Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribí aquí; han pasado tantas cosas, mi vida cambio mucho tan de repente. 
Ya no tengo por qué esconder lo que siento, uh, llevo varios años contigo en mi mente; algunas veces con más o menos frecuencia. 
Este es el diario que nunca te di.
Aún conservo parte del tuyo, poco a poco, deje ir palabras.
Aún conservo cosas de ti, poco a poco se vuelven menos.  
Aún tengo recuerdos contigo y remordimientos por haber tenido tan poca inteligencia emocional y como tal en el pasado.
Han pasado casi 3 años, termine con la pareja que tenía; no funciono, demasiadas diferencias de intereses. Me perdí a mí en el trayecto y aunque sea horrible lo que estoy a punto de decir, también afecto en mí, que nunca hizo que pudiese dejarte ir por completo. 
Me dolió la perdida, no lo negaré. No me dolió lo que perdí, me dolió haberme acostumbrado a algo y después tener que dejarlo por completo de golpe.
Dos años de encierro con una única compañía hacen que cualquiera pueda desarrollar dependencia emocional.
Me siento feliz de no tener que esconder más lo que pienso.
Estamos mejor así. 
Esta persona se alejó demasiado y muy rápido de mi vida, hasta de universidad se cambió.
No necesito decir que no tengo la necesidad de hablarle, fue mucho tiempo juntos, pero no considero tener momentos significativos como los que viví antes de llegar aquí. 
Empece terapia, así es como descubrí que el duelo que vivía en la ruptura no era más que un duelo que llego con atraso.
El tuyo, más específicamente. 
Hice las cosas mal, repetí patrones, tome malas actitudes y un montón de cosas aunadas a las cosas con las que te lastime. 
 
He progresado mucho y muy rápido, al menos eso me dice la psicóloga.
Me siento libre y me siento bien. 
Me gusta visitar tu recuerdo, al menos mientras logro "avanzar de ti" 
Sé que no lo haré, al menos no por completo, creo que siempre serás una figura platónica en mi mente.
Pero al menos esta vez tomaré mi tiempo, probablemente mucho tiempo, en elegir bien quien estará conmigo acompañándome toda la vida. Y quizá me equivoque de nuevo, realmente ya no me importa el camino.
Digo, si es que encuentro a ese alguien que me haga sentir tan bien como para poder dejar de visitarte cada vez que escucho una canción bonita.
 
¿Podría ir a buscarte? 
No.
Tengo la seguridad de que no quieres eso.
Han pasado tantos años que de seguro ya estás bien y has superado todo eso, amaría tener al menos tu amistad, eras una persona increíble. 
Pero no pretendo irte a molestar. Además, con qué cara iría a hablarte después de haber terminado una relación, eso se vería muy jodido de mi parte. No tengo ese derecho. 
Mereces algo mejor que lo que te demostré en el pasado. 
No sé si ya lo he dicho, pero en verdad asumo que ya me has olvidado, o en el mejor de los casos, que me odias. 
Mi intuición me dice que podríamos volver a encontrarnos, pero solo eso, verte de lejos. Sería demasiado positivo pensar que algún día volveremos a cruzar palabra. 
 
En otras noticias, tengo buenos amigos, pronto iré a recorrer con alguno de ellos (no tengo ni la menor idea de a quien invitar) los lugares que tú y yo visitamos, haya en tu ciudad.
¿Por qué? 
No porque no sean especiales, sino por todo lo contrario; son tan especiales que quiero verlos de nuevo. Es como si te sintiera en ese lugar. 
Recorreré nuestros pasos, hasta que me canse de ello. Y seré feliz por un rato más. 
Es increíble estar libre. Ser suficiente, nunca me había sentido con tanta independencia y seguridad en mucho tiempo. 
Estoy más alegre y con más emoción. 
¿De mi vieja relación que me queda? 
Un par de amigos que me encontré en el camino.
¿Y de la nuestra? 
Demasiados recuerdos, anécdotas, lugares por ver. Es como si estuvieras ahí. 
 
¡No querré a nadie más en mucho tiempo!, y ¡me siento tan feliz de ello! 
Prefiero mil veces caminar junto a amistades y TU recuerdo, que intentar remplazarlo de nuevo.
Mientras dure, mientras sane de verdad. 
 
Al menos esta vez voy por el camino correcto, al menos esta vez conseguí una guía, un profesional.
Te portaré con orgullo en mi corazón, mi querido Angel. 
Y, entonces, entendí por qué hacías un diario...