5-LILY Y EL AQUELARRE
Publicado en May 15, 2021
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AUTORA VALENTINA LEONI
Lily y El Aquelarre
Los Viajes de la Bruma
 
o
01/05/2021
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Este libro está dedicado a mi futura descendencia, porque todo lo hecho con Amor, bien se recuerda…
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
“Te dije que escucharas por todos los lados a los espíritus, Princesa. Viven en la tierra, en el agua, en el cielo…si los escuchas, ellos te guiaran”.
                                                                                                        Pocahontas
 
“A la Hechicera, no dejarás que viva” ( Éxodo 22:18-28)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
LILY Y EL AQUELARRE8
 
Con la piedra me vine abajo, sabía lo que había pasado en la Historia con las que llamaban brujas, y lo temía tanto. El mundo había avanzado, pero la maldad de las personas seguía intacta, era un instinto que algunos desarrollaban más que otros. Me tumbé en la cama llorando, temiendo por mi integridad física, porque no era una joven que a la gente seguía, no tenía el carácter de Malena, a quien le faltaba hacer sonar una campanita, para que todos se arrodillaran. La apoyarían, lo tenía claro, y estaba tan arrepentida de haber utilizado mis poderes, de haber cometido ese error, porque ya me advirtieron que las equivocaciones a veces se pagan caras, y me temía lo peor. La situación en mi pueblo no era buena, y me daba pena tener que dejar todos mis recuerdos, hacer que mi familia abandonase la casa que habían conservado durante siglos, pero debía ser práctica, si la situación empeoraba, solo quedaba la huida. Selina se tumbó al lado mía, me consolaba con su ronroneo y sus caricias, entonces me di cuenta que no la escucharía hablar más, que Penélope se había convertido en un adorno del espejo, una araña de plata como su tela, y me dio pena, porque habían sido unos viajes especiales, donde realmente me había hecho mujer, donde aprendí los peligros de la vida, las diferentes clases de personas que hay, junto a sus costumbres y reacciones, me di cuenta que el mundo que había en mi hogar, no era el único, y que una vez que saliese de la protección familiar, podría encontrarme con muchas situaciones difíciles de llevar, por eso mi madre me decía que esperaba haberme dado unos buenos cimientos para que siempre pudiera apoyarme en ellos, ahora lo entendía, debía ser cauta porque me di cuenta. que los errores casi siempre se pagan, y a veces con la horca, aunque no te pongan una cuerda en la garganta.
No pude dormir nada, se me había metido los gritos de “Bruja” en la cabeza, y no me dejaron dormir, estaba un poco asustada. Me daban los rayos del sol en la cara, cuando me decidí bajar a la cocina, donde estaban las demás. Cuando llegué  me miraron como con pena, y no me gustó esa reacción, dar pena es sinónimo de que te han vencido, y aunque necesitaba mimos, no era mi idea. Me había convertido en una mujer fuerte, no iba a consentir que me hundieran, ya se me ocurriría algo para ganar a quienes querían mi miseria. Me extrañó no ver a Tomi pero ninguna le prestó atención, y pensaban que estaba fuera, porque a veces se subía a un árbol, para ver pasar a los demás niños cuando iban o venían de la escuela. Me asomé por la ventana, para ver si lo localizaba, y solo pude distinguir a dos cuervos en una rama, pensamos que no andaría lejos, además preferíamos que no viera nada del ritual, porque mientras estuviéramos fuera, todo permanecería igual, y quizás no se diera ni cuenta.  Habían traído para desayunar: huesos de santos y buñuelos de nata de la Canasta, los típicos de esa fecha, los miré con deseo. Cuando cogí uno, mi madre me dijo que debía olvidar, al menos por un día, lo que había ocurrido, si no subió anoche a mi cuarto, era porque pensó que debía llorar, debía desahogarme, para coger fuerzas, porque aún nos quedaba un viaje juntas, cuando volviéramos, pensaríamos qué hacer para llevar la situación lo mejor posible, también mencionó que esperaba que hubiera aprendido igual que cuando dejé la cesta en el porche, las equivocaciones no se repiten, son lecciones de la vida, si no empeorará todo lo que hayas conseguido con esfuerzo. Asentí, pero en vez de una reprimenda, me hubiera gustado un abrazo, pero es lo que pasa cuando tienes una misión en la vida, no se te permite ser débil, tienes que continuar con la fortaleza hasta que todo haya finalizado, hasta que el objetivo se haya cumplido, hasta que no quede nada aplazado. Suspiré y me senté a tomar los dulces, entonces me di cuenta de algo, que me había pasado desapercibido con anterioridad, todas llevaban el palo en el pelo, bueno la varita. No sabía si había sido un regalo de mi madre de bienvenida, para que hiciéramos correctamente el Aquelarre, o si lo habían traído a escondidas. Iba a preguntar, pero alguien llamó a la puerta, era el día de los difuntos: el uno de Noviembre, no sabía muy bien, qué era lo que se espera en esa fecha.
Cuando abrí la puerta no había nadie, miré el suelo y vi la brújula que le regalé a Daniel por su cumpleaños, con la fecha y mi nombre grabados atrás. Se la compré para que siempre supiera encontrarme. Sabía lo que significaba, era una despedida, creía que me quería, pero suponía que se había asustado pensando en las cosas de la que sería capaz, si no me salía con la mía, además tenía dudas, las había intentado ocultar, pero era un chico inteligente, y no me habría creído del todo. La cogí, la guardaría como recuerdo, pero no me daba por vencida, mi madre siempre me decía que las cosas que se desean hay que al menos intentarlas, poniendo lo mejor de una, para que no pudiera reprocharme nada en un futuro, así que cuando volviera del viaje, lo haría, intentaría retomar la relación, algo se me ocurriría. Cuando iba a cerrar la puerta, de repente entró una lechuza volando, me asusté mucho, porque sabía que era un animal sagrado, y que seguro que traería algo en sus garras, no era una coincidencia, de eso estaba segura. Al llegar a la cocina, vi a la lechuza encima del hombro de la Princesa, me sonrió diciendo que era su dueña, no sabía cómo había viajado por el tiempo, pero la había encontrado. También me dijo que ella nos guiaría, cuando estuviéramos en el Bosque, porque aunque era mágico, se escondían todo tipo de seres, algunos buenos y otros malos, por lo que esperaba que nos indicase el sendero adecuado, donde los peligros fueran los mínimos, sin tener que gastar muchas fuerzas con el adversario. Extendió sus alas, como demostrando que era fuerte, y volvió a la normalidad, mirando a su dueña, como un perro obediente.
-          Lily, tenemos que darnos prisa, vamos a teletransportarnos, mediante una pócima con sapos, al Bosque Hoia Baciu, Transilvania. Hay diferencia horaria, por lo que debemos hacerlo antes de las doce, para empezar el Aquelarre a esa hora, que allí será de noche. Es un lugar muy especial, donde la magia cobra vida fácilmente, lleno de criaturas fantásticas y de peligros, ya que cerca está el castillo de Bran, la morada de Drácula. ¿Te encuentras bien?, debes darte tiempo, pero intenta solucionar los problemas cuando volvamos, ahora hay cosas importantes que resolver. ¿Lo comprendes?
-          Sí
-          Pues pongámonos todas en círculo, alrededor de la vela de Lily y del puchero, cojamos una cucharada a la vez, tomémosla a la de tres, cerremos los ojos, diciendo “Al bosque encantado viajamos, porque el Aquelarre necesitamos”. ¿Entendido?
-          Sí ( contestaron todas, y nos colocamos)
Me hubiera gustado tener una charla con mi abuela antes de partir tan lejos, ya que mi madre se había puesto en plan dura, y necesitaba un beso, pero había llegado el momento, suspiré para coger fuerzas, ya reclamaría el consuelo. Hicimos lo ordenado, volvió a surgir la Bruma, esa que ya daba por perdida, y me alegré de dar vueltas otra vez, con frío, y sintiendo casi como me mecía. En unos segundos nos encontrábamos en un Bosque precioso, se veía muy bien porque había luna llena. Era frondoso, lleno de vegetación, con búhos que a la lechuza saludaban con su canto. Una vez que nos sacudimos, nos miramos algo asustadas, porque no habíamos planeado la vuelta a casa, pero los problemas se resuelven uno a uno, primero teníamos que hacer el Aquelarre, y luego intentar que ningún animal nos atacara. La Princesa dijo que debíamos encontrar el Roble Sagrado, y una vez dentro de él, bajo su protección, haríamos el ritual, sin demorarnos mucho, ya que cuando una siente tantos peligros, debe marcharse rápido. Caminamos por el sendero indicado por la lechuza, donde se nos cruzaban animales pequeños, algo asustados, suponíamos por la presencia de extraños. A lo lejos había algo que brillaba, nos acercamos, sin tener muy claro qué era, y fue una sorpresa, porque se trataba de una ninfa, llamada Vera, rubia, con una larga melena, con unos ojos demasiado grandes, una boca roja y risueña.
-          Vera, ¿cómo estás?, ¿y David?, ¿aún estáis juntos?
-          Me alegro mucho de verte, Princesa( por un momento dude si se refería a mí)
-          Igualmente.
-          Seguimos juntos, hemos hecho de este Bosque nuestro hogar
-          ¿Sabías que veníamos?
-          El Roble me lo dijo, y me avisó para que te advirtiera de que Lilith está cerca, vino antes que vosotras, pero no sabemos dónde se esconde. Debéis daros prisa, os guiaré hasta él, para que no perdáis tiempo.
-          Gracias
Nos llevó por otro camino más corto, menos hermoso, pero se veía como directo al centro del Bosque. Nunca había visto a una Ninfa, y me asombró su luz. Mi abuela por me contó que en su comienzo iba a ser bruja, y por eso visitaba el Bosque por las noches, hasta que un lobo la atacó, y casi muere. La recogió el biólogo David Wood, el guardián del Bosque, y un gran brujo, quien se enamoró de ella, y antes de que muriese, la convirtió en Ninfa, para que viviera eternamente junto a él, aunque no podía salir fuera, su vida debía ser dentro de esas tierras. También me comentó que si me fijaba en su corazón, vería la señal que le dejó la garra del lobo, me pidió que fuera discreta. Todo el camino fueron charlando por lo bajo, eché de menos a Selina, me hubiera gustado que me acompañase en esta aventura, pero no era un lugar adecuado para un animal, quizás lo cogiesen como presa, porque donde no te conocen, se alimenten de tu inocencia. De la nada surgió de nuevo la vegetación, y a lo lejos estaba un enorme Roble, Vera nos lo señaló. Poco a poco se marchaba de nuestro lado, haciendo una reverencia a la Princesa, diciendo que su misión había finalizado, y no debía correr más peligro, porque ella no tenía grandes poderes para luchar contra el enemigo. Todas le devolvieron el gesto, y desapareció corriendo, como una gacela. Permanecí asombrada, me había impresionado ver tanta belleza en la Naturaleza, no estaba acostumbrada, y fue cuando entendí el significado de una frase que mi madre me repetía:” si amas y respetas a la Naturaleza, ya habrás casi podemos decir que eres un buen humano”. Una vez que llegamos a sus pies, mi abuela empezó a dar vueltas alrededor del tronco, que era enorme, vi a dos cuervos en las ramas, como en casa, lo que me extrañó, pero me despisté cuando dijo: “Aquí, aquí está la puerta”, y todas fuimos corriendo, menos la lechuza que se quedó en el Bosque, su nueva morada, donde pertenecía su mágica alma. Mi abuela se ofreció a entrar la primera, porque si pasaba algo, había vivido más que las demás. Nos miró con algo de miedo, la primera vez que lo vi en ella. Esperamos unos segundos, no oímos nada, y decidimos pasar una a una todas, dejándome a mí la penúltima, la última sería la Princesa, para que no me quedara sola en el Bosque, si es que surgía un imprevisto (aún era su niña buena). Una vez dentro nos abrazamos, ya habíamos logrado mucho, solo quedaba superar algún obstáculo, y el que más temíamos Lilith, porque era inteligente, y no iba a parar hasta que consiguiese su objetivo: destruirnos, o por lo menos imposibilitar el Aquelarre. El interior del árbol parecía como una cueva, y su suelo lleno de raíces, que hacía que mi abuela se quejase por sus piernas. Anduvimos un buen rato, creo que hasta llegar al centro de él, y entonces había como un altar, todas se alegraron al verlo, supuse que ahí haríamos el ritual. De repente, de la nada, se escuchó una voz: “¿Cómo están mis brujas preferidas?”. Todas se asombraron, y a la vez se emocionaron, porque les era familiar. No iba a pedir que me contaran la Historia del Roble Sagrado, pero esperaba que mi madre, en una de las noches que subía a la habitación, me relatara la historia, como si fuese uno de sus cuentos fantásticos. El Roble siguió hablando: “Lilith está cerca, creo que deberíais comenzar cuanto antes, porque aún está como dormida. Ya sabéis el lugar donde debéis hacer el Aquelarre, quizás el camino sea más duro, una vez que entréis en la tierra, y dejéis que mi sabia no os acompañe. Regresad, y haré que el camino a casa sea fácil”. Todas nos asustamos, no sabíamos muy bien qué era lo que quería decir, pero estaba claro que pronto nos adentraríamos en el subsuelo, y ahí siempre está el infierno. Al cabo de unos minutos, nos dimos cuenta de que habíamos llegado, parecía que estábamos en la ladera de un volcán, había fuego por todos los lados, pequeños dragones, que nos echaban su llama, sin alcanzarnos, pero no parecían peligrosos, más bien extrañados. Nos adelantó una jauría de murciélagos, quienes parecían que nos indicaban por donde seguir, ya que se había convertido en una especie de laberinto, del cual no teníamos claro como regresar, pero creíamos en el Roble, y que nos ayudaría a lograrlo. Llegamos a una especie de área de descanso, y en una de sus esquinas había una serpiente enorme, parecía una anaconda, rodeaba de sus huevos, también de gran tamaño. No nos asustamos, porque parecían que estaba aletargada, que ni siquiera se había dado cuenta de nuestra presencia, así que cogimos el camino indicado por los murciélagos, y seguimos andando, pero a mí me entró la duda, porque al lado de ellos me pareció ver a los dos cuervos, y no era un sitio indicado para esos pájaros, se lo iba a contar a mi madre, pero llegamos al lugar indicado. Había un manantial de agua caliente, que desprendía un humo, que daba calor, y por arte de Magia, La Dama de la Bruma apareció.
-          Bienvenidas amigas
-          Hola, cuanto tiempo
-          Llevo toda la vida esperándoos
-          Pues aquí estamos
-          Tenéis que daros prisa, Lilith está cerca, la siento
-          Solo necesitamos hacer una pequeña hoguera, y comenzamos
Había raíces muertas cerca, que cogimos para ponerlas cerca del manantial. La Dama de la Bruma había desaparecido, se había convertido en una especie de sirena, que nadaba sin quemarse en esa agua caliente. La Princesa encendió el fuego con un chasquido, y nos colocamos alrededor de él. No sabía muy bien lo qué hacer, pero a veces la intuición gana, y me dejaba llevar, como cuando haces el amor con quien amas. Suspiré, y no sé cómo empecé a cantar una canción en un lenguaje desconocido, elevamos las manos, leí en los ojos de mi madre, que solo tenía que desear acabar con la maldad de Lilith, y ella desaparecería. Nos pusimos a movernos de un lado a otro, la canción cogía más fuerza, se escuchó el sonido de un viento frío, algo bastante extraño cuando estamos rodeadas de fuego. Casi levitamos, hasta que los dos cuervos aparecieron, rompiendo la magia del momento. Se pusieron en medio del fuego, sin quemarse, y poco a poco se transformaron en Madame Blavatsky y Tomi, gritando “la guerra ha comenzado”.  Todas caímos al suelo, y poco a poco nos levantamos sin saber muy bien lo que había pasado. La Anaconda que vimos por antes, se deslizaba hacia nosotras, hasta que se levantó. Tomas y Madame Blavatsky se pusieron al lado, esa enorme serpiente empezó a coger forma de mujer, pero con manos de tridente y rabo. Era hermosa, con una melena larga y espesa, pero con unos ojos que desprendían llamas, y una lengua bífida, que la transformaba. Nos miró desafiantes, todas se pusieron delante de mí, se desnudaron, cogieron su varita del pelo, dejándolo suelto, y gritaron. De repente salieron por todos los lados niños con forma de reptil, recién salidos del cascaron. Los reconocí, eran los Lilium, y sin saber cómo, me rodearon. Mi madre fue a por mí, pero la mujer serpiente la atrapó entre sus enormes brazos. Parecía que iba a morir, que todo estaba perdido, hasta que la Dama de la Bruma surgió del Agua, y de las manos emanó una Brume gélida, que paralizó esos cuerpos ardientes de venganza
-          ¡Rápido!, no sé el tiempo que podré dejarlos así. Tenéis que acabar el ritual, y marcharos lo más rápido posible, yo desapareceré detrás vuestra. Espero que haga efecto vuestra magia, y sin que seamos conscientes, todos mueran, y vayan al infierno por la eternidad, dejando al hombre a su suerte, pero sin el mal al acecho. ¡No perdáis tiempo!
No sé cómo, pero todas volamos desnudas situándonos encima del Manantial, para que nos diese su protección. Del agua se emanó una fuente de agua hirviendo, con la Dama en la cima, con los brazos mirando al cielo, todas giramos alrededor de ella, cantando la canción, mientras la Princesa decía una oración:” Seres mágicos que habitáis en la madre Naturaleza, apoyad a estas siete brujas buenas en su misión de acabar con la maldad y con las pandemias. Tomad a Lilith como prisionera, pasando su eterna vida encerrada en el infierno de vuestras cavernas. Dejad que Lily crezca, que se convierta en la Bruja que su mundo espera, y que lo oscuro se convierta en mala hierba”. Después volvió a cantar con nosotras, que estábamos cada vez más agotadas, porque todas nuestras fuerzas las poníamos en la canción embrujada. De repente hubo un relámpago, y todas caímos al Manantial, quien poco a poco desaparecía, solo quedando la Dama de la Bruma a nuestro lado, quien dijo “Corred, ya está hecho”, y lo hicimos sin taparnos. Llegamos a una bifurcación, y no sabíamos por dónde ir, hasta que vi a mi brújula en el suelo, se me había caído antes, la cogí, y claramente señaló al Sur, corrí por ese camino, me siguieron. Cuando pasamos por el altar, el Roble dijo: “no paréis de correr, no miréis atrás, y una vez que salgáis del Bosque, con la primera pisada fuera, en casa estaréis, sin tener que luchar más contra la maldad”. Sin saber por qué, me convertí en la guía del grupo, mi brújula me llevaba por el camino adecuado, y le hice caso. Corrimos a gran velocidad, teniendo la varita en la mano, por si los Liliums nos seguían, y había que atacarlos. No fue el caso, pero a los lejos escuchamos a una manada de lobos aullando, y sentíamos su pisadas cerca, cada vez más, pero seguimos corriendo, mi abuela volaba, era lo que podía hacer con sus rodillas fracturadas. Todas permanecíamos cerca, por si nos atacaban, y de repente, sin saber cómo, aparecimos en casa. Nos miramos, estábamos aturdidas, y estuvimos unos minutos sin hablar nada. Nos levantamos, nos vestimos, y nos sentamos en la mesa de la cocina. Mi abuela lloraba de la emoción, y la Princesa le dijo que se secara las lágrimas, todo había terminado, y de buena forma, ninguna habíamos sido dañadas. Mi madre sirvió un café, y puso los dulces que habían sobrado, era de noche, la hora de la cena, pero el azúcar siempre levantaba el ánimo.
-          Me alegro mucho que estemos a salvo en casa, aunque realmente no sabemos con seguridad si el Aquelarre funcionará
-          La Dama del Lago dijo que sí, que estaba todo hecho, e incluso me pareció antes de salir corriendo, que los Liliums se convertían en cenizas, y la Serpiente ardía.
-          Será mejor pensar eso,  que no se nos olvidó nada por hacer. Ahora debemos saber cómo volver a nuestro tiempo
-          Eso es fácil
-          Lo sé, pero me da pena dejaros, después de tantas décadas sin vernos
-          Seguro que encontramos la forma y la excusa para volver a coincidir
-          También lo creo
-          Siento que Tomi fuese uno de ellos, y no te hubiéramos hecho caso, Lily
-          No importa, el resultado es que no se ha salido con la suya, que no ha podido vencernos, que era su intención
-          Exacto, ya es pasado, solo eso
Se pusieron al lado del a ventana, no sé por qué pero apagué la luz, se abrazaron, mi madre y mi abuela se apartaron después, las viajeras se colocaron la varita en el pelo, juntaron sus manos diciendo: “ A casa volvemos, a nuestro tiempo”, y por arte de magia se convirtieron en tres hermosas mariposas violetas, quienes antes de partir se posaron en mi cuerpo y me dijeron: “por muy mal que la vida se presente, no olvides quien eres, si eso mantienes, nada te hará daño, conseguirás sobrevivir, incluso vencer a los que desean tu muerte”, y cogieron el vuelo, brillando en la oscuridad, buscando la libertad, sin mirar atrás, para que el corazón no doliese. Mi madre y mi abuela volvieron a llorar, pero rápidamente me sonrieron
-          ¿Estás bien?
-          Sí, mamá
-          Todo terminó, lo has logrado. ¿cómo está tu mancha?
-          No me acordaba, no duele, voy a mirar, parece que ha desaparecido
-          Me quedo tranquila, por lo menos la maldición ha terminado
-          Todo mamá, todo quedó atrás
-          Dios te oiga
-          Sí, recuerda lo que me dices: Por muchos obstáculos que haya en la vida, siempre vuelve a salir el Sol, y con él una nueva oportunidad
-          Es verdad, amor. Tienes toda la razón.
Mi madre me preguntó si quería cenar, o estaba emocionada por todo lo vivido. Le dije que no me apetecía, que quería ir a mi cuarto, tenía aún cosas pendientes que arreglar
-          Estoy muy orgullosa de ti
-          Gracias mamá
-          Te quiero
-          Yo también
Subí las escaleras contenta, no me dolía la rodilla desde hacía algún tiempo, y no me había dado cuenta. Me tumbé en la cama, ahí estaba Selina, como si no hubiera pasado nada, la abracé, y ella se quitó, como cualquier gato. Miré mis cosas, y cerré los ojos un momento, supongo que necesitaba descansar. En esa letanía, apareció mi padre, quien sonreía, y al que quería besar, pero me quedé asombrada cuando dijo: “Utiliza tus dones, como los artistas su talento, y seguro que un buen fin conseguirás”. Le quise hablar, pero se desvaneció sonriendo, como siempre hacía, diciendo adiós, siendo aún un hombre apuesto. Entonces vi mis útiles en la esquina, cogí la bola de cristal, y miré en ella lo que estaban haciendo mis amigos y mis enemigos, quería saber si se me ocurría algo para remediar todo el horror que vivía en el pueblo, después de las sospechas y mi equivocación. Pensé en las palabras de mi padre y de mi madre, cogí la varita, y dije en voz alta: “después del sueño, vuestras mentes olvidaran quien es Lily, no recordarán nada que la pudiera dañar”, toqué la bola con mi varita, y un viento cálido acompañado de la Bruma recorrió todo el pueblo. Acabé diciendo: solo tendrán en su mente el bonito recuerdo de Los Viajes de la Bruma y La sombra del Viento”.  Miré dentro del cristal, y vi cómo se metían en la cama, mareados, pero sin extrañarse de nada. Creí que mi primer hechizo había surgido efecto, pero tenía que esperar al día siguiente, si venía Daniel a por mí, todo estaba resuelto. No iba a dormir esa noche, estaba muy excitada, así que ordené mi cuarto, metí mis cosas en el armario, para que no estuvieran a la vista, debía ser discreta, para no levantar otra vez las dudas. Lo sería, porque había aprendido de mi error, que es de lo que se trata en la vida. Me metí en la ducha, me eché mi colonia Agua de Luna, esa que tantos cambios había traído. Cogí mi diario, y me puse a contar mi gran aventura, como había aprendido a luchar en la vida, porque nuevos problemas surgirían, la maldad nunca cesa.
Amaneció rápido, me preparé para ir a la escuela, aunque mi madre me había dicho que no fuera, si estaba agotada, pero yo quería volver pronto a la monotonía. Desayuné, cogí mi bocadillo, y salí fuera a ver si Daniel aparecía pronto, y me sorprendía. En el jardín vi alguna mala hierba, que arranqué con ganas, mientras esperaba. Al cabo de unos minutos mi novio, mi amigo y mi amante se acercaban.  
-          ¿Por qué estás fuera?, puedes coger frío (me dio un beso, como si nada ocurriera. Casi lloro de la emoción, pero me aguanté por no levantar sospechas. El hechizo funcionó, y agarré mi amuleto para que me diera fuerzas)
Cogí mi mochila del porche, y entonces vi llegar a los nuevos vecinos (la casa de Madame Blavatsky se había vendido rápidamente). Los miré contenta, todo estaba cambiando, el mal se alejaba de nuestro lado. Y de repente escuché a dos pájaros en el tejado: dos negros cuervos, con los ojos ensangrentados…
 
 
                                                                         VALENTINA LEONI
 
 
 
 
 
NOTA DE AUTORA.
 
Quiero explicar a mis jóvenes lectores, que en este libro se mezcla la fantasía con hechos reales. Las tres Cazas de Brujas se produjeron en Salem, Zugarramurdi y Berwick, donde murieron muchas mujeres inocentes, condenadas por la ira de personas ignorantes. Existieron otras Brujas en la Historia como: Alice Kyteler (tía) la bruja más antigua de Irlanda, fue una mujer bonita y sofisticada, además de poderosa e independiente, algo extraño en la época en la que vivió. Madame Blavatsky, vivía en Alemania, quien mostró grandes dotes para la clarividencia, a quien le gustaba viajar mucho, buscando más conocimientos. Dorothy Clutterbuck( abuela), conocida como la vieja Dorothy, una bruja de la antigua escuela, manteniendo muy en secreto sus poderes. Sara Hellen( madre) conocida como la mujer vampiro por los peruanos, quien dominaba muy bien la magia negra. Fue asesinada, y para muchos se conoce como Santa Sara Hellen. También comentaros que Lilith o Lilit es un personaje bíblico.
Espero que os haya gustado este libro,  hecho con mucho amor, y ojalá os haya enseñado valores útiles para el futuro, donde os deseo una sencilla felicidad. Que creáis en las Brujas y en la Magia, solo dependerá de que se despierte la imaginación en vuestras almas. Buena Suerte Príncipes y Princesas…
 
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Foto del autor Sandra María Pérez Blázquez
Textos Publicados: 60
Miembro desde: Nov 23, 2012
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Descripción

Último capítulo del libro infantil "Los viajes de la Bruma", sobre las diferentes cazas de brujas que hubo en la Historia

Palabras Clave: Aquelarre

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Infantiles



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