No les deca que lo haban asesinado?
Publicado en Dec 11, 2009
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Era el 22 de enero del año 1982. Estaba yo con mi esposa y mi primer hijo de un año veraneando en Licán Ray. Esa mañana, tipo mediodía nos estremeció la noticia de que había fallecido el ex presidente don Eduardo Frei Montalva, en la clínica Santa María, víctima de una complicación, después de una operación al hiato. No se podía creer. Luego de algunos instantes, declaré sin vacilaciones: lo mataron. Quienes me escucharon sintieron que yo exageraba, que me estaba dejando llevar por mis angustias permanentes en las cuales yo veía bajo el agua y culpaba de cualquier cosa de este tipo al régimen de la época. No seas mal pensado, Baldo, me decían; no culpes sin saber y estar seguro, Baldo, me aconsejaban; pero yo estaba seguro, me atrevería a decir que algún tipo de percepción extra sensorial me lo había asegurado. Me acordé de mi padre que en esa época aún vivía. Era el más freista de los freistas. Pensaba el él y en su enorme pena al perder al que fuera el más grande líder de Chile de lo que corría del siglo, según me repetía a menudo, hombre de letras, cabro, me enseñaba, no hay otro que haya escrito libros como él, decía. A nuestras penas se unía la desazón por lo que pasaría en el futuro. El era la única alternativa de liderazgo natural que quedaba en nuestro apaleado país. Y lo mataron. Lo mataron los héroes que tenían la misión de defender a los ciudadanos, pagados por los ciudadanos y que reprimieron a los ciudadanos de la manera más cruel que se conoce, con ventaja otorgada por las armas que habían adquirido con el dinero de los ciudadanos.
El acontecimiento de su asesinato, y del atentado al hermano Bernardo, perpetrado en Italia, a sangre fría por mercenarios del régimen del malvado finado, era algo que yo había intuido desde un lejano septiembre de 1973 a raíz de los siguientes hechos que ocurrieron en mi casa. Como dije, mi padre era freista y simpatizante de la DC desde tiempos que yo no recuerdo. Había sido dirigente de la junta de vecinos de nuestra villa muchas veces; tesorero, secretario, director, presidente y todo el mundo conocía su actuar y su pensamiento (en la época del golpe militar el suscrito había sido elegido en la directiva de nuestra junta de vecinos en disputadas elecciones entre los bloques de la oposición y oficialistas de la UP, cargo que no alcanzamos a ejercer por razones de seguridad nacional). Un par de días después del golpe (pronunciamiento le decían), al jardín de mi casa tiraron una mecha de esas mechas para encender explosivos que fue encontrada por mi madre en forma providencial minutos antes de que una comitiva militar entrara y nos allanara en busca de evidencias o cosas que dieran motivo para detener hasta al gato. No encontraron nada, como es lógico, gracias a que no registraron a las personas, porque si lo hubieran hecho, me condenara (dijo el huaso) que se habrían llevado a mi madre y tal vez a mi padre, y tal vez a mi por una evidencia de terrorismo que se encontraba en el seno de mi madre quien la había escondido en forma refleja debajo de su blusa. El milico que mandaba dio la orden de retirarse porque, dijo, falsa alarma, éstos, aparte de ser freistas...
Por esos mismos días, estando aún con toque de queda, encontré tirado en el pasillo de entrada del jardín de mi casa, un libro nuevo titulado "Frei, el Kerensky Chileno". Lo leí y era una comparación de nuestro ex presidente con Alexander Kerensky, político ruso que participó en la revolución rusa, principalmente en el derrocamiento del zar Nicolás II y en el llevar a cabo el gobierno provisional, designado primer ministro y derrocado posteriormente por Vladimir Ilich Ulianov, el temible Lenin. Planteaba el autor que Kerensky había allanado el camino a los bolcheviques y le culpaba de los males del comunismo; y de la misma manera, culpaba a don Eduardo Frei de haberle allanado el camino a la UP. En mi opinión, ambos fenómenos tienen el mismo origen: pueblos que necesitan algo más que unas migajas para vivir y oligarquías que no están dispuestas a un reparto equitativo; resultado: explosión popular. El cómo se desarrollen los acontecimientos y sus personajes es mera anécdota. Me alejé algo del centro del tema; al leer ese libro y al pensar en la forma de distribuirlo (gratis, de manera soslayada) era evidente que había una campaña poderosamente orquestada destinada a desprestigiar a la única persona con liderazgo que quedaba en nuestro país. Lo discutimos (pa' callao) y el temor a un desenlace como el que ocurrió finalmente nos comenzó a invadir. El problema era que no había a quién recurrir, había que conservar la pega... y la vida.
Veintisiete años se demoró Chile en reconocer algo que ya era tan evidente que en el mundo se nos llegó a apuntar con el dedo, por ineptos, por timoratos, por miedosos, por mentirosos. Ahora resulta que un juez determina que sí hubo asesinato, determina que, tal como se suponía, los autores son quienes todos sabíamos, determina que la institución de salud en que ocurrieron los hechos incurrió en faltas a los procedimientos determinados para estos casos, determina que hay médicos que actuaron como cómplices y como coautores y, como es lógico, los editoriales de los diarios se conduelen de que haya ocurrido el magnicidio no sin plantear un margen de duda sobre la veracidad de los hechos y otro margen de duda por la ocasión en que el juez los da a conocer; justo en época de elecciones, se dice. Me atrevo a asegurar que el juez Madrid (que ya ha sido amenazado) será desprestigiado, criticado y hasta capaz que sea removido u obligado a declararse incompetente; la "opinión pública" se encargará de ello. En fin, somos chilenos al fin y al cabo.
¿Qué pasará ahora? Hay que procesarlos, dice Fulano, investigar a fondo, dice Sutano, lógico, dice Mengano, para que nunca vuelva a ocurrir algo tan atroz. Y se juzgará a los que recibieron pago por hacer lo que hicieron, pero no se juzgará a quienes pagaron por hacerlo porque muchos de ellos están R.I.P. y porque ellos siempre están inmunes aunque hayan actuado en forma impune. Ojalá que don Jecho lea las noticias y le cobre la mano al jefe de los bandidos, como decía mi padre, que de seguro no está en Su Gloria.
 donbaldomero.
 P.S. MimáshumildehomenajealgranEduardoFreiMontalva.
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Descripción

Asesinato de un ex presidente.

Palabras Clave: Eduardo Frei Juez Madrid Pinochet

Categoría: Artculos

Subcategoría: Actualidad



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