Querido:
           No sé cómo empezar ésta, no sé si al tratar de llevar al papel mis verdaderos sentimientos lograré reflejar en ellos todo mi sentir. Quisiera encontrar las palabras adecuadas, aquellas que logren transmitir y te digan lo que fue todo el tiempo transcurrido y perdido en el oscuro silencio de tu alejamiento ¿cómo puedo decir en éste papel, ahora, que los días, los meses pasaban y que yo en medio de pensamientos e interrogantes fuí enredándome y destruyendo día a día, una ilusión, una esperanza de saber de ti. Cuando en tantas preguntas sin respuestas fuí cayendo en la negación  de todo lo que significaba el saber que yo para ti era importante, que tú me querías. Y así llegó el momento en que convencida de tu desamor te escribí. El tiempo y mi dolor quisieron, o yo quise acallar al corazón y dejar que el cerebro actuara. Así convencida que las cosas hay que mirarlas friamente fue que me impuse ser valiente, muy valiente y enfrentar de una sola vez la verdad. Te la pedí aún cuando aquella fuera perder la partida, para mi estaba jugando a perder, era como mi última carta pero mi vida es que la espera y el silencio me llevaron a ésta situación.
          Así Oscar, llegó el momento de tu carta. A medida que la leía quería convencerme de ella por éso fué que la leí infinitas veces, buscando, queriendo palpar en esas líneas, sinceridad. Y qué te puedo decir ahora, en ellas hay palabras tan hermosas y una forma tuya de decir las cosa que me hizo pensar mucho, se confundieron en mí sueño y realidad. Y ahora estoy volviedo a creer en tí. Pero a pesar que en ésa carta y en tu forma de decir las cosas hay un mundo maravilloso al que quiero volver a integrarme, todavía no está claro de lo tu silencio. Fue dejación o un poquito de desamor? o tal vez descuidaste lo que yo por mi parte siempre cuidé: la ilusión. A lo mejor no había la misma ilusión de antes, aquella que nos puede impulsar a escribir y que nos mantiene vivo el interés hacia la otra persona. Fué éso mi amor? Bueno ya me lo contarás verdad?.
          Cuánta falta nos hace volver a vernos. Qué importante sería conversar personalmente ésto ¿no es así?. Quizás una mirada pueda más que mil palabras escritas.  Quisiera que en un próximo encuentro aquí en Chile -mi país- o en Argentina -el tuyo- tocáramos éste punto así como tú también lo dices en tu carta.  
           Recibe los recuerdos de un lindo tiempo vivido juntos.
                                                                            Minerva