Otra mañana más, me desperté como de costumbre...al mirarme en el espejo no podía ver mi reflejo...cuánto tiempo había pasado desde aquella vez, donde me destruí completamente, y no pude ver el color de la vida como antes, vivía con un gran vacío sin salida, con miedos y temores atormentando mis noches, y a la mañana siguiente se demostraba el sufrimiento. 
-Traté de sonreír, y me alisté, no podía seguir con esa costumbre, me armé de valor y avanzé-
Guiada por la riendas del destino ahora (a lo que en verdad pienso, el llamado destino las maneja todavía).
Solo queda ser fuerte, tantos golpes que la vida me ha dado. ¿Vale la pena seguir así?