo. En Paraguay se exilió algún tiempo; después se rajó a Europa, dónde habló de milicias armadas en lucha peleando su regreso en las calles. Habló de volver y volver. Siempre. Y cuando volvió volvió a la Casa Rosada, enfermo; resuelto a abrazarse a los hijos de la Justicia Social y las leyes de los trabajadores. Sus únicos herederos, dijo. El Pueblo.
            Y después se murió, al poco tiempo. Como en las buenas historias...
            De McKensy y Molina no se supo nunca (más) nada...
            Zapata fue trasladado a un astillero de Entre Ríos.

 
Colonia Wanda es (ahora) un bello paraje turístico del nordeste argentino: Y la mina es su principal atracción...
            En Iguazú. En la espesura del moconá.
                
  
                                                                        FIN
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Foto del autor Martin Fedele
Textos Publicados: 46
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Descripción

Palabras Clave: Folletn Wanda Fedele

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos



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