Recuerdo de juventud con los amigos-Parte 11
Publicado en Feb 11, 2010
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                            Recuerdo de juventud con los amigos                                                     Parte 11
 
Mis queridos escribanos, dos años han pasado del egreso de mis compañeros y del mío de la Academia de Aristóteles. Después de luchar contra unas tribus salvajes junto con el ejército al mando del príncipe y amigo Alejandro de Macedonia, me encontraba  tranquilo  trabajando en el gabinete del palacio ayudando al Secretario Eumenes grabando los Acontecimientos del día, sea o no sean los más importantes, ya que en la escritura me destacaba pero también hacía entrenamiento militar, ya que formaba parte del grupo de compañero o hetairos del joven príncipe.Todos los estudientes en Mieza ahora en diversos puestos cumplíamos con Macedonia.
-Querido Faraón Tolomeo, -pregunta uno de los escribanos- ¿En esos dos años después del egreso de ustedes, tomaron medidas drásticas las ciudades de Atenas y aquellas, que no avalaban la idea de Filipo de crear una unidad Helena (del reino de Macedonia con las distintas ciudades griegas).
-Querido escribano, dos años de tranquilidad en Pella (Macedonia) no significaba para el rey Filipo, para el regente Antípatro, el estratega Parmenión y para todos los soldados que por el lado de Atenas no se estaba formando un tormentón sólo de lluvias y truenos sino acompañados de huracanes, como nos decía el rey Filipo. En esos dos años de aparente tranquilidad, nuestro rey y todos nosotros estabamos perfeccionando el ejército, sea en la fabricación de armas eficaces y práctica, sea la incorporación de nuevos ejercicos como de perfeccionar la falanje, la caballería pesada, como otras partes que forman el engranaje del ejército macedonio...
En cuestiones personales, el rey conoció y se puso de novio con una noble macedonia, llamada Cleopatra. La joven era sobrina de un noble y general ambicioso llamado Atalo. Antes, Filipo se había separado de la reina Olimpia porque ambos tenían distintas formas de ver la vida y ambos tenían el orgullo de no dar razón al otro. Como decía... el rey si bien tenía otras mujeres, Olimpia tenía rango y prestigio y Filipo, por consejos de sus amigos Antipatros y de Parmenión, la dejó permanecer en la corte, no sólo por ser reina y madre de su heredero sino para no perder la amistad con el rey Alejandro de Epiro, quien era hermano de la reina Olimpia.
Veía cada día, que a mi amigo Alejandro, aunque era orgulloso y no lo admitía,  se sentía entre la espada y la pared, porque la madre le hablaba mal del rey diciéndole que se cuidara que lo iba a despojar de sus derechos y su padre le decía que su madre era una mujer histértica, peligrosa y ambiciosa que quería verlo muerto y quedarse con su fortuna.
Le aconsejé al príncipe que no se preocupara y que ambos padres lo amaban. Él sonriente me dijo que el iba a luchar por sus derechos y que no se iba a dejar llenar la cabeza por ninguno de los dos para no enloquecer, añadió que no sería peón de nadie y que lucharía por ser el mejor y por la gloria de macedonia.
El rey Filipo tenía que ocuparse de sus problemas personales pero estaba atento si su reino peligraba. ¡Y si que peligraba! . En Atenas, los aristócratas poniendo la voz de Demóstenes, con sus horribles Filípicas (Varios discursos dirigidos por Demóstenes a su pueblo en contra del Rey Filipo de Macedonia) llamaron a los jóvenes en edad de portar armas a que se unierana luchar contra Macedonia. Para MAL EN PEOR, se les unió Tebas, otra ciudad estado, que no era cualquier cosa, ellos tenían un eficiente ejército parecido al nuestro, ya que Filipo un poco les copio la idea, ya que cuando era joven y rehén de los Tebanos, pudo ver como funcionaba el ejército.
El rey recibió la carta del enemigo y después de leerla, frente a su hijo y nosotros, hizo añicos la infestada carta y golpeando la mesa dijo- ¡Muchachos, estamos en guerra!, y va a ser muy brava, ya que cuentan con los tebanos, que tienen un eficiente ejército...
Padre- dijo enérgico Alejandro- serán juguetes para nosotros ya que los todos los macedonios desde hace añares que venimos entrenando y estudiando las debilidades de todos los enemigos...
Hijo-dijo un poco preocupado el rey- no son unas tribitas salvajes, los Atenienses poseen ingenio y para colmo, Tebas cuenta con mejores estrategas y eficaces soldados, lo importante es que no pensemos en ellos sino pensemos en estar bien nosotros y atentos en lo que hacemos en el campo de batalla, lo demás está en manos de los dioses. Contestaré la carta y en Queronea (en Boecia) los esperaremos. Ahora descansemos bien que mañana debemos prepararnos.

Atentos a sus palabras le dimos la razón y nos fuimos a descansar.
Era todo o nada, ese era el lema que teníamos,  que nos ayudaba a estar de pie en la batalla  y a no pensar que sería nuestro último suspiro  el campo de Batalla. Estábamos en Queronea y procuramos detrás de los cerros esperando al enemigo. Nuestro rey estaba con su grupo en el flanco derecho, el estratega Parmenión en el centro con la falange, y el príncipe Alejandro en el flanco izquierdo al mando de mil ochocientos jinetes, incluído todos sus compañeros de escuela. Dependía mucho de nosotros si ganábamos o perdía, ya que debíamos enfrentar al batallón Sagrado de Tebas. En total éramos 33. 000 soldados y el bando enemigos eran 35 000.
Con respecto al grupo enemigo, ellos estaban integrado  por atenienses, tebanos y mercenarios pagados contando con los estrategas Nausicles, Proxeno y Estratocles.
La lucha comenzó cuerpo a cuerpo, lanzas a lanzas, espadas a espadas, así luchábamos matando y cuidando nuestras espaldas para que no nos mataran, aunque de ambos lados algunos no escaparon a las parcas. La cosa se puso interesante cuando Filipo y su grupo disimulan retirarse entonces cuando los atenienses se unieron para atacar al grupo de Parmenión, entonces el grupo de Filipo los ataca por sorpresa, los enemigos desesperados se desorganizan y se sienten más perdidos que turcos en la niblina. Menos mal que la astucia de nuestro rey dió resultados.
Las soldados de la falange con asustadizos cantos paralizaban al enemigo y después con sus enormes sarisas atacaban y mi grupo comandado por nuestro Alejandro, actuamos con estrategia. Ibámos de aca para allá que los despistábanos al Batallón Sagrado de Tebas y entonces pudimos ir a atacar por atrás, entonces debilitados pudimos vencer.
Después de una ardua batalla logramos ganar, pese a que muchos enemigos como macedonios perdieron la vida. Atenas como el resto de las ciudades enemigas tuvieron que rendirse, ya que otro remedio no les quedaba.
Filipo después  de festejar el triunfo bebiendo y comiendo buenos asados junto a nosotros, al día siguiente se puso de pie y hacer saber a todas las ciudades Helenas (griegas) que el era el rey de toda Grecia. Todos debían obedecerlo.
Envió a su hijo a Atenas junto a nosotros, sus amigos a firmar el tratado de paz. Nosotros les enviamos la cenizas de los muertos caídos y al llegar el principe les hizo saber que su padre sería el rey de todos y que tenían la obligación de brindar los soldados cuando el rey los necesitase, además le dijo que los macedonios eran GENTE y no bárbaros, y por ello no destruiría la cultura y los monumentos de Atenas. El rey como nosotros conciderábamos a Atenas como la cuna de la civilización.
Por suerte todo salió bien, despues nos hicimos unas escapadas, visitamos templos, el ágora (plaza donde estaban los diferentes mercados o puestos de productos) vimos los blanquecinos palacios rodados de frondosa vegetación y lo bajos las blanquecinas casitas de la clase trabajadora  y una gran multitud transitando las calles. Debíamos ciudar esto y hacerlo parte nuestra como a las demás ciudades Helenas ya que todos éramos hermanos, y como tal debíamos hacer frente al gran enemigo persa, pero otros obstaculos tuvimos que vencer, antes de enfrentar a los asiáticos.

 
 
 
 
 
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Foto del autor María José Schiavi
Textos Publicados: 55
Miembro desde: Jul 27, 2009
4 Comentarios 645 Lecturas Favorito 0 veces
Descripción

En éste capítulo, El faraón Tolomeo, recuerda los problemas personales del rey con su esposa Olimpia y su noviazgo con una noble de Macedonia llamada Cleopatra, sobrina del general ambisioso Atalo. En sus memorias recuerda otras de sus importantes luchas: la batalla de Queronea en donde el rey Filipo y el ejército se enfrenta con los Tebanos, atenienses y mercenarios en contra de la política del rey. Finalmente sale victorioso el rey Filipo, por lo que logra consagrarse Basieleus (Rey de todas las Ciudades Estados Helenas, sin destruirles sus costumbres

Palabras Clave: lucha amistad batalla de Queronea

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: si

Derechos de Autor: María José Schiavi


Comentarios (4)add comment
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florencio

esta saga de recuerdos de juventud con los amigos, va muy bien. es un buen texto recreativo de la historia ateniense.
saludos y exitos......
Responder
April 20, 2010
 

María José Schiavi

hola Floremcio:
te agradezco por comentar y me alegro que te haya gustando, de a poco estoy elaborando el ultimo capitulo, ya que no es facil...
te envío muchos saludos y suerte desde argentina
matia jose
Responder
April 21, 2010

María José Schiavi

Muchas gracias amigo Alfonso, me hace feliz que te haya gustado y hayas valorado mi punto de vista de la Batalla de Queronea, tuve que investigar para armar esta historia...
Te dejo abrazos y suerte
María José
Responder
February 12, 2010
 

Alfonso Z P

Muy bien María José, has logrado un magnífico texto, esa narraciòn de la batalla,
el ataque por los flancos y por la retaguardia y la aplicaciòn del factor sorpresa,
son tácticas empleadas en la guerra para conformar una estrategia que los lleve
a la victoria, como al final pasó. Felicitaciones y estrellas mi querida amiga.
Abrazos: Alfonso
Responder
February 12, 2010
 

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