ANA Y EL CIELO
Publicado en Nov 25, 2009
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Ana observó al cielo.
                ¿Qué miras? Preguntó una voz mientras unas manos la rodeaban por la cintura.
                Nada, solo miro. Mintió. Sabía sin duda alguna que en aquel cielo matutino de finales de noviembre había algo extraño, como si pronunciara su nombre.
La llamaba.
El hombre detrás de ella, el que la rodeaba por la cintura por sus brazos, era su amante. Ana no quería que él se enterara de lo que ella sentía ya que, además de arriesgarse a ser catalogada como loca, nunca buscó una relación a largo plazo con aquel sujeto, sólo sexo. Siempre sexo.
Si bien Ana no era una mujer hermosa, su cuerpo la hacía inevitablemente irresistible para cualquier hombre, más aún con la provocativa ropa que ella siempre usaba: faldas cortas, escotadas playeras y pantalones pegados. Todo aquello lo usaba con el único fin de atraer a los hombres para que se la tiraran, aunque resultara en cierta manera absurdo pues parecía ser al revés.
Una noche, luego de haber encontrado a una joven victima en un bar, a Ana se le ocurrió la triste idea de que se quedaría sola en el mundo de seguir siendo soltera y en busca de sexo.
                Ya  no lo hagas más, te quedarás sola. Dijo una voz. En un inicio, Ana creyó que aquellas palabras eran meras fantasías surgidas de su mente, pero la voz continuó hablando.
                Ana, yo te amo. Exclamó la voz. Ana contempló el cielo nocturno, supo que de ahí surgía la voz.
                ¿Eres tú cielo? Preguntó como una niña boba.
                Si Ana, soy yo, ven conmigo. De una nube se formó una mano que se posó frente a la joven.
                ¿Qué obtendré a cambio si subo?
                Amor, todo el que puedas querer.
                No me basta.
                Entonces esperaré a que te baste, solo susurra mi nombre y mi mano te tomará.
                Puedes esperar todo lo que quieras.
Loa años pasaron y Ana fue envejeciendo cada vez más y más. Los hombres ya no la buscaban para tener sexo e incluso habían desarrollado repulsión hacia su persona. Las mujeres más jóvenes se burlaban de ella pues aún seguía poniéndose la misma ropa que se ponía en el pasado, solo que ahora ya no la hacía ver atractiva, sino como una prostituta  a bajo costo.
                Fue entonces cuando buscó al cielo. Susurró su nombre primero, como él le había dicho que lo hiciera, después gritó y fue uno de estos gritos el causante de su muerte.
El cielo llegó muy tarde a donde Ana estaba, la seguía amando a pesar de lo que ella le dijo. Furioso, comenzó a llorar. Se dice que hasta hoy día, el cielo aún llora por la muerte de su amada, ahora conocemos ese llanto como lluvia.
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Foto del autor Salvador David
Textos Publicados: 34
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Descripción

Palabras Clave: Cuento

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Infantiles


Derechos de Autor: RESERVADOS


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Salvador David

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November 25, 2009
 

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busy