Elegía en Manifestación
 
Yo digo que 8 horas son un día.
Cualquiera diría que no son nada.
Otro que 8 horas son 480 minutos
                Y nada más.
Y esta mengana que sostiene
        Reloj no entiende minutero.
 
Y se cambió el día entero
Por ¾ de tiempo,
Y brotó de la sierra
El nuevo amanecer
                    Del minero.
 
Y pregunté a patrón y peón
Que tanto ocurría
Con horarios y turnos.
 
Pero todos sin argumentos
Llegaron siempre a lo mismo.
Y lo único que pude sostener
De sus incoherencias,
Está en que estas raras 8 horas
No son más que la voz
Del nuevo esclavo contemporáneo.
 
Y que IN el apodo
Si antes  fuimos esclavos
Sin adornos, sin crítica.
Sin pregunta, ni cuestionamiento
Sólo convencimiento.
 
Y hoy ante el dilema
De las 8 horas,
Heme aquí convertida
En el individuo.
El individuo sumido
En las 8 horas y más.
 
Heme convertida
En 8 horas del obrero,
De la obrera que de la mano
Van construyendo sueños
                             Ajenos.
 
Y ahora soy yo la incoherente,
Soy yo la esclava IN
Que vende su alma a esta
Vida minada de impuestos.
 
 
En 8 horas
Soy el aporte al sistema,
Soy la marioneta invisible
Y convoco a otros asumidos
Para convertirme en la exclusión.
 
A ver, a ver
¿Y esto es una elegía?
Podría serlo a las 8 horas,
Pero yo digo que es simple
Manifestación
Ante esta conjugación
De minutos y días.