Genoma y feromonas: San Valentn maldito
Publicado en Dec 28, 2009
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Día de San Valentín. Hora cero.
Si nada que ver tiene un catorce de febrero boreal, de intemperies de narices frías, ideales para cucharitas enamoradas al fuego hogareño, con las australes bombitas estallando para refrescar los sudores de nuestros diabólicos veranos, ni con  baldazos empapando las remeras, ni con niños jugando y mojando niñas ni con toda viceversa ¿Qué es eso de importar, romántico lector, la costumbre del día de los enamorados justo en medio de un carnaval vernáculo que nos cae en pleno miércoles laboral? Nada que ver tiene un cupido de cocacola con los barbados padres de familia travestidos y convertidos en las más graciosas gordas feas, nada que ver con unas inverosímiles mujeres maravilla, ni con ancianas diablitas, ni con regordetas gatúbelas, ni con las trompetas al son del "Negro José", ni con bombos de comparsas en el plenos calores de un catorce de febrero de poca ropa, de fiestas hasta tarde en los bares en los que bailamos impunes tras orgías de máscaras y disfraces, sin aire acondicionado. ¡Viva el Rey Momo! ¡Abajo el maldito San Valentín! El Carnaval debería ser declarado feriado nacional. La alegría es sólo brasileña. Las alergias son de nosotros y las vaquitas son ajenas. Ellas, ataviadas en trajecitos, lloran porque las mojaron camino al trabajo y devuelven ese rotundo cachetazo que siempre duele. El amor ha muerto, amigo lector: Soy el auténtico y único decadente que, con ojos huecos, vuelve engominado al pasado sangrado, con una rosa espectral en mano. El mundo y la vida se consumen inconmoviblemente.
Hube sido tan negligente con Isabel, tan obtuso e hipócrita, que pienso, como piensan los fantasmas, que este dolor póstumo podría haber sido evitado no habiendo tenido tanto miedo al compromiso, no habiendo sido tan banal y habiendo intentado una mayor honestidad. Amar tiene más de dar que de esperar ofrendas a cambio. No hay que ser vil, ni servil. Pero habiendo caído en ese gravísimo error que fue alejar de mi lado a quien más quería en la vida, pagué con el alma el sumergirme en un hedonismo discotecas para aturdir a una certera voz interior que decía: ¿Y ahora? ¿qué queda? ¿Casarte con una vieja rica? ¿Comprarte un rojo deportivo? ¿Amordazar a una minita en la habitación para alimentar con hemoglobina a un ego de vampiro en hojotas? Luego de eyacular hube experimentado la más absoluta soledad, hube manoteado mis pantalones y huido mientras pude, cada vez más atento al puto qué dirán y sin tener a nadie a quien abrazar en los atardeceres (¿decidí bien con el clonazepán?: un tiro carece completamente de estilo... ¿...y la soga al cuello?... uhmm... no... ¿y la gillette cortando las muñecas? Un verdadero enchastre melodramático...) ¿Cuántos ceniceros hube vaciado para llenar, con el humo de la nicotina, tu falta? Mailer, en "Los Hombres Duros No Bailan", comparaba el dejar ir a una mujer con la dificultad de vencer la adicción al tabaco. Groucho Marx sostenía que dejar de fumar era tan fácil que ya lo había hecho cientos de veces. Pero yo dejé el cigarrillo unas cuantas veces, y mi humor siguió acorde con el del viejo Norman, y, mientras fumaba, no supe pensar en nada más que en el pasado, sentado de costado, en calzoncillos y en un sofá heredado; allí hube apilado colillas, botellas, hube fumado una tuca atómica tras otra, sólo para intentar superar el rencor hasta que hoy, martes 13 de febrero a las 23:59, en vísperas del día de San Valentín, me he tomado todo el clonazepán de una caja para dejar de pelear conmigo mismo, para poder dormir al fin; me zarpé en las cantidades y puede que esté arrepentido. Así el suicida abandona la vida: el último instante de conciencia es una estela eterna en la que se vive el infierno del desconsuelo; pura psique; el arrepentimiento por descartar toda fe en todo amor es este desasosiego terminal, el castigo prometido por las religiones. Me estoy yendo mal. San Valentín y la puta que te parió. Odio a un amor que es hoy no tener clavada la daga que impide el desangrado de mi pobre y necia y roja víscera. Dulce daga de sangre con la que aún quiero trasponer tus barreras, nena, y llegar a tu núcleo; en la luz vuelta oscuridad en la que reina una soledad de fantasma hambriento sé que es demasiado tarde. Preferiría creer, como todos, pero he demolido esa fe. El conglomerado dorado se me ha ido al diablo y ahora lamento con mis ojos cuencos, lloro por el moho, el hedor y el hollín que ha quedado en las ruinas de aquella caverna rosa en la que vivía mi Sueño, nuestra Promesa. Si, el amor es fe, pero también es la llaga que no logra hacer callo ni cicatriz, como éste amor impar de hoy es un mero recuerdo desde un pleno invierno, desde un edén caduco y sin besos. Es sólo la foto sepia en la que estamos sonriendo. Por haberme dado ese lujo del que no siento ningún orgullo, la amaré eternamente. Por haberme dejado así, sin poseerla ni besarla por última vez, amo al fantasma de su ausencia omnipresente; y lo cierto es que, a la vez que soy un adicto a su recuerdo, estoy fatalmente condenado al olvido. A Su Olvido, a su olvido cierto, su olvido absurdo, su olvido atroz. ¿Olvidarse de olvidar? ¿Cuántas botellas habré vaciado? (me olvidé de dejar una nota como un suicida de ley) Es demasiado tarde (¿qué clase de suicida no deja una nota?... en el puto Winamp suena el maldito Coldplay) ¿cómo aprender a no vivir en esta fría existencia falaz de demonio enclaustrado?  ¿Como olvidar sus ojos?, ¿cómo al mundo?, ¿cómo tolerar lo cierto y real, de mi inexistencia actual?
Demasiado tarde.
Demasiado tarde.
Demasiado tarde. 
Me he forjado esta sobrevida con todas las acciones que me trajeron hasta aquí, al momento de una agonía de decenas de ansiolíticos regados con alcohol.
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Foto del autor inocencio rex
Textos Publicados: 220
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Descripción

Palabras Clave: San Valentin; amor

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: inocencio rex

Derechos de Autor: inocencio rex


Comentarios (10)add comment
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inocencio rex

feliz dia a los enamorados...
me cago en coldplay
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February 14, 2010
 

Roberto Langella de Reyes Pea

Yo también
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February 14, 2010

inocencio rex

roberto: vuelvo a agradecer que me den tantos ánimos... y átomos!!
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December 29, 2009
 

Roberto Langella de Reyes Pea

Guillermo tiene razón en que este capítulo es magistral, amigo, no lo dudes.
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December 29, 2009
 

inocencio rex

lamento boludiano... y me cago en coldplay
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December 29, 2009
 

facundo aguirre

san valentin y la puta que te pario. lamento genuino.
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December 29, 2009
 

inocencio rex

gracias, mis amigos robert y guille.. sus comentarios tienen una generosidad que no creo que merezca... hablando de aterrizajes, roberto, creo que feromonas ya es un verdadero desastre aéreo.. guillermo ¿magistral no es mucho? me encantaría que estuvieras en lo cierto.
enormes abrazos
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December 29, 2009
 

Guillermo Capece

Coincido con Roberto, va a ser una novela magistral.
Abrazo
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December 29, 2009
 

Roberto Langella de Reyes Pea

Te superás a vos mismo a cada momento, amigo, para alegría y emoción de los que te queremos bien. Ya no sé si puedo ser objetivo con vos, tipo, pero estoy seguro de que te superás a vos mismo a cada momento. Esta vez salió sonata del teclado, de tus dedos de poeta y escritor. Volviendo al texto, no te preocupes, no desentona con lo anterior. Genoma y... crece, porque está vivo, crece y se desarrolla, y vuela cada vez más alto. Sos un buen piloto, estoy seguro que vas a saber procurarle un aterrizaje sin sobresaltos, cuando llegue el momento. Bueno, ya sabés, que me encantó.
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December 28, 2009
 

inocencio rex

otro lamento del fantasma hambriento
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December 28, 2009
 

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