Lanzas tu mirada de gesto altivo cuando atravieso indiferente tu camino
Te miro fijo, impasible, porque me sobrecoge tu presencia toda
Siento la intensidad del fósforo irradiar mi cuerpo
con el anhelo de poseer mi espíritu exento.
Su brusquedad ilimitada es el principio cuando arden las hojas secas
 y luego incendian los bosques
No me causa pues el efecto cirncunscrito en el vértigo de este intercambio de miradas
que todo dicen por lo que tu voz y mi voz callan
No me ofusco. Apuesto mi vida lo que provoca tu falsedad
e incierta sonrisa,
velo de seda por el que traslucen espinas enquistadas.
Ya adivino en tus sulfurosas pestañas
en el reflejo de tus córneas teñidas de verde
en tu mente que intenta reinaugurar formas abominables
que se apoderen del aplomo que enaltece.
Pasa por aquí ser vulgar y corriente
por la alfombra de la dignidad humana
a tus pies tendida humildemente
para que cruces calzando ficticias sandalias plateadas
soportando tu pesada osamenta
más la carga de tu alma que no crece y no crece
Abrazada de la madre muerte
lenta se apaga la fuerza de tu existencia
conforme con la apariencia de las cosas
a semejanza de lo que viste en la tele
Pasa bajo el arco del Campo Santo
que reza: aquì todas las envidas acaban...