Yo soy y tú eres… Yo soy para ti como para mí tú eres… Tú eres, en el purpúreo espacio de una bóveda cristalina, el pensar acústico de unos bellos ecos rebotando en las paredes de mis anhelos (como la angustiante desesperación dignificada de un sediento). Yo soy tu sombra en la cotidiana alborada, proyectándome por el húmedo césped de tu pradera (como el indubitable y dulce trino de un zorzal ermitaño cada mañana). Tú eres el respiro que inhalo con deleite, aquietado en volados sueños quiméricos (como una niña inocente que acaricia su muñeca en navidades). Yo soy quien te humedece con mis labios tu seca boca cada jornada, cuando sudas por el sustento oliendo a macho y te beso apasionada (como aderezando tus ansias con mi apetencia femenina). Tú eres el agua fresca de una vertiente que suaviza la fiebre inquieta entre mis piernas, la que cae dentro de mi vientre (como una estrellada y brillante cascada de simientes). Yo soy la flama somnolienta que consume tus leños en una hoguera perfumada con idilios, solo con la esencia, sin mi nombre y perdida en la llovizna de una tarde… (como cuando quedo embelesada con el difumado origen de un arcoíris). Tú eres mi polo negativo necesario para activar íntimamente mi eléctrico proceso, formidable energía explosiva que me hace estremecer entera (como el misterio de la tierra cuando atrae al rayo y todo se ilumina). Yo soy, la brisa refrescante, sin embargo, después de la tormenta y llega la calma con caricias de buena crianza... (como el molino de viento que luego retoma la molienda obligada). Tú eres el insaciable lobo hambriento que mantiene sus instintos y vuelca sus posibilidades hacia un costado (como buscando algunos restos que tienten su mirada). Yo soy la que te reclama, y quien te ama, por los derechos exclusivos de los dominios de tu alma que defiendo con mis garras y mis armas (como lo haría una reina digna con su rey amante). Tú eres la sal de mis comidas; yo soy el azúcar de tus postres… (como merecidamente debemos ser una buena mesa para dos seres tan enamorados).
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Raquel
Él, el pensar acústico de bellos ecos ______________ Ella, la sombra en la alborada.
Él, respiro que se inhala _________________________ Ella, la que humedece sus labios.
Él, el agua fresca de una vertiente__________________Ella, la flama somnolienta que consume sus leños.
Él, el polo negativo ______________________________Ella, la que le reclama derechos exclusivos de su alma
Y así... un complemento radiante de amor.. Un abrazo amiga..Rq