Cuando nos estremecimos
Bajo el manto de rocas y agua salada
Recordamos de donde venimos
Tierra y polvo, arena y sal…
Agua infinita del azul incontable
De lo no entendible e imaginable
Apenas tocando una fibra de la inmensidad
Y entonces lloramos indefensos
Temblorosos corrimos desaforados por calles
Por pueblos, cuesta arriba
Y los pasos pesan , tiritan y se zarandean
En busca de lugares
Que la misma Madre Tierra prodiga a nuestro favor…
Entonces ahora si leímos por el instinto
El valor de la vida
El valor de nuestros amados
Los cercanos, los lejanos que nos llaman en carrusel
De miedos , de ánimos , de suspiros amorosos
Y que descubren que no hay motivos
Que aleje y deje sin sonaja, al unísono los lazos
De un mismo centro sanador…
Raíz que perdura mas allá de la entraña viviente
De la sangre o de un vientre
Más allá de la conciente realidad
Tesoro de un largo ruego que aúna
Lo divino , lo humano, lo natural
Hasta por las rocas milenarias que acomodan su respiro
Y hacen a este azul Planeta más vivo
Emita sus infinitos lazos conectores
Al Cosmo inconmensurable
quizás como un largo ruego más allá del sol…
Que quiere vivir con estos hijos e hijas regados por su suelo
Que a pesar de sus males y requiebros, prefiere
Y por ello acomoda su entraña para subsistir milenios
Juntos con sus pequeñitos siempre cara al Sol…
Y así despertemos mañana en hilos de plata
De estaño ,de oro , de niebla escarlata
Ojos renovados en el celeste pálpito
Por la granada médula viviente como un solo corazón…